A sus 76 años Karen Uhlenbeck obtuvo el premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas. Dirige un programa de mentores para mujeres en matemáticas

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20 de marzo de 2019, 4:00 AM
20 de marzo de 2019, 4:00 AM

“Todo el mundo sabe que si una persona es inteligente, divertida, guapa o bien vestida tendrá éxito. Pero también es posible triunfar con todas tus imperfecciones. Yo necesité mucho tiempo para darme cuenta de esto”, dijo Karen Uhlenbeck en el libro Viajes de mujeres en ciencia e ingeniería: no hay constantes universales (en 1997). Y éxito irrebatible es el que Karen ha logrado alcanzar a lo largo de su vida, especialmente ahora que a sus 76 años se ha convertido en la primera mujer en ganar el premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas.

Karen nació en Cleveland, Ohio (EEUU). De joven trató de incursionar en el mundo de las ciencias y a pesar de encontrarse con los obstáculos que su rubro implicaba para las mujeres, siguió adelante. “Me dijeron que nadie contrataba a mujeres, porque las mujeres debían estar en casa y tener bebés”, reveló una vez.

Uhlenbeck siempre fue una activista en favor de la igualdad de género en las ciencias y las matemáticas. “No puedo pensar en una mujer matemática para quien la vida haya sido fácil. Los esfuerzos heroicos tienden a ser la norma”, explicó en 1988 cuando denunció públicamente la discriminación a las mujeres matemáticas.

Hija de una artista y un ingeniero que fueron la primera generación en sus respectivas familias en acudir a la universidad, no le fue difícil asistir a una casa de estudios superiores porque no hubo duda alguna de que las hijas del matrimonio debían tener acceso a la educación superior. Karen siempre tuvo múltiples intereses, tanto intelectuales como deportivos, era una apasionada de las caminatas al aire libre, pero también era consciente que a las mujeres no se las alentaba a explorar muchas de las actividades que le interesaban.

Ingresó en la Universidad de Michigan donde descubrió el apasionante mundo de las matemáticas, graduándose en 1964.

En 1965 se casó y decidió seguir a su marido Olke C. Uhlenbeck, un biofísico que estudiaba en Harvard y que posteriormente obtendría grandes avances en el estudio del ácido ribonucleico, ARN. Karen adoptó de su esposo el apellido y años más tarde reconoció que la familia de su primer marido tuvo gran influencia en el posterior desarrollo de su carrera científica. Ellos pertenecían a viejas familias de intelectuales europeos que tenían una actitud hacia la vida muy diferente al estilo estadounidense.

Sus logros

Uhlenbeck fue premiada por sus logros pioneros sobre ecuaciones diferenciales parciales geométricas, la teoría de gauge y los sistemas integrables, así como por el impacto fundamental de su trabajo en temas de análisis, geometría y física matemática. Las técnicas y métodos de análisis desarrollados por ella forman parte de la caja de herramientas de todo geómetra y analista.

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