Albergoli tiene una voz similar a la de Gustavo Cerati. El vocalista de Soda Stereo lo interrogó acerca del show. Es profesor de guitarra y canto. Cantará en Hard Rock

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17 de diciembre de 2018, 4:12 AM
17 de diciembre de 2018, 4:12 AM

Le regalaron Signos, su primer disco de Soda Stereo, a los nueve años. La primera canción que aprendió fue Persiana americana. Con el tiempo formó Sobredosis de Soda, que el mismo Gustavo Cerati llegó a conocer. La banda tocará hoy y mañana en Santa Cruz.

¿Cantabas Soda a los nueve años?
En mi casa se cantaba todo el tiempo. Mi papá es músico y hacía folclore. Mi mamá es cantante aficionada, entonces la música estaba presente y siempre algo se cantaba. Soda Stereo estaba entre mis bandas. A la hora del rock, era mi banda.

¿Tu papá estaba enganchado con Soda, pese a ser mayor?
Cantaba zambas, chacareras, chamamés, alguno que otro tango. A Soda -digamos, al rock- lo miraba de costado, como de otra generación, pero Gustavo Cerati fue de los pocos roqueros que él respetó. Para mi cumpleaños me querían regalar algo que no fuera folclore ni tango. Me regalan Soda por sugerencia de un amigo mío de mi edad, que escuchaba todo el tiempo rock y bandas nuevas. Así llegó Soda Stereo a mi vida. Ellos querían abrirme a ese universo sonoro.

¿Qué canción te resulta ahora más desafiante?
Corazón delator. Desde la interpretación de la voz, sobre todo, tiene una exigencia grande; al mismo tiempo es una canción preciosa. Tiene climas y atmósferas que desafían como músico y como banda. No es una canción que hacés sonar en un, dos, tres, cuatro; requiere tiempo de preparación. Tiene el doble sentido de ser una de las canciones que más me gusta y al mismo tiempo me desafía a ir contra mis límites, a exigirme al máximo.

También mencionaste Remolinos por la angustia y la poesía, además de algo eléctrico y denso.
Remolinos es una de esas canciones que difícilmente no incluimos en un show. Remolinos es la muestra más grande de esa experimentación sonora que fue el disco. Te mezcla una electricidad y una carga emotiva, y justamente son los dos momentos del show más épicos con canciones que no son rítmicamente ni hits ni tienen estribillos. Son los dos momentos más intensos del show.

¿Con qué hit reacciona más el público?
Al fan de soda, esas dos canciones le generan emoción porque simbolizan mucho por fuera de lo que significó Soda comercialmente. Cuando pase el temblor y Persiana americana elevan el decibelímetro y la gente estalla.

¿El Cerati sinfónico está dentro del show o podría estar?
Por el momento no, porque requiere de mucha preparación musical y me gustaría tener a la gente con los conocimientos idóneos. Armar una orquesta no es algo sencillo. Tengo un amigo mío que es músico del Teatro Colón y siempre está el desafío de hacerlo, pero creemos que es tanto lo que implica, que nos gustaría que sea superlativo, no solo las canciones sonando en modo sinfónico. Nuestra propuesta tiene que ver con un trío, como lo era Soda Stereo, con todas sus canciones sonando de la manera más individual posible y tenés muchas canciones del repertorio de Gustavo solista, pero siempre en el formato eléctrico.

Hiciste de doble de Cerati en el videoclip de Rapto.
Difícil ver en qué momento aparecés. No me vas a descubrir. La escena final, en el último minuto y medio, aparece el jinete enmascarado que rescata a Gustavo y lo libera del secuestro. Soy yo.

¿Ahí lo conociste?
Fue cuando pudimos entablar una charla y conocerlo más allá de un hola y chau.

En ese diálogo, el tema habrá sido tu banda y el tributo.
Sí, la charla arrancó desde un punto bastante avanzado porque a él ya le habían hablado de nosotros y nos conocía. Arrancó con preguntas sobre la banda, cómo proyectábamos los shows, cómo estaba pensado y planteado el homenaje y cómo eran el repertorio y el vestuario. Estaba intrigado. Quería imaginarse cómo era, en una misma noche, hacer un par de puestas en escena de diferentes épocas. Quería saber cómo reinterpretábamos su carrera. Fue muy curioso porque a mí me hubiera gustado hacerle muchas preguntas sobre él o charlar de música, pero no me dejó meter boca. La mayoría fueron preguntas de él hacia mí en ese momento. Fue muy lindo porque tuvo un trato muy ameno. Tener su aprobación y su cariño por el resto de la jornada, que se esté yendo y que a lo lejos te vea y diga “uh, no te saludé”, que se me acerque, me dé un abrazo... me resultó muy lindo poder conocer la calidez humana y su humildad. Es el artista más grande de todos y, sin embargo, era muy humilde

¿Cómo cambia el trabajo de tu banda después de la muerte de Gustavo?
Para la gente tiene un significado diferente porque es un lugar de reencuentro para todos, para recordar sus canciones y a él, para cantar juntos y compartir el amor por el artista Gustavo Cerati, que va a ser eterno. Encontrás gente que quiere sentir sus canciones en vivo y te elige como banda para eso, para escuchar. Se produce una magia muy linda porque la gente sabe que no somos ellos. Saben que no soy Gustavo, pero lo siente, lo vive y lo disfruta como si fuera un show de Soda. La gente se siente más cómoda cuando no estás tratando de ocupar, ni reemplazar ni hacer algo idéntico al artista, sino que te quedás en tu primera persona, no te creés que sos el otro, sino que mantenés esa distancia. Ahí se produce algo que es muy fuerte. A nosotros nos cambió el compromiso con el que hacíamos esto. Si bien siempre tuvimos un compromiso alto y al máximo, lo que se está jugando en cada concierto tiene que ver con homenajear a un artista eterno, y no podés no estar a la altura y no dar todo y sonar como era. Gustavo, en vivo, nunca bajaba de los diez puntos. Tenés que romperte el lomo para llegar a esos diez puntos y en cada concierto hay que estar preparadísimo para tratar de alcanzar ese ideal.