El pichón se suma a Luna, arpía rescatada en agosto. Ambas aves están en jaulas aisladas de la presencia del hombre y de los ruidos de la urbe. Cayeron de sus nidos por árboles derribados en Guarayos

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21 de septiembre de 2018, 4:00 AM
21 de septiembre de 2018, 4:00 AM

En cuestión de un mes un segundo águila arpía tuvo que ser rescatado por personal de la Gobernación de Santa Cruz, a través del equipo de biodiversidad de la Secretaría de Medioambiente. Se trata de Roque, un pichón de menos de un año que llegó en mejor estado de salud que Luna, la arpía hembra que rescataron en agosto pasado.

Almorzando una gallina criolla, con huesos, plumas y todo, así encontramos al macho. El ave es imponente, pese a que aún es bebé. Tiene la cabeza con plumas blancas que contrastan con las de las alas negras y sus garras de casi siete centímetros también se distinguen en el primer golpe de la vista. “En su hábitat natural se alimentan de presas medianas y grandes, por eso le dimos el alimento más parecido que encontramos a lo que cazaría estando en vida silvestre, lo hicimos para que sigan manteniendo ese instinto y ese gusto por los recursos con los que se va a reencontrar”, explicó Raúl Rojas, coordinador de Biodiversidad, y agregó que es importante que consuma el esqueleto que suministra calcio y las plumas para que se facilite la limpieza intestinal.

Alerta

El equipo de rescate de fauna silvestre de la Gobernación se constituyó en el municipio de Guarayos y trabajó en conjunto con el área protegida departamental de Río Blanco y Negro y la Subgobernación de la zona. “El pichón fue encontrado por un comunario en un área aledaña a una concesión forestal. Lo preocupante es que en menos de un mes hemos atendido a dos pichones de arpía, una especie que está en vías de extinción y que tiene un papel importantísimo en cuanto a la ecología de los ecosistemas, principalmente amazónico. Esta situación nos lleva a preguntarnos si el manejo que se está realizando en cuanto a las concesiones forestales están respetando el reglamento establecido para ello o si estos reglamentos son suficientes para proteger el patrimonio natural”, denunció el biólogo Rojas.

Rescate y reinserción

El macho se llama Roque, aludiendo a la persona que lo salvó, el comunario refirió que lo encontró después de que unos árboles fueron derribados. Franz García, responsable de la reserva Río Blanco y Negro, quien participó del rescate, indicó que salvar al ave fue posible gracias a la información del comunario. 
“El arpía bebé, junto a sus padres, tenían su nido en la copa de un árbol maderable que fue derribado, en ese momento los progenitores escaparon dejando solo al pichón”.

El ave fue trasladada hasta el Centro de Educación Ambiental de la Gobernación el miércoles donde recibirá atención hasta que pueda valerse por sí sola para que sea devuelta a su hábitat.

Roque está en un recinto aislado contiguo a Luna, una jaula grande cubierta en parte por un toldo para paliar la furia del sol. Tanto Roque como Luna tienen menos de un año y ambos serán sometidos a un plan de reinserción. “Este es un trabajo que no se ha hecho en Bolivia, estamos uniendo nuestros conocimientos y nos estamos haciendo asesorar con expertos de fuera del país sobre las medidas óptimas para alcanzar el éxito”. Las aves tendrán que recuperarse primero en su estado físico (peso y masa muscular) y adquirir ciertas habilidades como el vuelo (el plumaje tiene que estar en estado óptimo).

 

 

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