El científico británico, que murió a los 76 años, es considerado uno de los grandes personajes del siglo. Fue el equivalente a Albert Einstein. Conoce más de él 

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Este británico, es para muchos, el físico teórico más conocido desde los tiempos de Einstein. Stephen William Hawking nació en 1942 en St. Albans, una pequeña ciudad cerca de Londres. A pesar de sus discapacidades físicas y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que padeció desde que tenía 20 años, fue el científico más reconocible de nuestros tiempos.

Recientemente el físico afirmó en el documental The search for a new Earth (La búsqueda de una nueva Tierra) que si en los próximos 100 años los humanos no abandonan la Tierra y colonizan otro planeta, no sobrevivirán.

Para algunos, no solo es comparable con Albert Einstein por su popularidad. Al igual que el formulador de la relatividad, Stephen Hawking se planteó la ambiciosa meta de armonizar la relatividad general y la mecánica cuántica, en busca de una unificación de la física que permitiese dar cuenta tanto del universo como de los fenómenos subatómicos.

El británico era autor y director del Centro de Investigación Teórica en Cosmología de la Universidad de Cambridge. En 2002 fue el número 25 en la lista 100 Greatest Britons, un programa de televisión británico en el que los telespectadores votaron a los que consideraron los 100 personajes británicos más importantes de todos los tiempos.

En 1974 fue designado miembro de la Royal Society y, tres años más tarde, profesor de física gravitacional en Cambridge, donde se le otorgó la cátedra Lucasiana de matemáticas (1980), que había sido dictada por Isaac Newton y que el profesor británico continuaría ocupando en las décadas siguientes.

Alcanzó fama mundial por sus proyectos de popularización de la ciencia, como su libro Historia del tiempo: del big bang a los agujeros negros (1988), que apareció en la lista de los más vendidos en el periódico inglés Sunday Times por 237 semanas.

El trabajo que hizo Hawking sobre los agujeros negros ayudó a probar la idea de que hubo un Big Bang (gran explosión) al principio de todo. Aunque había sido desarrollada en los 40, esta teoría aún no había sido aceptada por todos los cosmólogos.

Junto con Róger Penrose, probó teoremas respecto a las singularidades espacio-temporales en el marco de la relatividad general, y la predicción teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo que se conoce hoy en día como radiación de Hawking.

Algunos de sus libros como El universo en una cáscara de nuez (2002), tiene una intención divulgativa aún mayor que sus obras anteriores. Respecto a su bibliografía más especializada, sus esfuerzos para describir desde un punto de vista teórico las propiedades de los agujeros negros, así como la relación que estas propiedades guardan con las leyes de la termodinámica clásica y de la mecánica cuántica, han quedado recogidos en obras como The large  scale structure of space-time (1973, en colaboración con G.F.R. Ellis), Superspace and supergravity (1981) y the very early universe (1983).