El excombatiente Rodolfo Cornejo, cumplirá 101 años este mes y su camarada Marcial Caballero celebrará 105. Hay amenazas de corte de servicios en su sede, cuyos pagos le corresponderían a la Alcaldía. El vocero del municipio dijo que pedirá un informe 

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11 de enero de 2018, 7:00 AM
11 de enero de 2018, 7:00 AM

El viejo soldado de la patria, enfundado en su traje con distinciones militares, espera paciente y alista su voz para hablar de otra injusticia. La primera dice que la vivió con apenas 16 años en los campos de batalla de la Guerra del Chaco; retirando heridos, esquivando balas y enterrando cadáveres de compañeros de un ejército que estuvo mal dirigido. 

Rodolfo Cornejo Álvarez participó en la guerra como camillero durante los últimos años del conflicto que se prolongó de 1932 a 1935. En su delicada labor en la retaguardia, salvó varias vidas en combates tan decisivos como la retoma de Charagua o la de Villamontes, y de refriegas menos afortunadas como la de Pozo del Tigre, que culminó con derrota boliviana.

Cornejo es uno de los dos héroes de guerra que quedan en el departamento de Santa Cruz y el próximo 28 de enero se alista para celebrar su cumpleaños 101, más de un siglo de vida, con pocos honores a la altura de un soldado que defendió una tierra árida e infértil en su llanura, pero rica en sus entrañas.

Desde 2012 es presidente vitalicio de la Federación de Excombatientes de la Guerra del Chaco, un cargo al que se hizo merecedor tanto por su activa función de dirigente como por su interés por amparar a sus camaradas, cuyo implacable paso del tiempo los ha menguado hasta reducirlos solo a dos integrantes.

El otro sobreviviente se llama Marcial Caballero Velasco, que también este mes cumplirá 105 años. Sin embargo, por motivos de salud guarda reposo en casa. 

“Nuestras condiciones eran adversas, nuestro ejército estuvo mal dirigido desde La Paz por (Daniel) Salamanca y habían intereses foráneos ocultos (de empresarios argentinos); pese a todo, logramos defender la patria”, destaca el viejo soldado que identifica en su presente condiciones igualmente adversas, pero esta vez propiciadas por sus propios compatriotas.

La enfermera Rosario Rivero Montero cuenta que hace una semana llegaron funcionarios de la CRE a cortarles el suministro de luz. Asimismo, recibieron preavisos de Saguapac por el incumplimiento de tres meses en el pago del agua, a los que pidió tiempo e incluso presionó con denuncias en la prensa para evitar el corte, lo que sirvió como solución momentánea.

Según el coronel retirado José Villarroel, desde 2007 existe un convenio firmado por la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra con CRE y Saguapac de hacerse cargo del pago de los servicios básicos. Dicho coste se cumplía de forma puntual hasta que, sin previo aviso, fue suspendido en los últimos meses. 

“A partir de entonces venimos peregrinando de la Alcaldía al Concejo; hemos enviado cartas al alcalde (Percy Fernández) sin respuestas y finalmente un día nos derivaron a la oficina de servicios generales en la que su responsable nos dice simplemente que no hará nada”, afirmó el militar y abogado. 

Al respecto, el vocero del municipio, Jorge Landívar, reconoció que desconocía la problemática, sin embargo adelantó que pedirá un informe a las secretarías de Desarrollo Humano y de Administración y Finanzas para viabilizar una solución. 

EL DEBER intentó comunicarse con ambas reparticiones pero en la primera informaron que no es su competencia y en la segunda no hubo respuesta.

Los últimos días

El inmueble de los excombatientes, en la calle Bolivar #468, data de 1957 y fue donado por el cura Abelino Costas a condición de que cumpla una función social. Varios años después consolidan un edificio pero no lo inscriben en Derechos Reales lo cual les generó problemas de propiedad. 

En 2007, la Octava División del Ejército destina a Villarroel para sanear la documentación, lo que logra en 2009. En edad de retiro, el coronel se compromete a tal grado con los beneméritos que continúa colaborándolos, porque los reconoce como héroes anónimos. 
“Algunos vivieron prácticamente en la pobreza. Muchos no tenían una casa o una familia y fueron adoptados como niños por otras personas. Recién falleció un benemérito en Cotoca que vivía adoptado por caridad”, lamentó. 

En el cementerio general de la ciudad, descansan los restos de estos héroes cruceños que dieron su vida por la patria, sin embargo, en el mausoleo se evidencia abandono y descuido que los últimos camaradas denuncian y piden la respectiva atención por parte de las autoridades. 

Atención en salud

Sin preferencias
A diferencia de la vecina República del Paraguay, en el país los excombatientes nunca tuvieron un seguro propio, debían acogerse a la Caja Nacional en la que la enfermera de la Federación debía hacer cola por ellos porque no tenían ningún tipo de preferencia.

Trabajo sacrificado
La enfermera Rosario Rivero lleva 17 años de atención a los beneméritos. Comenzó financiada por los aportes de los afiliados a la Federación y cuando su número mermó debió pedir un ítem al Ejército que decidió respaldarla.