El CAD de la Gobernación cruceña, único sitio de rescate y cuidado al que llegan animales silvestres arrancados de su hábitat, se halla al tope de su capacidad. Se espera que el Ministerio de Medio Ambiente habilite un lugar para reubicarlos

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26 de abril de 2018, 4:00 AM
26 de abril de 2018, 4:00 AM

Hace 10 meses, Hernán llegó flaco y maltrecho al Centro de Atención y Derivación (CAD) de la Gobernación cruceña, situado en el tercer anillo y Radial 10. Ahora es un formidable espécimen de jaguar de poco más de un año de edad y unos 60 kilos de peso que junto a Misha (jaguar hembra) Álex y Lilo (pumas machos) están devorando la mayor parte del presupuesto que el centro recibe para mantener a más de medio centenar de animales silvestres rescatados.

La pandilla de los cuatro, que también ocupa la mayor parte del espacio de atención temporal, engulle entre 12 y 20 kilos de carne por día, pues cada individuo come de tres a cinco kg, reveló Raúl Rojas, coordinador del Proyecto de Biodiversidad de la Gobernación. Por lo tanto, urge reubicar a estos felinos en lugares de custodia adecuados, pues tampoco deben ser devueltos a la selva, ya que por la dependencia alimentaria del hombre, les resulta difícil cazar y más bien se tornan en presas fáciles de otros predadores.

 “Cada individuo come entre tres y cinco kilos de carne al día, lo que es un presupuesto bastante grande dado que tenemos cuatro felinos; absorben gran parte del presupuesto (Bs 5.000) asignado para cerca de un centenar de animales”, señaló Rojas. 

En el refugio también hay 25 parabas, 10 loros amazonas, cinco parabachis, 20 cotorras, un tucancillo y tres inquietos tejones. Más bien, hace poco, dejaron el recinto dos boas constrictor de más de tres metros, las cuales fueron soltadas en el parque Amboró. También hizo bien el traslado, hace unos meses, de Leonarda, Tumpa (pumas), Mocita y Princesa (jaguares) que ahora viven en el centro privado ubicado en Play Land.

Ya no hay espacio

En Bolivia existen 26 centros de custodia de animales silvestres, la mayoría privados; ninguno tiene espacio para recibir más individuos. El CAD está al tope de su capacidad, por lo que la Gobernación ha pedido al Ministerio de Medio Ambiente habilitar espacios para estos felinos.

“Cinco veces hemos reiterado al Ministerio de Medio Ambiente la necesidad de asignar un lugar para trasladar a estos felinos. Nosotros, como Centro de Atención y Derivación, deberíamos tenerlos 40 días, como indica la norma, pero nos vemos obligados a retenerlos más tiempo por falta de un lugar adonde llevarlos”, manifestó Rojas.

El CAD acoge animales de los nueve departamentos y lo seguirá haciendo, porque los rescates no paran. Por ejemplo, mañana llegarán de Cochabamba un oso hormiguero, un corechi y cuatro loros. Asimismo, de Oruro han pedido lugar para enviar loros.

Raúl Rojas indicó que también se rescatan mascotas silvestres que se escapan del vecindario o que de pronto representan un peligro. “Si se trata de perezosos, por teléfono enseñamos a las personas qué hacer con ellos, pero si es un mono, un tejón o una víbora, acudimos porque hay que saberlos manipular para no salir heridos”, dijo Rojas.

El vecino puede pedir ayuda al número gratuito 800-14-2052.

El experto dio algunos consejos para aplicar en caso de que un animal silvestre aparezca en la casa. Si se trata de un puercoespín, se lo debe tomar de la cola y echarlo a una bolsa o jaula; si es un tejón, se le arroja una bolsa o una colcha para agarrarlo con guantes y se le inmoviliza la mandíbula.

Al perezoso, más conocido como perico en nuestro medio, se lo toma por detrás por la región de las axilas; a una paraba se la debe inmovilizar tomándole el pico por detrás de la cabeza, con el dedo pulgar por debajo y los dedos índice y mayor en medio del pescuezo. A una víbora se la debe sujetar con una palca lo más cerca posible de la cabeza y tomarla de allí firmemente.

Víctimas del comercio ilegal

La caza y la comercialización de animales silvestres están penadas por las leyes bolivianas, por lo que se recomienda denunciar este negocio ilícito, que pone en peligro de extinción a especies como el jaguar. En el caso de Hernán, un cazador furtivo mató a su madre en el sector de Villa Tunari (Cochabamba) y lo ofrecía en $us 800 por las redes sociales.

Cuando el pequeño jaguar fue rescatado, presentaba fracturas en una pata y en piezas dentales, lo que le ocasionó un mal intestinal que lo tuvo al borde de la muerte.

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