A casi dos años de su muerte. Este agosto, quien fuera el histórico líder el partido comunista de la isla cumpliría 92 años. A veinte meses de su ausencia han pasado muchas cosas, desde la visita del primer presidente estadounidense, hasta la llegada del primer mandatario que no apellida Castro

El Deber logo
26 de agosto de 2018, 4:00 AM
26 de agosto de 2018, 4:00 AM
La memoria colectiva suele equivocarse. Fidel estaba vivo cuando Barack Obama llegó a Cuba en marzo de 2016, después de la apertura de la embajada en La Habana. Fue en noviembre de 2016 cuando el histórico líder falleció, pero los cambios en el poder ya eran de su conocimiento antes de que su hermano Raúl asumiera el poder.

Raúl, el gobernante nombrado ‘por vía sanguínea’, como lo calificó la bloquera Yoani Sánchez, decidió no ejercer un tercer mandato. Aún así, estuvo diez años en el poder.

En ese tiempo, se comenzó a permitir lo que Fidel había frenado. Como la compra y venta de autos usados; y surgió un tímido mercado inmobiliario, después de varias décadas de prohibición.

Los cuentapropistas son ahora un 12% de la fuerza laboral de la isla, y entre 2013 y 2015 aparecieron las conexiones públicas a un limitado y lento internet.

A mediados de este mes, los cubanos pudieron navegar por la red desde cualquier lugar de la isla. La bloguera Yoani Sánchez tuiteó: “No me van a creer, pero estoy enviando este tuit desde mi teléfono”. Se trataba de una prueba. Desde las 11:00 hasta las 20:00 del 9 de agosto, la empresa estatal Etecsa, que maneja las telecomunicaciones, estuvo a cargo de la prueba inalámbrica.

Todo eso parece sugerir cambio.

“¿Cuál cambio?”, se pregunta, socarrón, el senador Óscar Ortiz, crítico del sistema de Gobierno de la isla. “Los cambios ya empezaron con Fidel”, asegura Osvaldo Peredo, ex guerrillero y admirador del sistema político cubano.

Internet. Hubo internet en toda la isla durante ocho horas. Menos del 2% de la población está conectada

Reforma

Cuba inició hace dos semanas un proceso de consulta nacional del proyecto de reforma constitucional. Se recogerán las sugerencias que los ciudadanos hagan a un texto ya analizado por la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral). Cuando la consulta acabe, el texto será sometido a un referendo en febrero de 2019.

Los temas que se van a discutir: reconocimiento de la propiedad privada, eliminación de las alusiones al comunismo, creación de un primer ministro, redefinición del matrimonio como la unión entre dos personas (lo que abre las puertas a una eventual legalización del matrimonio homosexual), e inversión extranjera.

El sistema político, sin embargo, no va a cambiar, según afirma el senador Ortiz. Raúl Castro va a retener el control sobre el Partido Comunista. Por tanto, no se puede decir que habrá un sistema multipartidista.

En los hechos, un presidente puede ejercer solo durante dos mandatos de cinco años, decisión tomada en los tiempos de Fidel Castro.

Osvaldo Peredo considera que la democracia no está en función del multipartidismo y de las elecciones. “Las peores tiranías tuvieron muchos partidos. En Bolivia teníamos muchos partidos y la existencia de una aparente democracia que no era más que una cáscara funcional a la represión. Acordémonos de Banzer. A esa no la llamo dictadura. Bolívar fue un gran dictador, pero aquí tuvimos tiranos”, opina.

Sucesor. Miguel Díaz-Canel (58) fue nombrado presidente de Cuba. Es el sucesor de Raúl Castro (87)

La economía

Será el escenario en el que los nuevos dirigentes realicen su revolución. Miguel Díaz-Canel, el sucesor de Raúl, es el primero que no apellida Castro en el poder, no participó en las acciones de armas cuando nacía la Revolución, y pondrá los nuevos retos bajo su mando.

Según el catedrático cubano Carmelo Mesa-Lago, de la Universidad de Oxford (EEUU), en 1958, antes de la Revolución, el Producto Interno Bruto cubano era el tercero más alto de la región. Complicado para Díaz-Canel, porque en 2016 el crecimiento del PIB se frenó hasta el 0,5%, cuando el año anterior había llegado a un 4,4%, según la Oficina Nacional de Estadística cubana. El crecimiento cubano, en 2006, fue del 12,1%.

Otro cambio que ya está viviendo Díaz-Canel es la relación con Donald Trump, que ha restringido los viajes de estadounidenses a Cuba que Obama permitió; Trump llegó a prohibir a los estadounidenses pernoctar en los hoteles o comer en los restaurantes de Gaesa, el conglomerado de empresas cubano.

Embajada de EEUU. La bandera de las barras y estrellas flameó en La Habana en 2016. Hubo una ola de entusiasmo por la visita del presidente Barack Obama

Platita de afuera

El bloqueo (llamado embargo en EEUU) ha causado 96.000 millones en daños solo en 2008. Se trata del embargo más prolongado de la historia moderna, criticado por todos los países, excepto Estados Unidos, Israel y Palaos. “El embargo es contraproducente. Para lo único que sirvió es para darle un pretexto al Gobierno para disimular su inviabilidad”, dice el senador Ortiz. Si no fuera por las transferencias de petróleo casi regalado que hace Venezuela -asegura Ortiz-, el sistema económico y estatal cubano no podría mantenerse.

Una de las ventanas para mirar al mundo es el megapuerto de Mariel, que ha acumulado $us 1,1 millones en inversiones. Hay 34 empresas de 16 países, aunque solo diez están en operación. Esto significa que con el megapuerto, se ha captado un tercio de lo planificado. En un escenario de endurecimiento desde Washington, la Cuba post Fidel tiene posibilidades de volver a la retórica de la Guerra Fría. Por ahora, Díaz-Canel se ha limitado a protestar contra la hostilidad de Estados Unidos. La apertura duró poco y la continuidad parece asegurada con el sucesor de Raúl.