El cráter tiene 69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y una temperatura en su interior de 400°C. Se convirtió en un atractivo turístico en Turkmenistán

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9 de julio de 2018, 8:33 AM
9 de julio de 2018, 8:33 AM

Se encuentra ubicado en el desierto de Karakum, en Turkmenistán. Se trata del cráter de Darvaza, que cada año atrae a cientos de turistas por sus infernales llamas. El pozo no es obra de la naturaleza, sino que es el resultado inesperado de una prospección minera soviética realizada en la década de 1970. 

El cráter tiene 69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y una temperatura en su interior de 400°C. Su 'nacimiento' se remonta a 1971, durante unas obras de prospección de gas de geólogos soviéticos, quienes vieron cómo su equipo y sus tiendas eran tragados por la tierra.

Los geólogos habían descubierto una cueva subterránea llena de gas natural. Temiendo que el cráter ocasionara el escape de varios gases naturales peligrosos, el equipo decidió prenderle fuego. Estimaron que se extinguiría en algunos días, sin embargo, lleva cuatro décadas incendiado, según Wikipedia. 

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En 2013, el explorador canadiense George Kourounis descendió al cráter con ayuda de un traje térmico y así descubrió una bacteria rica en metano. El hombre comprobó a través de muestras del suelo que hay organismos viviendo a más de 400°C.

El Pozo del Infierno, es un espectáculo literalmente dantesco en el que el fuego reluce en toda su magnitud, dándole al pozo un aspecto semejante al de un ardiente cráter volcánico, que lo hace merecedor a su nombre. 

El Gobierno de Turkmenistán, recibe entre 10.000 y 12.000 turistas por año, según RT Noticias, y plantea proyectar aún más su potencial turístico a través de la promoción de este fenómeno geológico. 

Foto: AFP

 

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