Desde hace dos años era la jefa de redacción de esta casa periodística. Se ganó el respeto de la gente con la que trabajó

El Deber logo
20 de junio de 2019, 4:00 AM
20 de junio de 2019, 4:00 AM

“Muy agradecidos por casi una década de trabajo en EL DEBER, en la que mostró capacidad, entrega e idoneidad profesional”, fueron las palabras de Pedro Rivero Jordán, director general del Diario Mayor al reconocer el trabajo de Cecilia Dorado, que hasta el lunes fue la jefa de redacción.

“Lo mejor que me llevo es el aprecio de todos”, respondió Cecilia, durante un pequeño acto con toda la redacción. Recordó su paso por las diferentes áreas y aseguró que no hubiera podido avanzar sin el equipo que la acompañó. Asimismo, explicó que su decisión responde a motivos familiares y personales. Al despedirse de sus colegas, señaló que en EL DEBER se hace un periodismo que gana premios y que influye en la sociedad.

El director periodístico corporativo, Juan Carlos Rivero, remarcó las largas horas dedicadas por Cecilia a la redacción y le deseó la mejor de las suertes en su caminar profesional.

El editor de Mundo, Carlos Morales Peña, no duda en decir: “Cecilia nos ha dejado su compromiso sin reparos por el buen periodismo, la entrega cotidiana por llevar adelante al mayor equipo periodístico del país, la sensibilidad con las grandes causas que movilizan a los bolivianos y a la humanidad en su conjunto. Pese a todo, nunca dejó de compartir una mano solidaria, una sonrisa plena, la necesidad de soñar, aunque los vientos corran en contra. Fue un privilegio trabajar a su lado y estoy seguro que vendrán mejores tiempos para una gran profesional y un gran ser humano”.

Mónica Salvatierra, editora de Opinión, recuerda que con Cecilia se conocen desde el inicio de este camino por el periodismo. “Es una periodista con gran trayectoria y una dedicación ejemplar a este oficio. Destaco en ella su minuciosidad a la hora del cierre de los temas y el apoyo que ha dado permanentemente a cada miembro de la redacción. En todos los momentos ella ha estado animando a todos a seguir adelante y eso refleja su grandeza como ser humano. Las despedidas son tristes siempre. En este caso, espero que Cecilia haga una pausa que sirva para tomar impulso y seguir adelante, encarando con mucho éxito su caminar profesional y el familiar, que es el complemento imprescindible de la vida. Su huella en EL DEBER es imborrable”.

Beatriz Ávalos, editora de Santa Cruz, conoce el trabajo de Cecilia Dorado desde que, grabadora en manos, trabajaba para Radio Santa Cruz, allá por los años 90. “Se abrió camino y prestigio a puro pulmón, trabajando duro y de forma honesta, seria y responsable. Fue colega, amiga y también mi jefa en el diario El Nuevo Día y luego en EL DEBER. Nunca se le subieron los humos, siempre fue una periodista humilde y sabía muy bien separar la amistad del trabajo. Periodistas y editores siempre tuvimos su apoyo, incluso en los momentos duros y difíciles del ejercicio profesional. Valoro de ella su sensibilidad con los problemas de la gente y su preocupación por los destinos del país y particularmente de Santa Cruz. Sentiré su ausencia y extrañaré sus buenos consejos. Le deseo lo mejor en los emprendimientos que encamine de aquí en adelante”, afirmó.

“Ha sido reconfortante y un buen aprendizaje de vida el conocer a una persona que supo contrarrestar los momentos de desánimo y nos supo guiar para nunca caer”, señaló Christian Peña y Lillo, editor de Seguridad.

El acto fue bastante emotivo. Pedro Rivero le obsequió un crucifijo y le pidió que siempre lleve a EL DEBER en sus oraciones, mientras que Juan Carlos Rivero le entregó un ramo de flores como muestra de agradecimiento.