Seis patrullas de agentes policiales y un camión de fuerzas especiales armadas fueron desplegadas en una granja en Aberdeenshire (Escocia) luego de que el dueño, Bruce Grubb, reportó a las autoridades que había un tigre recorriendo su territorio.

Al llegar a la escena los agentes permanecieron en sus vehículos durante más de 45 minutos, evaluando la situación, debatiendo y planeando una estrategia para someter al tigre, sin que este resulte dañado. Mientras esperaba la respuesta de los oficiales frente al asunto, al granjero le extrañaba que el tigre permaneciera tan tranquilo y quieto, reportó el diario Scottish Sun.

Mientras la policía seguía discutiendo dentro de sus patrullas, Grubb se acercó un poco más hacia el animal, para descubrir que efectivamente se trataba de un tigre, pero de peluche.

“No tenia duda alguna de que era real, me asusté muchísimo” comentó el granjero al periódico, “me preocupaba pensar que se fuera a comer a todas mis vacas antes de que la policía lograra dispararle” añadió. También agregó que él no fue el único que pensó que se trataba de un tigre real, pues la primer patrulla que llegó a la escena se negaba a salir del vehículo o siquiera a bajar las ventanas.

La policía local en su declaración comentó: “Se hicieron esfuerzos para verificar el avistamiento de un tigre lo antes posible, se hizo contacto con los zoológicos mas cercanos para asegurar que no hubiera ningún fugitivo. El caso fue cerrado cuando los agentes establecieron que no había ninguna amenaza para los habitantes”.

Si bien el caso termino siendo una divertida anécdota, la identidad del autor intelectual que puso el juguete en la granja sigue siendo un misterio.