El embarazo adolescente es una realidad. Según Plan Internacional, en algunos rincones de Bolivia se fuerzan uniones y se naturaliza que una niña (entre 10 y 19 años) se una a un hombre.

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4 de febrero de 2019, 6:00 AM
4 de febrero de 2019, 6:00 AM

Yovana (nombre ficticio) ocultó su embarazo por seis meses. Su vientre ya lucía un tanto abultado cuando sorbió la cantidad de coraje necesario para contarles a sus papás. Tenía 14 años y fue víctima de violencia sexual. Tras la confesión no le preguntaron qué y cómo pasó, su padre tomó sus libros y útiles escolares y les prendió fuego. La niña no solo tuvo que lidiar con la tragedia de una violación, también debió afrontar un embarazo, la condena familiar y social, sin mencionar que su continuidad en el colegio estaba en riesgo. ¿Qué pasa cuando una niña es madre?, ¿deja de ser niña?, ¿pierde sus derechos de niña? (a la educación, a la felicidad, a comer y a estar bien).

“Para la sociedad dejan de ser adolescentes y se convierten en madres”, responde Ana Paola García, responsable del departamento sicosociojurídico de la Casa de la Mujer que desde 2016 viene trabajando en el municipio de Buena Vista con un proyecto de empoderamiento de las niñas en un lugar en donde no es raro ver adolescentes acudiendo al colegio con sus hijos en brazos.

Escuela de campeonas y campeones para el cambio se llama la iniciativa en conjunto con Plan Internacional que funciona desde 2016 en diferentes colegios de ese municipio. Ana Paola tuvo que involucrarse para que Yovana reciba apoyo emocional, sea reintegrada a su familia y no deje el colegio.

“Era inicios de 2018, a estas alturas ella ya es mamá de un varoncito y sigue estudiando”, y asegura que este no es el único caso. Varias estudiantes asisten al colegio con sus bebés en brazos y entre compañeras se turnan para cargarlos. “Yo diría que ni siquiera logran concentrarse en los estudios”, por eso han trabajado en sensibilizar a los padres de esas niñas para que las colaboren siquiera en el último bimestre (porque suelen irse a sus chacos) para que rindan en sus exámenes. Ana Paola dice que echa de menos en ese lugar a la Policía y a la Defensoría de la niñez.

En la maternidad cruceña

Para Federico Urquizo, director del Hospital de la Mujer Dr. Percy Boland, el embarazo en la adolescencia es un fenómeno cultural, social y educacional y las consecuencias adversas son físicosicosociales. “Para empezar existen problemas en la atención sexual y reproductiva del adolescente que provocan matrimonios precoces, abandono de la escuela, riesgo en el embarazo, riesgo de tener más embarazos, ausencia del control prenatal y complicaciones obstétricas más una alta tasa de mortalidad materna”. A la larga lista Urquizo le agregó que los nacimientos prematuros son muy frecuentes en las madres adolescentes. “No suelen llegar a las 40 semanas, el parto casi siempre se adelanta”. Sus más de 30 años de experiencia no le permiten equivocarse, “la mayoría de las adolescentes tienen una mala nutrición durante el embarazo, por tanto no esperemos niños bellos, van a nacer con bajo peso y casi todos van a padecer enfermedades, una característica de su prematurez”.

Para él está muy claro que hay deficiencias en el sistema de salud y que las adolescentes no están bien atendidas. “De 10 años ya hay casos de embarazo, su percepción a cerca del sexo es cero y aquí intervienen lo cultural, lo social y lo religioso. Falla el sistema de salud, las escuelas y las universidades”.

El director de la maternidad desveló que en 2017 se atendieron 288 embarazos en adolescentes, de los cuales la mitad correspondió a menores de 15 años. “En nuestro hospital Percy Boland se atendió, en 2017, 144 embarazos en menores de 15 años y otros 144 casos en menores de entre 16 y 19 años. De todas las menores de 15 años, un 32% dijo estar en unión estable y como soltera se declaró un 68%. De este mismo grupo 93,4% declaró no tener antecedentes obstétricos (no tenía hijos anteriores), mientras que 1,9% fue primigesta (ya tenía un hijo anterior) y un 4,7% venía de tener dos hijos anteriores a su embarazo actual. ¿Cómo es posible que hasta los 15 ya hayan tenido dos hijos? Esto lo tendrían que saber interpretar los políticos y las autoridades”, enfatizó.

Respecto al tema de los abortos, Urquizo reconoció que es una problemática muy compleja. La información de cuántos casos se atendieron en la maternidad aún no está sistematizada, pero en su experiencia ha visto que la mayoría de los abortos en las adolescentes son inducidos y que estas “ya conocen de memoria las tabletas” que se deben tomar para provocar el legrado.

La realidad

Tener o no recursos económicos no incide cuando se trata de educación sexual, esa es la conclusión del sociólogo Miguel Becerra,que es también coordinador de proyectos de derechos sexuales, derechos reproductivos y prevención de la violencia sexual de Plan Internacional. “Puede ser que la niña tenga acceso a un colegio particular, a un celular último modelo, pero tanto a ella como a la del área rural o de la zona periurbana la educación sexual no les llega”.

Becerra advierte que el Snis-ve (Sistema Nacional de Información en Salud-Vigilancia y Epidemiología) del Ministerio de Salud tiene datos actualizados hasta 2018 en los que Santa Cruz aparece liderando en embarazo adolescente. Efectivamente, el año pasado, por ejemplo, el país registró 2.100 casos, de los cuales 949 estaban en nuestro departamento. Le siguen Cochabamba con 294 y La Paz con 214.

“Desde Plan Internacional tenemos una premisa, vivimos en una sociedad patriarcal, machista y desinformada. Nos movemos en una sociedad muy conservadora y de doble moral, mientras vamos a la iglesia se reproducen feminicidios, violencia sexual y embrazo adolescente. Las mujeres y sobre todo las niñas son las más vulnerables y la educación sexual integral no existe todavía en Bolivia, no es prioridad para el Estado a través del sistema de educación formal”, resalta Becerra.

También hace notar que en los servicios de salud deja mucho que desear el trato al adolescente. “Hay municipios rurales donde ni siquiera se puede acceder a servicios de salud o si hay es precario y en las áreas periurbanas existe pero hay una mala actitud frente al adolescente que va por información. “Empiezan a cuestionarla o estereotiparla, le dicen andá estudiá en lugar de pedirme preservativos”.

Todo esto a pesar de que en Bolivia hay una resolución ministerial que dice que es obligatorio que los servicios de salud tengan atención integral diferenciada hacia adolescentes y jóvenes. “Si una adolescente necesita información el trato debe ser distinto, de calidad y diferenciado. Pero estos servicios no están funcionando y si funcionan solo es en áreas urbanas”.

El sociólogo considera que muchas de las normativas aprobadas recientemente reconocen a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, pero estas normativas no vienen con presupuesto. “A la hora de poner un programa de desarrollo enfocado a embarazos adolescentes por ejemplo, no hay fondos para ponerlo a funcionar”.

Y el escenario adverso lo sigue pintando. En base a su experiencia en trabajo de campo por diversos rincones del país, Becerra denuncia que en el área rural existe población indígena que tiene usos y costumbres que no están a favor de los derechos sexuales y reproductivos y se reproducen las relaciones de poder en las que las niñas y adolescentes salen perdiendo. “Incluso les prohíben ir a un centro de salud”.

Una investigación reciente de Plan Internacional sobre uniones tempranas y matrimonios infantiles desvela que estos existen en Bolivia. “En Cabezas, en el caso cruceño, se evidenció que la unión temprana tiene un enfoque patriarcal, la familia da a la hija al patriarca de la comunidad o al que sea económicamente sostenible. ¡En Sucre encontramos una adolescente que fue cambiada por una vaca!”.

Por último, el sociólogo denuncia que el Estado tiene casas de acogida o refugios temporales donde las niñas embarazadas son atendidas con controles de gestación, se las alimenta y se les da capacitaciones, pero que en algunos casos las vinculan con otros adolescentes con conflictos con la ley, o de adicciones y “esto es más dañino. Sin mencionar que solo les enseñan corte confección o peluquería para salir adelante, encasillándolas”.

También se debe atender el aspecto sicológico

La sicóloga Carolina Rodríguez, influencer, docente y madre escribió una reflexión respecto a la temática del embarazo adolescente, que se debe atender no solo en lo físico, sino también desde lo sicológico, pues este traerá efectos importantes en la siquis de la adolescente que quedó embarazada o que ya es mamá.

La madre adolescente puede tener episodios de melancolía, que pueden llevarla a una depresión (leve, moderada, o severa). También el aislamiento por parte de su grupo de amigos es otra posibilidad, pues ya no disfrutará de las mismas actividades debido a su nueva responsabilidad. También es posible que sienta rechazo ante su hijo por el cambio drástico que le dará a su vida, así como temor a mencionar el tema de embarazo con sus figuras de autoridad. Por si fuera poco debe asumir los cambios físicos que están asociados al posparto, como el cambio de peso, estrías, el hecho que su ropa no le quede como antes y experimentar que el tiempo ya no es de ella y que un bebé genera gastos.

Es muy posible que muchas deban buscar trabajo y por su fala de experiencia laboral y su currículo incompleto, tengan pocas oportunidades. En casos más comunes las adolescentes se quedan a vivir con sus padres y el papá del menor que viene en camino no les responda como debe ser y las adolescentes se tengan que enfrentar a los comentarios de otros familiares.

Lo que se debe hacer como padres, adultos, maestros, amigos, jóvenes y adolescentes, es mantener la comunicación al interior de las familias, si los jóvenes no encuentran ayuda de las personas más cercanas, posiblemente buscarán orientación por otro lado y no tendrá buenos resultados si entre adolescentes o jóvenes de la misma edad se trata. Hablemos con nuestros jóvenes.

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