Una investigación de una universidad de EEUU encontró que este líquido puede dañar la parte sana del cerebro

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20 de febrero de 2018, 22:41 PM
20 de febrero de 2018, 22:41 PM

Investigadores de la Universidad de Arizona (UA) anunciaron este martes que han descubierto que el líquido producido por el tejido que muere en un ataque cerebral es tóxico y puede potencialmente dañar la parte sana del cerebro y ser una posible causa de demencia en algunos sobrevivientes.

Este nuevo descubrimiento puede abrir la puerta para el desarrollo de nuevos tratamientos para evitar la demencia después de un derrame cerebral, dice el estudio, que será publicado en la edición de abril de la revista Neurobiology of Disease.

 "La mayoría de las personas probablemente asume que el cerebro sana de la misma manera que otros tejidos. Pero no lo hace, el tejido cerebral muerto no sana y no desaparece como en otras lesiones corporales, permanece en ese estado de licuefacción por mucho tiempo", dijo Kristian Doyle, profesor asistente en el departamento de Inmunobiología de la UA, en un comunicado de prensa.

 Los científicos ha sabido durante años que el cerebro sufre una licuefacción después de un derrame cerebral.

 Si se corta el flujo de sangre y oxígeno durante un periodo suficientemente largo, lentamente una porción del cerebro muere y se transforma en una sustancia dura y a la vez elástica.

 Para entender mejor este fluido moribundo, Doyle y su equipo de laboratorio estudiaron ratones que habían experimentado derrames cerebrales.

 En primer lugar los investigadores extrajeron liquido de áreas de licuefacción y probaron su nivel tóxico colocándolo junto a neuronas vivas.

 Después de cuatro horas, más del 50 % de las neuronas había muerto en comparación con las neuronas que fueron colocadas junto a fluido cerebral normal y saludable.

 Normalmente, después de un ataque cerebral se forma una cicatriz del tejido cerebral afectado, una barrera natural alrededor del área lesionada para proteger el resto del cerebro. Su formación es crítica para el proceso de curación.

 Pero los investigadores descubrieron que este líquido puede transmitirse lentamente a través de esta barrera natural, más allá de la cicatriz y hacia la región sana del cerebro.

 Doyle sospecha que este liquido puede ser una causa de demencia después de un accidente cerebro vascular.

 De los 10 millones de personas que sobreviven a un derrame cerebral cada año en Estados Unidos, alrededor de un tercio desarrolla demencia por razones poco claras.