Se está monitoreando, a partir de las imágenes, la vida silvestre de jochis, zorros, urinas y otras especies. La estación meteorológica determinó que en el curichi se registran entre dos y tres grados menos de temperatura

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30 de mayo de 2019, 0:00 AM
30 de mayo de 2019, 0:00 AM

Seis cámaras trampa donadas por WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) al humedal de agua dulce Curichi La Madre están haciendo posible el monitoreo de los animales mamíferos, medianos y pequeños que se ahí se encuentran. Hasta el momento las cámaras, que tienen instalados sensores de movimiento, permitieron avistar urinas, puercoespines, jochis, zorros y conejos silvestres.

El propósito de registrar la fauna que ahí habita es reunir todos los datos posibles para saber qué tipo de animales hay, tener una idea de cómo se encuentra su población y poder establecer estrategias para su conservación.

La Dirección General Municipal de Medioambiente está realizando el monitoreo, al que se suma el trabajo de una estación meteorológica que mide las condiciones ambientales para valorar los servicios que este bosque brinda. En dos semanas de monitoreo de esta estación los resultados preliminares arrojaron que existe una reducción de la temperatura de dos a tres grados. En otras palabras, el Curichi La Madre es más fresco que otros puntos de la ciudad donde no hay bosque.

Además, se mide la humedad relativa, la velocidad y dirección del viento y la calidad del aire.

Mejor calidad del aire

Diego Rojas, ingeniero ambiental aseguró que la calidad del aire del curichi es 13 veces mejor de lo que se registra en otras áreas de la ciudad. “Tenemos tres microgramos por metro cúbico cuando en otras áreas llegamos a registrar entre 35 y40 microgramos”. Rojas se refiere a la concentración de partículas contaminantes, que por tener bastantes árboles en la zona se limpia mucho más el aire. “Por ejemplo, en el punto de la exterminal tenemos a veces concentraciones de hasta 45 microgramos, bordeando el límite de lo permitido que son 50 microgramos”, complementó el ingeniero ambiental.

Un lugar para estudio

Limberg Vargas, ingeniero ambiental a cargo del área protegida señala que el curichi no es un parque autonómico donde la gente pueda acudir para hacer esparcimiento. “La finalidad de este lugar es más de educación y concienciación”, por eso es que se reciben grupos de estudiantes, visitas que se programan porque es muy importante que esté presente un guardaparque, ya que los senderos no están totalmente señalizados y se tiene que tener mucho cuidado, pues hay animales silvestres.