Respeto y comprensión. Son las dos claves para convivir en épocas navideñas con quienes odian la Navidad. Quienes los rodean están obligados a respetar su decisión de no festejar, pero no deben permitirles arruinar celebraciones. Una experta aconseja buscar razones, poniendo énfasis en el amor

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16 de diciembre de 2018, 4:00 AM
16 de diciembre de 2018, 4:00 AM

El mensaje de la orientadora y coach familiar Valeria Nazer, respecto a quienes odian la época navideña y se comportan como el personaje animado del Grinch ante el ambiente que se genera y muestran claras intenciones de boicotear la fiesta, es darles respeto y comprensión. Eso apoyado en que detrás de esa actitud existe un motivo que se debe conocer para poder ayudar.

“Se debe hablar asertivamente, sin culpar ni atacar, sino explicando la manera en que esta manera de actuar nos hace sentir y explicando que otras personas esperan con ansias este tiempo”, indica la orientadora.

Asegura que existen muchos motivos para que el rechazo a la Navidad se haga visible y menciona como los más frecuentes la pérdida de un ser querido y la melancolía o tristeza que genera; el divorcio o alejamiento de familiares del hogar y la incomodidad que existe a partir de ese hecho; y también, a la percepción de esta celebración como comercial y las desigualdades e injusticias que afectan a muchas personas.

La Navidad puede convertirse en una fiesta envolvente, que invade con sus colores, aromas, ajetreo en los comercios y el alto nivel de estrés de las personas. Para enfrentarla, la experta recomienda hacer acuerdos, conciliar reglas y poner límites, con el compromiso de no rebasarlos.

Se les debe recordar a quienes rechazan la fiesta que su decisión será respetada, pero que no pueden privar de su derecho a quienes desean celebrarla.

Así, poniendo en práctica la comunicación directa, asertiva, y con énfasis en el amor, se puede preguntar de frente el porqué de esta situación, aunque también es importante preguntar cuál es la ayuda que se puede brindar.

Lo recomendable, para Nazer, es moverse en torno al amor verdadero, desinteresado y genuino hacia esas personas. Y si es el caso, cuando lo que mueve el bienestar del otro también es acertado insistir.

“Muchas veces lo que nos mueve es el qué dirán, la necesidad de control o de que todo salga bien. Sin embargo, cuando se trata de la fuerza del amor, nunca está de más hacer un último intento”, remarcó la coach.

El fenómeno religioso

A mucha gente le incomoda participar en fiestas religiosas y la Navidad netamente lo es. Es bueno recordar que se trata de festejar el nacimiento de Jesús y la sucesión de hechos que rodean a su historia.

Entonces, no es necesario oponerse a una celebración que se ha vuelto universal y se festeja en todos los lugares donde exista un cristiano. Tal vez sea adecuado pedir tolerancia y centrarse más en el ambiente de fraternidad que debe reinar en torno a este acontecimiento.

En este punto, tampoco es sano pedir que a todas las personas las invada el espíritu navideño o presionar a los allegados a ser felices, porque como se explicó antes, algunos pueden estar pasando por situaciones muy difíciles que no pueden resolver poniéndolas en palabras. Al contrario, muchas veces la época navideña acentúa los problemas al contrastarlos con la felicidad aparente en el resto de la gente.

Ciencia de las emociones

Una nueva investigación, publicada recientemente en la revista British Medical Journal, revela que el espíritu de la Navidad se encuentra localizado en el cerebro humano. Al parecer la baja actividad de una red cerebral relacionada con las emociones podría ser la causa.

Los autores del estudio usaron imágenes de resonancia magnética funcional para escanear los cerebros de 20 adultos mientras se le mostraban imágenes relacionadas con la Navidad, y así poder detectar los cambios a nivel de actividad cerebral.

En base a toda esta información, se clasificaron a los participantes del estudio en dos grupos: el grupo que ama la Navidad y el grupo que no les gusta. En la comparación entre los dos grupos, se encontró que los amantes de la Navidad tenían mayor actividad en cinco áreas del cerebro ante las imágenes navideñas.

Entonces, queda científicamente demostrado que el espíritu navideño reside en el cerebro.

2. Invadidos. Algu - nas personas recha - zan la Navidad por - que sienten que su espacio y su paz fue invadida por la locura de los demás.
3. Regalos. Nadie debe sentirse obliga - do a dar obsequios, pero sí lo está a agra - decer cuando los recibe con cariño.
4. Depresión. Es muy común y se ge - nera especialmente por la ausencia de seres queridos en las celebraciones
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