Puesta en escena. Marcos Malavia dirige la obra que cuenta con actores de la Escuela Nacional de Teatro. Se presentan hoy y manaña en el teatro de la Aecid

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24 de agosto de 2018, 4:00 AM
24 de agosto de 2018, 4:00 AM

Tejas Verdes fue el nombre de un campo de concentración ubicado en la población del mismo nombre, en la provincia de San Antonio (Chile). A este lugar trasladaban a hombres y mujeres para ser interrogados, sometiéndolos a brutales torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet. Pero también, Tejas Verdes es el nombre de la obra del reconocido dramaturgo español Fermín Caba, que hoy inicia su nueva temporada en el teatro del centro de formación Aecid.

El espectáculo retrata la historia de una generación que no encontró el camino de regreso a casa, que fue castigada por sus ideales, como la protagonista de la obra, Colorina, una muchacha que fue víctima de torturas durante la represión. “Es la historia de Latinoamérica que fue enterrada junto con los recuerdos de nuestras madres”, explicó el director de la obra, Marcos Malavia.

La puesta en escena está a cargo del elenco estable de la Escuela Nacional de Teatro, Amassunu (palabras del agua, en lengua guaraní), que se renueva con actrices y actores que egresaron el 2017 y entre los que figuran Sarah Faride Tamayo, Jossette Peñaloza, Nicole Cornejo, Jorge Arias, José Gabriel Vargas, Javier Alcocer, Alexis Muñoz, Carol Mendoza, Carmen Rocha, Denisse Rojas, Moira Flores, Mallku Tusco y Emi Chávez, todos bajo la dirección de Malavia, que también participó como dramaturgo de esta obra y que buscó que los intérpretes tengan la misma edad de los personajes a los que representan en la obra.

Homenaje a los jóvenes

Tejas Verdes, dice el director, es una obra que fue escrita por el dramaturgo y periodista Fermín Cabal para hacer memoria sobre uno de los dictadores más sanguinarios de la historia, en este caso de Pinochet.

“La puesta en escena trata de homenajear a esa generación que de alguna manera entregó su vida por la libertad y la justicia. Es muy importante hablar de esa época. El teatro debe ser un espacio de memoria y de testimonio, como también una manera de prevenirnos de ese fantasma que existe en la sociedad y que permite que algunos tengan actitudes autoritarias frente a otros y que esto lleva a extremos de violencia”, remarcó Malavia.

La obra se presentó en el Festival Internacional de Teatro en La Paz, Fitaz 2018, y Malavia adelantó la gran posibilidad que se presente en el Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz en 2019.