En una época en la que se promueve la recuperación de los espacios públicos para la gente, ‘Pepín’ Barbery expone un plan que intenta la unión del parque con el monumento cristiano

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7 de julio de 2018, 4:00 AM
7 de julio de 2018, 4:00 AM

El objetivo es claro y apunta a rescatar acertadamente áreas ocupadas y llenas de todo. Liberarlas y convertirlas en espacios muy bien trabajados y arborizados adecuadamente, que proporcionen sombras a distintas actividades de esparcimiento; la propuesta de la creación de dos plazas de la mujer y la de los motacuses cumplen con el propósito al vincularlas y conectarlas a través de calles convertidas en peatonales que conducirán hacia el gran espacio central, fuente de múltiples atracciones, el majestuoso parque El Arenal. 

Conceptualmente es en esa dirección que debemos seguir y no caer en contradicciones, liberar espacios en algunos casos para ocupar otros. Esa es la propuesta del arquitecto José Barbery al presentar su proyecto que busca unir, mediante pasarelas y viaductos, El Arenal, en pleno centro de la ciudad, con el monumento a Cristo Redentor, ubicado en el segundo anillo de circunvalación.

 ¿Qué lo impulsa a hacer esta propuesta?
Es una idea que tengo desde mi infancia, yo nací y me crie en esa zona de la ciudad, que se fue acrecentando conforme pasaban los años y una vez obtenido mi título de arquitecto fue tomando forma, y creo que es tiempo de que la gente lo conozca.

¿Qué novedades tiene su proyecto con otros que también profesionales han presentado de esa parte de la ciudad?
Respeto los proyectos que han presentado colegas sobre la remodelación del parque El Arenal, pero en este caso debo hacer algunas puntualizaciones. Considero que la casa de la familia Banzer, que se pretende expropiar, muy poco o nada puede aportar arquitectónicamente para ser considerada parte del patrimonio histórico de la ciudad.

Intentar conservarla, remodelarla o ampliarla puede resultar, entre otras cosas, elevar costos para el municipio. Simplemente es una muralla en las orillas de la calle Beni y frente a la calle Adán Gutiérrez, que siempre hizo de barrera, frenando y obstruyendo las lindas vistas panorámicas del mural de Lorgio Vaca, las fuentes de agua y el gran espejo de agua; incluso se apreciaría la calle 6 de Agosto, convertida en peatonal, como se pretende hacer. 

¿En este lugar usted pretende erigir un edificio de cristal?
Mi propuesta es construir ‘La caja de cristal’ o más propiamente el ‘museo de cristal, construido en su integridad de vidrio y que con su transparencia nos posibilitaría capturar visuales tanto de afuera del parque hacia dentro y viceversa. La caja de cristal albergaría el museo de ciencia, tecnología y medioambiente, e incluso también cafeterías. Su construcción se plantea semienterrada, medio nivel, descendiendo hacia el subsuelo, con lo que se intenta no exceder en su altura para no agredir el entorno y evitar arrojar demasiadas sobras sobre el agua y también posibilitará conectar los museos con la isla por dos vías: exteriormente por un puente y por abajo por un túnel, favoreciendo con sus paredes de vidrio la apertura de un acuario, convirtiéndose en el gran centro de atracción.

¿También propone la unión del parque con la Monseñor Rivero?
Debemos conservar en su integridad el primer tramo de la Monseñor (ex-Caballito) anulando el ingreso vehicular desde el primer anillo hacia el centro, este gran espacio que siempre estuvo desconectado del resto de la Monseñor, logrando con esto integrarla y conectarla a través de una pasarela que ‘seduzca’ al público; simplemente ocuparía el paso del primer anillo y en la dirección opuesta la pasarela se dirigirá hacia el sur y tendrá como objetivo final la propia isla del parque El Arenal, obteniendo inmejorables y enriquecidas vistas en movimiento hacia el paseo en su totalidad, consolidando de manera real y efectiva el trayecto hacia el Cristo Redentor.

¿Qué se logra si su proyecto se hace efectivo?
Con este propósito llegaríamos a una longitud de un kilómetro, uniendo el Cristo con El Arenal, guardando las diferencias, a solo cientos de metros menos en relación con los Campos Elíseos, la arteria más bella y conocida de París y una de las avenidas más famosas y visitadas del mundo.

¿Qué pasaría con el monumento a Cristo Redentor?
Reconociendo que los tiempos cambian, debemos tener conciencia del deterioro del monumento al Cristo, intervenido y reparado en más de una ocasión; hoy, ante su posible traslado, propongo la construcción de un nuevo monumento que triplique en su altura y convertir la parte alta del monumento en un auténtico mirador de la ciudad. A sus pies se ubicará una rampa que permitirá acceder a una plataforma elevada a 4 metros de altura; este plato en forma de anillo alrededor de la estatua vendrá a simbolizar el tramado urbano citadino, llamada ‘la ciudad de los anillos’, la que además en planta baja tendrá espacios de sombra para actividades de esparcimiento, servicios, baños, etc. En el nivel superior se podrá obtener un contacto visual en todas las direcciones, además de ser utilizado como escenario para diferentes actividades artísticas, culturales, políticas y otras que fueran requeridas.

¿El monumento de qué estaría construido?
El nuevo Cristo Redentor estaría elaborado por una innovadora estructura metálica, recubierta con vidrio y plástico, lo que le otorgaría una espectacular dimensión de una majestuosa obra del siglo XXI. Contaría con dos elevadores que partirían desde la plataforma hasta la altura de los hombros del monumento. La transparencia de los elevadores permitiría en su ascenso ir redescubriendo la ciudad deleitando con inolvidables panorámicas y encantadoras vistas, convirtiéndose, ya  en la terraza, en el ‘mirador’ de la ciudad. Una  obra totalmente realizable y que significaría realzar la identidad para una Santa Cruz del nuevo milenio.