La necrópolis subterránea sería de un periodo posterior a la cultura tiwanacota. El descubrimiento sorprendió a los expertos. Se analizan los planes de mitigación

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9 de noviembre de 2018, 4:00 AM
9 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Como un hallazgo único y sin precedentes fue catalogado el descubrimiento de una necrópolis subterránea en el municipio Viacha, situado a unos 30 kilómetros al este de la capital paceña, en la que encontraron más de un centenar de fardos funerarios que datan del 1100 d.C., aunque se augura que su conservación será bastante complicada y costosa.

De acuerdo con informaciones del Ministerio de Culturas y Turismo, el descubrimiento fue meramente por casualidad y sorprendió a los arqueólogos y antropólogos que participaron de la excavación de la necrópolis, que se encuentran en las zonas de Mazo Cruz y Chacoma, en Viacha, un municipio que extrae piedra caliza como resultado de una actividad de explotación minera a cargo de la empresa Esmica S.A. (Especialistas en Minerales Calizos).

Se explicó que al haberse detectado previamente restos arqueológicos en el mencionado lugar, hace un poco más de tres meses la Unidad de Arqueología y Museos, del Ministerio de Culturas y Turismo, emitió una autorización al arqueólogo Wanderson Esquerdo para desarrollar un trabajo de intervención en Viacha y, como resultado de dichas excavaciones, fue que se encontró la necrópolis.

“Es un hallazgo único y sin precedentes, se está trabajando de forma conjunta entre el municipio de Viacha y la empresa minera Esmical S.A. para el plan de mitigación y, una de las primeras medidas que adoptará el ministerio a mi cargo es que este sitio sea excluido del área de concesión minera, en resguardo y protección de este patrimonio arqueológico”, aseguró la ministra de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca.

Tumbas y piezas arqueológicas

En la necrópolis subterránea, o sitio funerario, donde se encuentran enterrados restos humanos pertenecientes a culturas o poblados anteriores a la era cristiana, se detectaron cuatro tumbas colectivas, las dos primeras saqueadas y las dos últimas intactas, las cuales cuentan con un pozo de ingreso que dirige bajo tierra a dos cámaras, una principal y la otra secundaria que, según estimaciones, pertenecerían al periodo de los reinos o señoríos aimaras, es decir, aproximadamente en el 1100 d.C., posterior a la cultura tiwanacota, que llegó hasta casi el 1200 d.C. y se desarrolló en el altiplano, hasta la conquista por los incas en el siglo XV.

Los arqueólogos, además, encontraron más de un centenar de fardos funerarios con los restos humanos envueltos en telas, con cestas amarradas por sogas y acompañados de diferentes utensilios, artefactos y piezas arqueológicas, entre ellas vasijas de cerámica, metal, madera y líticos (tallados en piedra que reúnen un conjunto de rasgos característicos).

Los trabajos ya culminaron y están en la etapa de informes de análisis, según hizo conocer la empresa arqueológica Scientía CC., que fue autorizada para realizar la excavación en dicha zona.

José Luis Paz, Jefe de la Unidad de Arqueología y Museos del Ministerio de Culturas y Turismo, explicó que deben cerciorarse de que todo esté completo y todo en su lugar, para recién elaborar los planes de mitigación en el sentido de conservación, a fin de ver qué pasa con estos fardos funerarios.

“Nos preocupa mucho como ministerio las condiciones de conservación de este hallazgo; hay muchas dificultades para la preservación, va a ser costosa. Y de acuerdo con la ley y normativa boliviana de protección del patrimonio, también tienen que entrar los municipios y la empresa con los planes de mitigación de este hallazgo”, señaló.

¿Diezmados por pestes?

A juzgar por la cantidad equilibrada que hay entre los restos óseos de hombres y mujeres, y el número de los de niños entre los fardos funerarios, lleva a pensar que la población de esa civilización pudo haber sido diezmada a raíz de efectos climáticos e incluso por alguna epidemia, más que por un enfrentamiento bélico.

Los arqueólogos y antropólogos explicaron que en los fardos funerarios se identificaron bacterias, musgos, líquenes, hongos y huevos de insectos, por lo que las piezas necesitarán un sistema complejo para su conservación, entre cámaras refrigerantes, infraestructuras y profesionales expertos en el tema.

El equipo que trabajó en la excavación estuvo conformado por Wanderson Esquerdo, Jedu Sagárnaga y Vir Patzi. Esquerdo dirigió las labores en campo y fue el responsable del proyecto, mientras que Sagárnaga, gerente de Scentia CC., fue quien coordinó las labores, según el reporte.

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