La propuesta escénica llega este domingo a las tablas con un cuarto personaje que el director, Leonardo Gavriloff, no autorizó. El productor Mario Chávez señaló que los derechos de autor están a su nombre

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14 de mayo de 2019, 4:00 AM
14 de mayo de 2019, 4:00 AM

El Hombre Nuevo, el cuarto personaje que la compañía teatral boliviana Otroteatro incluirá en su última presentación este domingo de Fresa y Chocolate, ha causado indignación al director de la obra, Leonardo Gavriloff, por no respetar el trabajo que realizó cuando fue contratado por la compañía, en 2016, para dirigirla y en la que originalmente se presentan tres personajes. La decisión de agregar al Hombre Nuevo fue del productor Mario Chávez, quien posee los derechos de autor para la representación de la obra en Bolivia.

“Esto es un invento, una modificación de la producción por una cuestión de taquilla o de lo que fuera, pero no corresponde a una resolución estética y tampoco a una resolución técnica del mismo texto”, explicó Gavriloff desde Argentina, donde reside.

Por su parte, Chávez indicó que este personaje en nada afecta a la estructura de la obra, porque forma parte de la evocación del protagonista. “Detrás de esto puede haber un problema personal de Leonardo (con Fabricio do Santos, que interpreta a este personaje), que no sabemos las razones; hemos terminado en buenos términos y ya no trabaja con nosotros. La obra pertenece a Otroteatro, tenemos los derechos de autor por un año más”.

Antecedente

Ya en 2017 la obra tuvo una modificación al incluir a un cuarto personaje. En ese entonces, Igson Ferreira realizó la personificación del Hombre Nuevo, hecho que, según Chávez, fue autorizado por Gavriloff, aunque este último indicó que no fue así.

“Desvirtúa lo que es el mensaje de la obra y ya hubo comentarios en la versión anterior que estaba de más el desnudo. Quiero dejar claro que como autor no autorizo eso, que es decisión de Mario Chávez”, recalcó el director, que cree que más allá del respeto al derecho de la obra del escritor y guionista cubano Senel Paz, debe existir un respeto al derecho de la puesta en escena que él realizó.

Para Chávez, todos estos con flictos son muy secundarios en los objetivos que tienen como artistas y compañía. “Me parece una tontería”. Se le consultó al productor si se realizó el pedido de modificación a Paz, pero aseguró que el director cubano no tiene que ver en esta decisión en la puesta en escena, sino que es la agencia literaria española Carmen Balcells quien les da el derecho de representación.

Sobre el trabajo de Gavriloff, dentro de la Ley de Derechos de Autor menciona lo que se conoce como derecho de conexo, según el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), que protege los intereses legales de personas naturales y jurídicas, que, sin ser autores, son también titulares de derechos por contribuir a que las obras se encuentren a disposición del público.

Una cuestión moral
El director artístico del Festival Internacional de Teatro Santa Cruz de la Sierra, Marcelo Araúz, comentó que ya conocía la disputa entre Gavriloff y Chávez, que, si bien el director tiene el derecho de reclamar, ve que la modificación es imperceptible. “El director tiene su parte correcta de que él la concibió así y no quiso agregar otro personaje por sus motivos. Mario (Chávez) tampoco tiene por qué hacerlo. Es malo para Mario en futuras obras, porque se verá como un joven que no respeta al autor ni al director, en cuanto a hacer modificaciones. Solamente cuando uno escribe es dueño”, enfatizó Araúz. EL DEBER se puso en contacto con Senel Paz, quien señaló que en los próximos días dará una respuesta sobre esta modificación a su historia.