25 de septiembre de 2023, 4:05 AM
25 de septiembre de 2023, 4:05 AM

 Una de las características de los gobiernos populistas, nacionales, departamentales o municipales es su increíble incapacidad de enfrentar los problemas estructurales debido a su evidente cortoplacismo, que no les permite tener una visión de futuro: vale solo lo que les puede dar un rédito político o económico inmediato, mientras dejan que los grandes problemas sigan creciendo.

A nivel nacional, se llenan la boca con las cifras sobre la baja inflación, pero no confiesan que esa baja inflación la estamos subsidiando todos los bolivianos con la permisividad al contrabando, el dólar sobrevaluado y el subsidio a los carburantes… “así cualquiera...” para decirlo en términos populares.

Habría muchos más ejemplos para el nivel nacional, pero nos interesa comentar sobre lo que tenemos más cerca.

A nivel local, hace algunos años la gobernación contrató a JICA por más de cinco millones de dólares para elaborar un Plan Metropolitano de Transporte Público, decisión sin duda muy acertada, pero una vez entregado el trabajo, fue solo la alcaldía la que vio que podía sacarle provecho y de la enorme y valiosa propuesta de crear un BRT (Bus Rapid Transit) a nivel metropolitano “extrajo” o desarrolló solo una pequeña e inútil parte, el BRT para los seis kilómetros del primer anillo, lo que se constituyó en una burla, una caricatura de lo que realmente es un BRT, un sistema para largas distancias, muchos pasajeros y carriles preferenciales, para que viajes de una hora se conviertan en viajes de 20 minutos. Así, por un afán politiquero de corto plazo un gran proyecto como es el BRT verdadero, se convirtió en un tema de burla y hasta de juicios por malos manejos.

Siempre a nivel local, y ya con la actual gestión, está sucediendo lo mismo con el importantísmo proyecto que son años que se exige para revitalizar el Centro Histórico, promoviendo la preservación de las edificaciones patrimoniales, atrayendo de nuevo el comercio, los servicios y la vivienda, mejorando el tráfico urbano y la seguridad ciudadana entre tantas demandas que hay para ese centro histórico que son las 49 manzanas en torno a la plaza.

El gobierno municipal, en la gestión anterior consigue uno cinco millones del Banco Mundial para ese centro, sin embargo, otra vez, en vez de utilizar esos recursos para encarar los graves problemas estructurales del centro histórico, se prefiere diluir esos recursos elaborando una serie de pequeños proyectos, fuera del centro histórico, mal llamados de “urbanismo táctico” pues el urbanismo táctico lo hacen los activistas con su plata, no los gobiernos con recursos públicos.

Esa es la explicación de porque nacen esas “ondas celestes” sobre las losetas – primero extraídas y ahora pintadas – que son parte de esas mini intervenciones “para el centro de la ciudad”, nótese, no para el Centro Histórico, que no enfrentan ni resuelven problema alguno.

Estas observaciones fueron hechas con tiempo y con insistencia al equipo

Responsable del proyecto, pero aparentemente, por lo que nos dijeron, lo que el Banco Mundial quería era justamente solo eso: dos proyectitos de impacto, que se seleccionen con la gente, y un plan para mediano y largo plazo que ya sería otro tema y con otros recursos, que obviamente ya no le interesará al Gobierno Municipal porque es el futuro, y el futuro para ellos no existe.

Así que aparecerán más ondas celestes, algunos asientos y arbolitos, pero de lo estructural, nada. Mientras tanto, nos hemos quedado sin un BRT verdadero y sin un Plan verdadero de revitalización del Centro Histórico. ¿hasta cuándo?