1 de septiembre de 2023, 4:00 AM
1 de septiembre de 2023, 4:00 AM


Disruptivo, loco, outsider, impulsivo, facho, etc., son las formas en que se ha tratado de calificar o identificar la aparición de Javier Milei en el escenario político argentino. Opiniones sobre que ha captado el descontento social contra el sistema político y se ubica en un populismo de extrema derecha parecido al de Trump y Bolsonaro, son recurrentes. Pero, ¿será que cualquier loco antisistémico puede pegar en el votante?, ¿acaso planeó y programó su forma de actuar, para captar el favor de la gente?
Creo que si bien las formas y el carisma son importantes en política electoral, el fondo que propone y oferta, es lo que finalmente ha convencido para que se constituya en el más votado de las PASO.

Entiendo que Milei es como es, tiene su forma de transmitir lo que piensa, no lo fingió para dar gusto a la gente, sino que se expresa coincidentemente de forma innata y potente como un ciudadano más, hastiado y molesto con el sistema político corrupto, expresando crítica dura, pura y simple, guste o no. Pero lo destacable, es que tiene contenido; sí, es la argumentación de su crítica y la fundamentación de su propuesta lo que ha convencido a gran parte del votante argentino convirtiéndose en una ¡alternativa fiable!

Explicar como el origen y responsabilidad del robo y la corrupción a toda la casta política, así como las medidas radicales que nadie se animó a aplicar para reducir el Estado controlador y quitar el poder al político-funcionario público, para dárselo a la gente soberana en libertad plena de elegir su destino, fundamentando todos y cada uno de sus conceptos, es a mi entender lo que ha terminado de calar hondo y convencer al elector. Lo de populista se verá en función de si su propuesta era posible y sustentable, o no.

Un “ loco” con carisma y criterio definido, muy ilustrado y que ha estudiado, razonado y fundado sus propuestas, no parece tan desubicado. ¡El hombre se atrevió a decir lo que nadie podía!, reposicionar principios elementales y conceptos liberales de derecha que la propaganda social populista hizo sonar como mala palabra. Le pudo ir mal como pronosticaban las encuestas, pero se lanzó con todo lo que fervientemente creía que era verdad, no es un hipócrita que actúa para caerle bien a todos. Si encima de ello, basa su propuesta en la libertad plena y el concepto liberal de “respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y el derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada...” y ha fundamentado cómo eliminar el robo de los políticos reduciendo el Estado, gasto público e impuestos, revelando además cómo la mantención de unos (prebenda constante), mal calificada como derecho, la están pagando otros que sí trabajan, violando el principio de igualdad y justicia de dar a cada cual lo que le corresponde en franca tergiversación de la justicia social; basta para que haya captado la atención, así como captó la mayoría del voto.

En Bolivia, pocos entendidos se han animado a expresar de manera pública, fundada y clara el significado del liberalismo y la nueva derecha, como un nuevo comienzo para destruir narrativas inventadas por el social populismo del siglo XXI y reposicionar conceptos sobre la libertad plena, como el principio más sagrado para la construcción de un modelo. Nuestra realidad es diferente en todos los ámbitos, necesita cambios estructurales en el Estado y propuestas consistentes para acabar con la corrupción burda y también la legalizada o camuflada con el mal uso de recursos que se originan en nuestros impuestos, para solventar grupos afines al poder, que casualmente no los pagan.

Si no aparece aquel antisistémico que demuestre en política una forma diferente y contenido sustentable, se está condenando al pueblo a elegir el 2025 entre masistas que mal administraron y despilfarraron entre otros $us 20.000 millones que una vez hubo por el gas en las RR.II.

Tags