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17 de abril de 2024, 4:00 AM
17 de abril de 2024, 4:00 AM

Bolivia integra, con Chile y Argentina, el Triángulo del Litio formado entre las líneas fronterizas de los tres países que, en conjunto, poseen hasta el 68% de los yacimientos globales de ese mineral en forma de salmueras. El litio es considerado clave para la transición energética en el planeta. Y es una invitación inexcusable para el desarrollo sustentable de quienes son poseedores de sus mayores reservas mundiales.

Entonces, Chile ha abierto un proceso para que inversionistas privados, chilenos o extranjeros, se interesen en proyectos de litio en algunos de sus 26 salares. En dos años, espera desarrollar hasta cinco nuevos emprendimientos relacionados con la explotación del mineral y duplicar la producción actual en la próxima década. Argentina, por su parte, echó a andar en la norteña provincia de Jujuy, un tren turístico abastecido por energía solar y seis baterías de litio con una autonomía de hasta 120 kilómetros.

Nosotros, en cambio, vamos de ‘retro’ como el cangrejo. El proyecto del salar de Uyuni no solo tardó más de 10 años en ejecutarse. Ahora se revelan graves fallas técnicas en las plantas de extracción. La YLB refiere un daño económico de Bs 425 millones y se anuncia una auditoría porque algo huele a podrido. Y es que la politiquería, la falta de transparencia, el compadrerío y la ineficacia terminaron ‘salando’ la prometedora industrialización del litio que beneficie al país, urgido de divisas tras la caída de la exportación del gas. Suerte adversa la del litio boliviano entre la ineptitud y la corrupción.

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