El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas remarcó que el crecimiento, a septiembre de 2023, del 2,3% del PIB se ve impulsado mayormente por los sectores de "Otros Servicios" y "Establecimientos Financieros". La ASFI indica que la mora se encuentra en niveles bajos

20 de marzo de 2024, 18:20 PM
20 de marzo de 2024, 18:20 PM

El desempeño económico del país tiene dos lecturas. Desde la calificadora de riesgo Moody´s Ratings, ven que Bolivia se encamina hacia una crisis en la balanza de pagos y un incumplimiento de pago de la deuda externa.

Sin embargo, desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, se hace conocer que el país, hasta septiembre de 2023, tuvo un crecimiento del 2,3% del Producto Bruto Interno (PIB).

William Foster, vicepresidente Senior de Riesgo Soberano de Moody´s Ratings, señaló que Bolivia podría estar encaminándose a una crisis de balanza de pagos, un ajuste severo del tipo de cambio, y posiblemente un incumplimiento del pago de la deuda externa.

Moody´s Ratings ve para este año un panorama complicado para la economía boliviana y los principales riesgos que observa son mayor escasez de dólares y menor producción de hidrocarburos, contracción económica y una mora del sistema financiero creciente. Advierte una posible crisis de balanza de pagos, pero destaca que no hay problemas de inflación.

La compañía realizó una evaluación de la economía boliviana, el sistema financiero bancario y de seguros, y de las perspectivas de la calificación de riesgo, en el evento “Inside Latam Bolivia 2024”.

“Desde la perspectiva de Moody´s, los riesgos para Bolivia son más escasez de dólares y de hidrocarburos, una contracción económica más profunda. También hay riesgos políticos elevados y crecientes riesgos sociales”, remarcó Foster.

¿Crece el país?

Luis Arce, presidente del país, rechazó que se esté en un crisis económica y que gracias a las medidas implementadas "Bolivia esta caminando y avanzando, pese a quien le pese".

En cuanto a la escasez de los dólares, Arce remarcó que el Banco Central de Bolivia (BCB) salió a vender bonos en dólares y "hasta el momento, de acuerdo con la información que tengo, ya se captaron 25 millones de dólares. Entonces no era que no había dólares, sino una especulación", señaló Arce.

Desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, informaron que el crecimiento del 2,3% del PIB, hasta septiembre de 2023, se ve impulsado mayormente por los sectores de "Otros Servicios" y "Establecimientos Financieros"

“Cada sector aportó con 0,5 puntos porcentuales al crecimiento. Destaca también la recuperación de la Industria Manufacturera, aportando con 0,1 puntos porcentuales”, precisan desde esta cartera gubernamental.

A tiempo de detallar que los sectores de "Agropecuaria", "Transporte y Almacenamiento" y "Servicios de la Administración Pública" aportan con 0,3 puntos cada uno y  el resto de sectores que contribuyen al crecimiento son "Comercio", "Electricidad, Gas y Agua", "Construcción", "Comunicaciones" y "Minería".

Baja inflación un punto a favor

Foster explicó que la inflación no es un problema en Bolivia, como en otros países, ya que se encuentra por debajo del 3% en febrero, aunque las condiciones económicas son desafiantes, el crecimiento económico se ha desacelerado y la tendencia es que se sitúe por debajo del 2% este año.

También identificó altas presiones en la balanza de pagos y hay un deterioro de la cuenta corriente, ya que luego de un superávit en 2021, al año siguiente y en 2023, se registró un déficit de 2,4% y se proyecta una tasa de negativa de 2,6% este año. Esto debido a que hay mayores importaciones y menores exportaciones.

El vicepresidente Senior de Riesgo Soberano de Moody´s Ratings, remarcó que las menores ventas de hidrocarburos generan bajos ingresos de divisas en la economía. La producción bajó de forma considerable y se acaban los contratos con Argentina, que era antes un cliente seguro y ahora tiene su propia fuente en Vaca Muerta.

Añadió que la producción es insuficiente para satisfacer la demanda doméstica, los inventarios de gasolina sólo alcanzan para pocos días en reservas y esto aumenta las importaciones y el gasto fiscal por el subsidio.

“Todo esto genera déficits fiscales persistentes y aumenta el nivel de deuda en relación al PIB. En 2016 era de 50% y ahora de 83% del PIB”, subrayó.

Las reservas en picada

De acuerdo con Moody´s las Reservas Internacionales Netas (RIN) disminuyeron de forma marcada desde $us 8.946 millones en 2018 a $us 1.808 millones en 2022, que se traducen en un acceso a dólares muy limitado y poca liquidez en esa divisa (solo $us 166 millones en 2023).

“El BCB ya empleó muchas de sus reservas de oro el año pasado y ahora está cerca de límite de lo que se puede usar, que son 22 toneladas, esto crea presiones sobre el tipo de cambio porque hay una mayor demanda de dólares y hay escasez de la divisa”, observó Foster.

¿Se podrá pagar la deuda?

Foster indicó que en 2024 y 2025, Bolivia sólo debe pagar intereses de la deuda soberana (emisión de bonos) por un valor de $us 109 millones cada año, ya que la amortización recién comienza en 2026.  Este año debe pagar $us 435 millones (interés y capital), otros $us 420 millones en 2027 y $us 877 millones, en 2028.

“Pero hay menor liquidez externa que resulta en vulnerabilidad crediticia y habrá mayores presiones para Bolivia”, adelantó Foster.

Recordó que las principales fuentes de financiamiento son los ingresos internos, bonos domésticos, préstamos de organismos multilaterales, como CAF, BID, Banco Mundial y otras fuentes oficiales. "Desde nuestro punto de vista hay voluntad de pago y de seguir cumpliendo obligaciones. En 2025 hay elecciones y será una cuestión política”, puntualizó.

Para Moody´s no parece existir voluntad de que el Gobierno realice ajustes económicos, reformas para aumentar las RIN y reducir el déficit fiscal para aliviar las presiones.

¿La mora sube o baja?

En cuanto al sistema financiero, la compañía indicó que los niveles de mora continúan con una tendencia alta 2,82% en 2023 y este año podría acercarse al 4%. La cartera de préstamos crecerá en 5%.

Sin embargo, desde la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), se indicó a EL DEBER que al 31 de enero de 2024, el índice de mora del sistema financiero nacional se sitúa en 3,1%, manteniéndose en un nivel bajo, en comparación con el promedio de los países de la región que alcanza a 3,6%, lo que es altamente positivo, si consideramos que el cálculo en el ámbito nacional es mucho más riguroso, ya que considera el atraso de pagos superiores a 30 días, mientras que en países vecinos se toma en cuenta, en su generalidad, los retrasos mayores a 90 días.

“Cabe resaltar que las previsiones cubren en más de 1,3 veces la cartera en mora, revelando claramente que el sistema financiero boliviano está preparado para hacer frente a posibles deterioros de la cartera de créditos”, destacó la ASFI

En cuanto a la evolución de la mora en los últimos cinco años (2020 – 2024), el índice de mora se mantuvo en niveles bajos, con un promedio de 2,2%, mostrando la alta calidad de la cartera de créditos, así como la buena cultura de pagos de los prestatarios.

¿Por qué se incrementa la mora? Se le consultó a la entidad que supervisa el sistema financiero que indico: “El leve incremento del índice de mora registrado en el último par de años era previsible, considerando los efectos nocivos para la economía nacional generados por el paro cívico observado en el departamento de Santa Cruz entre octubre y noviembre de 2022, el bloqueo de caminos registrado en la frontera del Perú a inicios de 2023, la ocurrencia de fenómenos climatológicos extremos en el país como las sequias, granizadas e inundaciones, así como los efectos rezagados producidos por la Pandemia del Covid-19 y sus diferentes variantes. No obstante, la morosidad en el sistema financiero nacional se mantuvo en niveles bajos, mostrando su fortaleza en el ámbito del riesgo crediticio”.

Calificación de riesgo

La calificación de riesgo de Bolivia se mantiene en una escala de Caa1. De acuerdo con Moody´s la perspectiva negativa indica que es poco probable una mejora en el futuro previsible.

 “Podríamos cambiar la perspectiva de calificación de Bolivia a estable si los responsables de las políticas implementaran medidas que demostraran ser efectivas en la reducción sustancial de los desequilibrios fiscales y externos, incluyendo el fomento de un aumento sostenido en las reservas líquidas (divisas)”, precisó la calificadora.

A tiempo de agregar que la implementación de reformas estructurales que mejoren las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, a través de la diversificación de la economía y la reducción de la dependencia del sector de los hidrocarburos, proporcionaría un apoyo adicional al perfil crediticio de Bolivia.