Según la petrolera estatal, por seguridad reforzó el monitoreo de muestra de agua, de dos a cinco tomas por día. Habla que los niveles del compuesto químico no representan peligro

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18 de junio de 2018, 6:00 AM
18 de junio de 2018, 6:00 AM

La estatal petrolera YPFB logró remediar la fuga interna de amoniaco y retomó el proceso de industrialización de urea, después de tres semanas, en el complejo petroquímico de Bulo Bulo. 

Así lo informó el vicepresidente nacional de operaciones de Yacimientos, Gonzalo Saavedra, que, ayer, junto al presidente en ejercicio Álvaro García Linera y el presidente ejecutivo de YPFB Corporación, Óscar Barriga, participó de la inauguración del surtidor estatal  Samaipata, ubicado en la población del mismo nombre, distante 120 km de Santa Cruz. 

Sobre la paralización de la planta, Saavedra explicó que se debió a un tema técnico atribuido a la fuga interna en el ‘Stripper del Circuito de Síntesis de Urea’ y no debido a la supuesta contaminación del arroyo Muñeca como advirtieron algunos pobladores en sentido de que las aguas vertidas desde la planta petroquímica contaminaron el riachuelo ocasionando la muerte de peces y ganado.

Dejó entrever que dada la tecnología y los equipos de avanzada con los que cuenta la planta de urea y amoniaco, un equipo técnico del exterior llegó al país para intervenir y remediar la fuga. Puntualizó que este proceso debe ser ejecutado por los expertos extranjeros porque los equipos están patentados y cuentan con licencia del fabricante que solo pueden ser manipulados por personal de la empresa proveedora del equipo. 

No obstante, Saavedra aclaró que todo está controlado y que la planta retomó la industrialización de fertilizante y agregó que YPFB cuenta con reserva de urea producida y almacenada para cumplir con los compromisos de entrega en el mercado externo y cubrir los cupos de exportación con los países que YPFB tiene acuerdos comerciales.   

En lo que respecta el supuesto daño medioambiental en el arroyo Muñeca, Saavedra descartó el extremo y confirmó que el viernes técnicos de la Gobernación de Cochabamba visitaron el complejo y tomaron muestra de agua y que preliminarmente se supo que los resultados determinan que no hubo contaminación. “El agua devuelta a la quebrada no lleva ningún tipo de químico porque es el resultado de la planta de tratamiento y que los análisis y monitoreos se toman a diario. Por seguridad industrial vamos a reforzar la toma de muestras de agua de dos a cinco veces por día”, dijo. 

Se buscó, vía teléfono, al secretario departamental de la Madre Tierra de la Gobernación de Cochabamba, Gonzalo Muñoz, para conocer la veracidad o no sobre los supuestos resultados preliminares del estudio realizado el viernes a la planta de urea como afirma YPFB. No contestó. 

El que sí lo hizo fue el representante de la Gobernación de Santa Cruz en el directorio de YPFB, Víctor Hugo Áñez, quien cree que la estatal trata de negar el evento para minimizar el impacto y salvar responsabilidades. “Vamos a solicitar auditorías ambientales imparciales para determinar si se cumplieron todos los preceptos legales exigidos para este tipo de industria”, refirió. 

Dardos contra senador 

Con ocasión de la inauguración del surtidor estatal Samaipata, cuyo valor de inversión es de Bs 4,3 millones, el presidente en ejercicio Álvaro García Linera y el líder cobista cruceño, Rolando Borda, dispararon contra el senador opositor Óscar Ortiz (Demócratas), a quien el primero le pidió cuenta sobre su accionar en el periodo 2003 cuando ocupó un lugar en el directorio  de YPFB Andina. “Le duele porque nacionalizamos y le quitamos el negocio”, bromeó Linera. 

Borda fue más duro. Tildó al senador de enemigo de Yacimientos y de tratar, según dijo, de desprestigiar a la estatal petrolera en complicidad y financiado por empresas transnacionales. 

Se buscó un contacto telefónico con el senador aludido, pero no contestó. El jueves pasado, el parlamentario pidió que la Contraloría General del Estado realizara una auditoría ambiental al complejo petroquímico de Bulo Bulo. 

Dejó entrever que detrás de la fuga de amoniaco hay un desastre ambiental, incumplimiento a la Ley de Medioambiente y delitos que deben ser investigados.