Existen 180.000 desocupados en el área urbana, según el sector privado con datos del INE. Industriales requerirían Bs 750 millones para cubrir incremento con la propuesta cobista

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14 de abril de 2018, 19:46 PM
14 de abril de 2018, 19:46 PM

Con datos deducidos de la Encuesta de Hogares y el Censo de Población del INE, descifrados por el Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec-Cainco), se estima que 800.000 dependientes recibirán el incremento salarial este año; el 14% de la población económicamente activa en Bolivia, que hasta 2016, alcanzaba las 5.718.539 personas. 

El Cebec aclara que el cálculo  de los beneficiarios corresponde a empleados dentro de la formalidad que cuentan con seguro social de corto plazo (seguro médico) y de largo plazo (aporte a las AFP). 

Además, el Cebec teoriza que si el incremento salarial se ajusta en el rango del Índice de Precios al Consumidor (IPC) los privados requerirán $us 250 millones y si gira en torno a la propuesta de la COB -un 15% al salario mínimo y un 10% al haber básico- se necesitarán $us 900 millones para el pago. En último caso, advierten que se reducirán las posibilidades de inversión en cientos de millones de dólares, de creación de nuevos empleos formales e implicará una precarización de las fuentes de trabajo que tenderían hacia el sector informal.

Los trabajadores desconfían de las cifras. El secretario de Organizaciones de la COB, Vitaliano Mamani, indicó que un 30% de la población económicamente activa en Bolivia recibe salario y que el resto es informal. Este último punto, dijo que será discutido en las mesas de trabajo con el Gobierno.

Desde la organización empresarial Cainco llaman al poder central y a la COB a preservar el empleo de los bolivianos antes que hacer incrementos salariales.

Aseguran que las empresas pasan una difícil situación producto de la fuerte desaceleración de la economía nacional que se refleja en el crecimiento del desempleo, la disminución del consumo,  la caída sustancial de la inversión, la baja de las utilidades de las empresas, el declive en los niveles de crecimiento del PIB, el freno abrupto en la formalización de empresas y el déficit fiscal que experimenta el país desde 2014.

El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Ronald Nostas, asegura que la política salarial ha representado un incremento del 300% en el salario mínimo nominal y del 90% en el haber básico nominal en la última década, con efecto positivo para una minoría de trabajadores, dejando a una mayoría desprotegida por la informalidad.  

Cree que la orientación salarial de las reivindicaciones laborales ha tenido un efecto devastador en entidades que generan trabajos formales, especialmente las medianas y pequeñas empresas, que no tienen la capacidad para sostener incrementos elevados y que se suman a los costos no laborales -subsidios y bonos-, definidos en base al salario mínimo. “El sistemático deterioro de la calidad del empleo en el país, sustentado en cifras oficiales que dan cuenta de que el trabajo informal, el empleo precario y el desempleo, muestran cifras crecientes que afectan el bienestar de una  gran parte de la población”, dijo.

Con datos del INE Encuesta de Hogares, según Nostas, existen 180.000 trabajadores desocupados en el área urbana y cada año 200.000 jóvenes se incorporan a la masa laboral. Además, dijo que en los últimos cuatro años las utilidades de las empresas han caído de Bs 49.000 a 38.600 millones. 

Con datos del Sistema de Información de Mercadeo Laboral y Seguridad Social (SIMS) en base a encuestas de hogares de América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo señala que en Bolivia 4 de cada 5 trabajadores están en las micro y pequeñas empresas y que los sectores más intensivos en mano de obra son, principalmente, la agricultura, comercio, restaurantes, hoteles, servicios sociales y comunales, industrias manufactureras y construcción.   

Industriales manufactureros
La Cámara Nacional de Industrias (CNI) cree que el planteamiento de incremento salarial de la COB genera un  clima de negocios de desincentivo a la inversión, producción y generación de empleo formal en el sector industrial manufacturero del país. Indican que lejos de constituirse en un incentivo fiscal para las industrias, los incrementos salariales en los últimos años encarecieron la producción nacional restándole competitividad al país, frente a las importaciones y el masivo contrabando de bienes manufacturados. 

Considerando el planteamiento de la COB -un 15% de incremento al salario mínimo nacional y un 10% al salario básico- el sector industrial calcula que solo por estos dos conceptos se requerirán más de Bs 750 millones, a los que deben sumarse gastos por el impacto del incremento salarial en el subsidio pre y posnatal, bono de antigüedad, horas extras (nocturnas), dominicales y otros ítems. 

Según la CNI, los sueldos y salarios al personal en el sector representan un costo de alrededor del 8% de las ventas, los mismos que registran una tendencia creciente en los últimos años que generan pérdida de competitividad de la industria nacional, vía incremento de costos laborales, frente a las importaciones y el contrabando.

El sector exportador -Cadex- advierte que cuando el salario no está acorde con la realidad económica incrementa las expectativas de  inflación, lo que disminuye el poder adquisitivo de los trabajadores, pérdida de competitividad de la producción nacional, incremento del déficit fiscal (sector público). “Un aumento brusco y elevado seguirá dañando a los sectores productivos intensivos en mano de obra (agropecuaria e industria)”, puntualizan.