Experiencia. Ramiro Argandoña Céspedes ha desarrollado sus 26 años de carrera profesional en el Banco Nacional de Bolivia. Es el actual titular de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia regional Santa Cruz

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18 de agosto de 2019, 4:00 AM
18 de agosto de 2019, 4:00 AM

Ramiro Argandoña Céspedes trabaja en la banca privada nacional hace 26 años. “Salí del colegio a los 17 años, en Sucre. Comencé a trabajar en el Banco Nacional de Bolivia (BNB), donde he ocupado varios cargos y en la actualidad me desempeño como gerente de División Corporativa y Empresas Región Oriente”, relata.

Esa amplia experiencia fue una de las razones para que lo nombraran presidente de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) regional Santa Cruz para la gestión 2018-2020.

—¿Cómo afectó a la banca la norma que establece la distribución de su cartera con fijación de metas?¿Considera que la medida cumplió su propósito?

El Gobierno promulgó un decreto supremo (1842) en 2013 que estipulaba que los bancos múltiples deberán mantener un nivel mínimo del 60% del total de su cartera, entre créditos destinados al sector productivo y créditos de vivienda de interés social hasta el 2018.

Esto quiere decir que en cinco años el 60% de la cartera tenía que ser productiva o de vivienda social.

Al cierre de 2018, los bancos logramos cumplir con la meta que nos fijó el Gobierno, es más, estuvimos sobre ese porcentaje.

En la actualidad ya no tenemos una meta, pero sí debemos mantener esa composición o estructura de cartera productiva al 60%.

Esto ha dinamizado al sector productivo y lo seguirá haciendo, ya que las tasas, al estar fijadas mediante un decreto, son atractivas para los actores productivos, que son los que se han beneficiado con los créditos.

— Y en lo que respecta a los márgenes, ¿qué efectos ha causado la fijación de tasas?

Al ralentizarse los depósitos del público los bancos empezamos a pagar un poco más el costo financiero para atraer recursos y por ende nuestros márgenes financieros, que se entiende que es el ingreso financiero menos el costo financiero, se han ido disminuyendo un poco con el paso del tiempo.

—En cuanto al nivel de riesgo, ¿cómo se está comportando la mora en lo que va de 2019?, ¿el porcentaje es aceptable?

Los índices de mora son bajos en Bolivia, estamos hablando de alrededor del 1,8%. Existe una leve tendencia de subida, que dentro del total de la cartera es irrelevante. Esa tendencia al alza no es algo que nos preocupe, ya que el tamaño de cartera hoy es tan grande, que esa subida no es significativa.

—La rentabilidad de los bancos múltiples ha mostrado una tendencia descendente en los últimos años, ¿esa situación ha restado atractivo para atraer inversiones en el sector?

La banca es atractiva, el negocio per sé es muy bueno. Es un buen negocio para los estándares que tenemos, hay regiones que tienen mayores ingresos por diversos motivos. Para los inversionista o compradores de papeles u acciones es una buena apuesta. Yo me compraría acciones de los bancos en Bolivia porque son rentables. Dan mejores rendimientos que muchos negocios y además es más seguro. Los bancos brindan mayor seguridad.

—¿Cómo evalúa el comportamiento de la banca en su gestión como presidente de Asoban Santa Cruz?

El sistema se ha visto un poco ralentizado en el tema de los depósitos, ha habido un leve crecimiento y eso obviamente frena el dinamismo de la cartera, el cual no está siendo tan importante como el del año pasado.

Esto se puede estar dando por la época electoral, que genera alguna incertidumbre en los clientes. Muchos proyectos están en ‘stand by’ esperando el resultado de las elecciones, pero es algo natural que siempre hemos vivido.

—¿Qué medidas o ajustes considera que se pueden aplicar para mejorar las operaciones de los bancos?

Todo es perfectible y mejorable. La banca es muy regulada por nuestro ente regulador que es la ASFI (Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero). Las regulaciones son sanas para mantener la solvencia y la transparencia que demuestran los bancos, pero hay aspectos que se pueden mejorar o perfeccionar, es algo que tenemos que hacer los bancos, el Gobierno y la ASFI.

—El año pasado el Banco Central de Bolivia (BCB) anunció que ya no vendería dólares, ¿esa decisión tuvo alguna incidencia en los bancos ?,¿existe disponibilidad de dólares a la venta?

Hay dólares para la venta. En realidad, el BCB no vendía dólares, tenía una pequeña ventanilla de atención en la que vendía la moneda, pero en realidad quienes vendemos dólares somos los bancos.

Ellos, estimo que por un motivo de reestructuración o falta de movimiento, decidieron tomar esa decisión, como cualquier otra institución, cerraron un punto de atención. Obviamente la noticia generó susceptibilidad, pero es algo que no ha tenido un efecto, realmente no ha incidido en la venta de dólares.

—En cuanto al mantenimiento del tipo de cambio, ¿qué opina al respecto?

El tipo de cambio está fijo desde 2011. El Gobierno tiene intención de mantenerlo así, de acuerdo con lo que han manifestado algunas autoridades. Es una medida política que el Gobierno la maneja y analiza cómo la aplica.

—En 2018, el Gobierno decidió prolongar el ITF (Impuesto a las Transferencias Financieras) cuatro años más, ¿esa medida cómo repercute en las transacciones bancarias?

El ITF es una de las medidas de la bolivianización que usó el Gobierno para incentivar el uso de la moneda nacional y lo logró, ya que desincentiva la utilización del dólar en favor del boliviano. El tema del ITF se quedó como impuesto del Gobierno para mantener la bolivianización de la economía. Las personas se han acostumbrado a ese impuesto, saben manejar su flujo, ocupan la cantidad necesaria en dólares y el resto en bolivianos.

—Siguiendo con el tema de los impuestos, algunos sectores se quejan de la alta presión tributaria, ¿esa situación también se da en la banca?

Hay que verle el lado bueno a las medidas, que nos dan oportunidad de buscar ahorro y eficiencia. Por eso es que los bancos innovan cada vez más. Los desarrollos en innovación y tecnología, se están haciendo para reducir los costos.

Los bancos tenemos un impuesto especial que tiene relación con las utilidades, que está calzado con la rentabilidad. Si pasamos una ratio de rentabilidad nos cobran un impuesto adicional del 25%. Es un impuesto que ya lo tenemos hace muchos años, convivimos con él.

— ¿Eso explica que la banca boliviana esté a la vanguardia de la innovación, según la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban)?

Hay una competencia sana entre los bancos en Bolivia, que estamos ‘peleando’ por el tema de innovación y tecnología. Cada institución está sacando productos y servicios innovadores que realmente son de punta en la región.

La intención es que los bancos brindemos cada vez más nuestros servicios en nuestras webs y aplicaciones, para que los usuarios los usen desde sus computadoras, móviles y tabletas. Queremos que los servicios sean más digitales y los números así lo reflejan.

Las transacciones que antes se hacían en puntos comunes como las cajas tradicionales o cajeros automáticos, ahora se hacen por internet. La mayoría ya se realiza por la vía digital, más o menos un 70%. Hace dos o tres años ese porcentaje era menos del 10%.

—Pero a pesar de las innovaciones aún no se ha logrado incentivar el uso de la tarjeta de crédito, ¿por qué este producto no se ha masificado?

Efectivamente, la bancarización o introducción de la tarjeta de crédito en el país aún es baja.

Por ello, es que en lo últimos años todos los bancos hemos implementado la estrategia de la educación financiera, ya que este es un tema de educación financiera y del buen manejo de las tarjetas de crédito. Para revertir esa situación, estamos enseñándoles a nuestros clientes su utilización. Dentro de todos los bancos siempre contemplamos el crecimiento de las tarjetas de crédito.

—¿Cuáles con las proyecciones del sector para lo que resta de la presente gestión?

Prácticamente ya hemos vencido el año 2019, creemos que seguiremos en la misma línea que hasta ahora, con un crecimiento de cartera no al ritmo del 2018, pero sí uno leve. Esperamos cumplir nuestras metas de crecimiento y acompañar el desempeño del país, de las empresas y de los clientes, que son los que mueven su dinero. En octubre analizaremos las proyecciones para 2020.

PERFIL

Ramiro Argandoña Céspedes es ingeniero comercial de profesión. Ha realizado una maestría en Gestión Empresarial.

Toda su vida profesional (26 años) la ha desarrollado en el Banco Nacional de Bolivia (BNB), donde ha ocupado varios cargos. En la actualidad es gerente División Corporativa y Empresas RegiónOriente (Beni, Pando y Santa Cruz). Además, es presidente de Asoban (Asociación de Bancos Privados de Bolivia) regional Santa Cruz.