El hombre fuerte de la empresa aérea Air Europa en Bolivia y también en Paraguay, habló con EL DEBER sobre sus inicios, logros y objetivos personales y profesionales

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12 de agosto de 2018, 4:00 AM
12 de agosto de 2018, 4:00 AM

Su padre, de nacionalidad finlandesa, acostumbraba en los años 80 recoger turistas de la terminal y alojarlos en su casa de Huancayo, Perú. Su madre, peruana, estudió turismo en Austria. Su hermana se ocupa de la organización de eventos en el hotel Rey Juan Carlos de Barcelona, donde se alojan los equipos que juegan en el Camp Nou. Su esposa también ha trabajado en el sector y él completó la carrera de administración de turismo en Palma de Mallorca.

Con tanto apego familiar por los viajes y destinos, es lógico entender la pasión que muestra Olavi Linkola Santa Cruz, de 40 años de edad, por el turismo. Es el country manager de Air Europa en Bolivia, desde 2012, y en Paraguay, desde 2015, una aerolínea española que ha llegado a facturar $us 1.500 millones, con 8.000 empleados y una flota de 63 aviones.

“El jugo de frutas casi siempre está conmigo en las mañanas”, dice degustando un zumo de naranja, un café, un recipiente de frutas y algunas masas en Un Desayuno con…EL DEBER, en el restaurante del hotel Camino Real.

Lleva el nombre de su abuelo, que era periodista. Su padre trabajó durante los años 70 en la oficina de correos de Finlandia y, luego, en la empresa de cristales Itala.

Cuando estuvo en Alemania con esa firma conoció en Frankfurt a la madre de Olavi, que trabajaba en la recepción de un hotel. “Mi abuelo materno tenía un buen negocio de chompas en Huancayo y la decisión de mis padres fue volver a trabajar a Perú en la empresa. Los hermanos de mi madre abrieron tiendas en diversas ciudades, pero ninguno de los 13 nietos nos hemos dedicado a la empresa”.

Cursó el bachillerato en el colegio andino de Huancayo hasta 1994. En Lima empezó la universidad con administración de empresas, pero se cambió a la turística. En el medio le tocó viajar a Finlandia para cursar el servicio militar durante seis meses. Volvió a Perú, pero le vino una sensación de “choque cultural”. “Sentí que quería algo más. Tuve la influencia de un profesor mexicano que me aconsejó retornar a Europa. Me dijo que aprenda sobre la reingeniería del turismo, ya que los países como España, que se desarrollan mucho turísticamente, cometen errores, como la destrucción de áreas protegidas que luego hay que arreglar. Me fui por tres años y me quedé 12. Entre Austria, Francia, Suiza y España, elegí este cuarto país y la Escuela de Turismo de las Islas Baleares. La carrera en Palma de Mallorca era de tres años y me fui ahí porque también quería trabajar.

Su primer empleo fue como ayudante de cocina de un restaurante de un amigo peruano. “Fue un trabajo duro y gratificante, en el que aprendí a no subestimar a nadie. No cualquiera puede ser garzón o ayudante de cocinero. Luego otro amigo me calentó la cabeza de joven para trabajar en la piscina de un hotel, donde se daban buenas propinas, pero me mandaron al comedor con las familias. Enseguida me emplearon en una empresa dedicada a encontrar los equipajes perdidos en el aeropuerto. Fue duro e ingrato, porque nadie que va ahí está contento. Forjó mucho mi carácter, paciencia y servicio.

Después trabajé en eso mismo en Air Europa. En 2003 dejé el empleo, volví a Perú solo a casarme y retornamos a España con mi esposa, Sandra. Enseguida entré al club operador y le puse el ojo a Globalia, el holding de Air Europa. Ingresé a Travel Plan a la parte de operaciones. Veía las reservas e incluso me ocupé un tiempo de las de China”.

Tras haber cursado el máster en dirección comercial, se postuló al departamento de ventas internacionales, que es el semillero de los country manager en Air Europa. Le asignaron el control de tres países y era una especie de embajador. Fue el jefe de ventas quien le ofreció una vez ir a América. En ese momento le encargaron un proyecto en México que no salió adelante, hasta que le ofrecieron la gerencia de Air Europa en 2012 en Bolivia.

Santa Cruz, clave para su familia

Cuando llegó a Santa Cruz con su esposa y su hija de seis meses sintió al inicio un shock. “Venía de vivir 12 años en Europa y echaba de menos algunas cosas, como los shoppings, pero que al final no necesitábamos. Ahora la ciudad ha cambiado mucho y tiene todo lo que la gente necesita. Con una niña de seis años y un niño de dos, nuestros intereses son distintos que cuando vivíamos en Palma de Mallorca. Lo mejor que nos ha dado Santa Cruz estos años es poder criar a nuestros hijos. Los llevo al colegio y puedo almorzar o cenar con ellos. Hay mucho tiempo de calidad y en lo social el churrasco es una religión los sábados y domingos con los amigos”.

Generalmente sus horas de trabajo varían. Más que en estar ocho horas sentados, cree que se deben lograr los objetivos, aunque el horario comercial de la empresa es de 8:00 a 12:00 y de 15:00 a 19:00 los días ordinarios, y los sábados hasta el mediodía. A Paraguay intenta viajar una vez al mes por oportunidades de negocios y actividades con el ministerio de turismo del vecino país.

“En la oficina somos ocho personas, en el aeropuerto hay dos de Air Europa y tenemos los servicios de tierra. Somos unos 20 en Bolivia y similar en Paraguay. Lo más importante es la organización, la presencia ante organismos del Estado y privados, relaciones con otros empresarios como clientes y mirar la competencia. He intentado formar un equipo fuerte. Mi estilo es hablar, escuchar y darle oportunidad a que la gente hable. Oficina de puertas abiertas”.

En Bolivia se creció mucho

Air Europa llegó a Bolivia con la intención de operar como aerolínea dos veces a la semana, pero junto a BoA ahora ofrecen 11 vuelos a la semana con buena ocupación. “El mercado boliviano ha crecido mucho. Viajan mucho por negocios y placer a Europa, Asia, oriente y EEUU. Puede haber más frecuencia de vuelos, pero la visa limita. La situación de desaceleración económica no se ve en los viajes, que no han bajado. Hemos transportado a 300.000 personas por año y esperamos que siga así. Se puede mejorar el potencial turístico, con el salar de Uyuni, las misiones, un destino completo y combinar con Perú, Argentina y Brasil. Se necesita una política de cielos abiertos y el Hub no es algo que se puede inventar, sino que lo hacen las aerolíneas. Bolivia tiene una empresa estatal que si lo hace bien puede ser referente. La ubicación geográfica es interesante”.

Air Europa pertenece a Globalia, que es el tercer holding de firmas turísticas de Europa y el primero de España. Ofrece desde vuelos hasta hotelería, paquetes turísticos y mantenimiento de aviones de otras aerolíneas. Cuenta con 21.000 empleados.

Olavi Linkola es un fanático de los rallies, de automovilismo, pero también le gusta el fútbol. Es hincha de Real Madrid (España), de Universitario (Perú) y de Oriente Petrolero. Una vez al año le gusta volver de vacaciones a Palma de Mallorca, donde nació su hija