Certificación internacional. Las terminales Jennefer, Aguirre y Gravetal se convertirán en multipropósito. Hasta ahora solo movían oleaginosas, minerales y combustible. El abanico comercial boliviano se expande

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3 de noviembre de 2018, 22:30 PM
3 de noviembre de 2018, 22:30 PM

Decir que Bolivia mira el Atlántico para fortalecer su comercio internacional, dejó de ser un deseo, pues con la certificación que los acredita como puertos internacionales, extendida por el Gobierno, las tres terminales fluviales asentadas en la cabecera de la hidrovía Paraná-Paraguay, apuntan a ser infraestructuras multipropósitos y multimodal.

Esto les permitirá subir su volumen de carga un 133%, dado que en la actualidad su flujo llega al millón y medio de toneladas.

Hay buen ánimo, eso lo evidenció EL DEBER que visitó las tres empresas que solo movían derivados de soya, minerales y combustible. Ahora se abre un abanico más amplio, recibirán más productos que llegarán en contenedores. Se esperan desde cosas pequeñas, vehículos últimos modelos, e incluso carga de equipos de gran tamaño para megaobras industriales.

Son parte de la red mundial de desembarcaderos, y sus nombres: Puerto Jennefer, Puerto Aguirre y Puerto Gravetal, están en la lista de las firmas navieras.

Cifras que hacen soñar

Los tres puertos, que llegan al Atlántico, movilizan anualmente 1,5 millones de carga, de importación como exportación, según datos de las mismas empresas.

En el país se movilizan de forma marítima y fluvial (ríos) 5,5 millones de toneladas de carga, según cifras del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Por puertos chilenos fluye 3,6 millones; por peruanos,1,4 millones; y la hidrovía, 1,5 millones.

Del volumen que es maniobrado en Chile, 2 millones de toneladas de carga llegan para Santa Cruz, lo que equivale a cerca de 100.000 contenedores.

Bismark Rosales, gerente general del complejo portuario Jennefer, explicó que sumando esa cantidad, a la que se movilizan por la hidrovía, el volumen llegará a 3,5 millones de toneladas, es decir, un crecimiento de un 133%.

Inversiones

Rosales afirmó que están preparados para lo que se viene. Incluso la compañía realizó una inversión aproximada de $us 80 millones en su complejo.

Esto salta a la vista. Por ejemplo, se mejoró el camino de ingreso y salida, para que soporte camiones de alto tonelaje.

En cuestión de infraestructura portuaria, todo es nuevo. Tiene tres muelles, en donde se pueden mover desde combustibles, carga general y carga proyectos.

Cuenta con un frente de atraque a 600 metros, lo que facilita el trabajo de carga y descarga de productos. Pero lo más importante es el dragado continuo al canal Tamengo, donde opera, lo que le da navegabilidad a las barcazas que llegan a este lugar.

El perfil será el de un puerto multipropósito y multimodal, porque cuenta con una red caminera, férrea y fluvial para el movimiento de carga, ya sea en contenedores o cualquier tipo de formato, en las 60 hectáreas por donde se extiende el complejo.

Su plus es un retropuerto, con capacidad de 620 vehículos. La obra presenta un avance significativo, grúas remueven tierra y nivelan el terreno. En el mismo lugar, operarios arman columnas de lo que será una Zona de Almacenaje Logística (ZAL), en donde se podrán ensamblar autos o computadoras.

En 2018 Jennefer movió 700.000 toneladas, entre productos oleaginosos y minerales.

Hoy el puerto está en calma, es temporada baja, una barcaza duerme en las aguas del Tamengo. Pero con la certificación en mano, para 2019, no estará así, la empresa calcula que moverá un millón de toneladas por su cauce.

Su capacidad instalada es de hasta 5 millones de toneladas.

Según Rosales, pueden manipular en mediano plazo hasta 10 millones toneladas de carga, lo que equivale a todo el comercio exterior de Bolivia.

Para el ejecutivo la meta es que los tres puertos funcionen como un solo sistema portuario.

 

Gravetal con nuevas obras

EL DEBER llegó hasta la empresa agroindustrial Gravetal. Al ingreso el portugués y el español, se hacen entender, más de un centenar de camiones provenientes de Brasil salen de estas instalaciones llevando urea, su destino es Mato Grosso. Mientras tanto, en el Puerto de la agroindustria varios operarios con chalecos salvavidas cargan una barcaza con 10.000 toneladas del fertilizante.

La zafra soyera terminó hace poco, ahora los trabajos se centran en la exportación de urea por la hidrovía para los mercados de Argentina, Uruguay y Paraguay.

La faena es supervisada por Dante Moreno, jefe de planta de Gravetal, que observa cómo el producto se traslada desde un depósito mediante líneas de trasporte que llegan hasta un recipiente en forma de tubo que escupe el blanquecino producto.

La infraestructura tiene tres muelles que movilizan 1,1 millón de toneladas de carga por año, que se concentran en derivados de soya, que produce la industria, urea y combustible. Pero aseguran que movilizarán cualquier tipo de carga proyectos.

El mayor reto de la compañía será acondicionar sus muelles para tener un frente o plataforma de atraque de 1,2 kilómetros.

También tendrán un perfil multipropósito y modal. Incluso cuentan con dos grúas, con brazos mecánicos que manipulan todo tipo de contenedores.

Moreno explicó que tienen 74 hectáreas, tamaño suficiente para recibir contenedores y adecuar su infraestructura portuaria.

El objetivo es poder incrementar el volumen de carga hasta 3,2 millones de toneladas.

“Antes no se daban las circunstancias. Si en este momento hay mercadería estamos en condiciones de mover”, afirmó.

 

Un nuevo impulso

Entrar en Puerto Aguirre, es conocer la historia viva de la actividad portuaria fluvial, porque fue la primera terminal que se instaló en el canal Tamengo. El complejo es una pequeña ciudad de 206 hectáreas. Para conocer sus instalaciones es necesario un vehículo. Mauricio Villarroel, gerente de operaciones del Puerto, es nuestro anfitrión.

Lleva 25 años trabajando en este lugar, y para él la certificación es un espaldarazo enorme.

En sus inicios, el puerto operó como zona franca, pero al perder esa categoría la actividad disminuyó. Con la nueva designación, se convierte en zona primaria, donde se nacionalizará mercadería, y lo que naturalmente llevará a incrementar su flujo de carga.

Su infraestructura puede movilizar hasta 5 millones de toneladas de carga. Por ahora despachan entre 400.000 y 600.000.

En el recorrido, se evidenció que tiene cuatro áreas de trabajo; la carga general, de derivados de soya, minerales y combustibles.

Lo que más impacta es el área para derivados de soya, cuenta con grandes silos y una cinta transportadora de más de 500 metros que lleva el producto a las barcazas. Por ahora todo este treintañero complejo está en calma, pero espera listo la llegada de más carga de importación y exportación.

 

Movimiento. Una barcaza se desplaza cerca de Puerto Aguirre, va hacia el Atlántico

HORST GROTERHORST

El siguiente paso es que

nos liberen de impuestos

Es muy importante lo que se ha hecho, acá se hará la desaduanización. Podemos tener productos listos para exportar, va acelerar mucho los procesos. Esperamos que a largo plazo

esto sea considerado zona franca.

LOS ACTORES

JORGE ARIAS LAZCANO

Este sistema portuario nos saca del enclaustramiento

Este impulso representa una mejora en los aspectos de logística, infraestructura caminera y aduanera. Hoy miramos a Bolivia de manera distinta, no la vemos enclaustrada, ahora está conecta al Atlántico.

DANTE MORENO

Estamos en condiciones de

mover todo tipo de carga

Nuestro puerto mira el Atlántico que está relacionado con los mercados de Europa. Estamos hablando con el Puerto de Buenos Aires para hacer una alianza. Además vamos a hacer un camino para el acceso al puerto.