Leonardo Salvatierra transforma farmacias Chávez en corporación
El CEO de la corporación, que tiene más de 60 locales y 740 empleados, se siente orgulloso de sus raíces y de haber aportado para que la marca de Farmacias Chávez se fortalezca en el mercado
Tiene fotos que lo muestran con su hermana gateando entre cartones y esteras en la primera farmacia que abrió su madre en Portachuelo. Cuando tenía solo diez años ya cobraba y daba cambios en la caja de la farmacia Chávez, entre la avenida Cañoto y la calle Mercado de la capital cruceña. Leonardo Salvatierra Chávez es, a sus casi 38 años de edad, el CEO que gestiona una corporación con 64 locales y 740 empleados en todo Bolivia. “Pensamos duplicar la operación en los próximos cinco años”, anuncia el líder de la compañía farmacéutica nacional, en una amena conversación durante un Desayuno con…en el restaurante del hotel Marriot.
Nació el 16 de agosto de 1981, en la Caja de Salud Cordess de Guabirá y pasó su infancia en Portachuelo, la tierra de su madre Ana María Chávez, la fundadora de la farmacia, hace 30 años, que ahora es una cadena nacional. Su padre es el nefrólogo buenavisteño Eduardo Salvatierra, que se formó como médico en Sucre y se especializó en Brasil.
Leonardo Salvatierra es el mayor de tres hermanos. El kínder lo cursó en Brasil, los dos primeros años de colegio los hizo en el San José de Portachuelo, dirigido por el padre José María, y se graduó como bachiller en el Santo Tomás, de la capital cruceña. Escogió la carrera de ingeniería económica en la UPSA y obtuvo la especialidad en proyectos y desarrollo, en Texas, EEUU, donde trabajó en una consultora.
“Todas mis vacaciones estaba en la farmacia. Somos fruto del trabajo de mi madre. Estudié economía para ayudar a mi país y acompañé a mi padre en algunas campañas políticas, cuando era muy joven. Me especialicé en desarrollo bajo la lógica de ayudar. Tengo experiencia financiera porque hice una pasantía en un banco. Me aburrí en el escritorio de una consultora en EEUU. Volví a hacer mis papeles para luego retornar, pero mi madre me pidió que me quede. Compramos entonces la farmacia Tres Hermanos en la avenida Uruguay y me llevé a 17 funcionarios, de los que 10 siguen y son como mi familia. Seis fueron profesionalizados y están ahora en jefaturas”.
El barómetro de la economía
Leonardo Salvatierra opina que, junto al de los alimentos, el sector de medicamentos es “un barómetro de la economía”. En ese sentido, cree que se siente la desaceleración y hay alguna incertidumbre por la política, pero la obligación de los empresarios es avanzar. “El mercado ya no ha estado creciendo como en el periodo 2006-2013, en el que se triplicó el sector de medicamentos privados. La gente del campo migró a la ciudad y fue un factor determinante. Últimamente hay más atención a lo preventivo. Este año vamos a crecer alrededor del porcentaje del PIB. La tarea en el denominador no es siempre despedir gente, sino concienzar de lo que está pasando a tu equipo. Así hemos trabajado en la productividad, en la parte organizacional, corporativa y logística, además del punto de venta”.
En el ámbito gremial preside la Asociación de Cadenas de Farmacias de Bolivia y considera que es necesario readecuar la ley de medicamentos de 1996. Es hincha de Oriente Petrolero y acostumbra ir los domingos al estadio, un hábito que asumió cuando acompañaba a su padre, que fue dirigente del club en la primera gestión de Miguel Ángel Antelo. Con el impulso de su amigo Alfonso Cortez, incursionó en la actividad runner y el año pasado completó su primera maratón en Buenos Aires. También conduce una motocicleta y ha previsto ir en noviembre por el Lago Titicaca para llegar a Cuzco. Le gusta leer libros sobre sociología, biología e historia de líderes. Le encanta preparar churrascos y se da una semana para vacacionar
una vez al año.