Gustavo A. Pereyra es uno de los accionistas del grupo Forza, pionero de los ‘Smart Studio’. EL DEBER compartió en el hotel Radisson un desayuno con uno de los arquitectos más innovadores.

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13 de enero de 2019, 7:22 AM
13 de enero de 2019, 7:22 AM

Nació hace 41 años en Santa Cruz. Su padre fue el productor agropecuario Gustavo Pereyra y su madre es Cinthia Foianini, una mujer apasionada por el campo. Gustavo A. Pereyra es uno de los accionistas del grupo Forza, pionero de los ‘Smart Studio’. EL DEBER compartió en el hotel Radisson un desayuno con uno de los arquitectos más innovadores.

Es de la promoción 96 del colegio Americano. Tiene una hermana mayor que estudió Finanzas en el Tecnológico de Monterrey y que trabaja en la banca. Tras el bachillerato le aconsejaron estudiar Ingeniería Industrial, pese a que las pruebas de actitud lo perfilaron para Arquitectura. “Llegué a la Universidad de Arkansas y estudié dos años Ingeniería Industrial. Después de terminar un examen de programación me decidí por Arquitectura. Me titulé en 2002 y me quedé a trabajar un año en Boston. También tuve una experiencia espectacular con un intercambio en Italia.

Gerente del Grupo Forza:

Al volver a Santa Cruz, empecé, como todos los arquitectos, haciendo baños y churrasqueras. El primer proyecto corporativo que hice fue para Cipsa en el stand de Marlboro de la Fexpo. Después trabajé con empresas y en 2005 formamos la sociedad con mi primo Pedro Escóbar Foianini y Fernando Suárez”.

La compañía comenzó con un proyecto en la zona sur de Santa Cruz de 16 apartamentos de 250 metros cuadrados. Un estudio de mercado mostró que tenían 14 potenciales clientes. “Nos fue muy bien, a pesar del miedo que había en 2005 cuando asumió Evo Morales. Era para el segmento alto y vendimos todo antes de terminar de construir. El próximo fue más grande, de 21 pisos. Fue una buena experiencia, porque lo hicimos pensando en lo que nos gustaba en vez de lo que necesitaba el mercado. Fue un error, pero una buena experiencia. No se pueden hacer los negocios pensando en lo que a uno le gusta, sino en lo que necesita el mercado.

Conseguimos vender, aunque el tiempo de construcción fue complejo y el precio del acero subió. Hicimos malabares”.

En 2012 un estudio decía que el 1,6 por ciento de la población pagaría más de 150.000 dólares y su empresa consideraba departamentos arriba de ese precio.

“Vimos un proyecto en Asunción y en Argentina para jóvenes independientes que salen de casa. Sacamos entonces la marca Smart Studio, un salto disruptivo porque eran apartamentos de 50 a 60 metros cuadrados, de un dormitorio. Vendimos un 70 por ciento del proyecto en seis semanas. Empezamos en Equipetrol, que es una zona apreciada. El Smart Studio nos ha enseñado a repensar cada uno de los proyectos. Analizamos al nuevo consumidor inmobiliario cada año. Es increíble cómo el rubro ha cambiado en los últimos cinco años por la tecnología. La gente está acostumbrada a renovar todo. El producto inmobiliario rota cada cinco años”.

Sus proyectos: 

Su compañía ya ejecutó 11 proyectos en Equipetrol, con buenos resultados. Cada producto tiene un concepto nuevo y se adapta a las personalidades de los consumidores. “Tenemos de uno, uno y medio y dos dormitorios. Buscamos que cada modelo sea un upgrade, una mejora. Además de los jóvenes, tenemos de clientes a gente mayor y parejas con hijos. El mercado de Santa Cruz es increíble”.

Sobre la competencia, dice que ofrece mucho producto commodity, que es el que vende precio por metro cuadrado. “Nosotros tratamos de vender un estilo de vida más personalizado. Tenemos un proyecto en Equipetrol que entregaremos en julio. Es el primero diseñado para poner en plataformas, tipo booking”.

Han creado una empresa administradora que se llama Go and Rest, que toma los apartamentos de los clientes y los mueve en las redes sociales. “En julio entregaremos 220 apartamentos y esperamos tener unos 100 a 150 administrados por nuestra empresa, con un sistema que le sube la rentabilidad al cliente y crea una comunidad diferente. Es un mix entre hotelería y una comunidad o residencia”.

Otro de los proyectos lanzado en la última Expocruz apunta a la familia. Se llama Holiday y está en el octavo anillo de la zona norte, en un predio de dos hectáreas y media, además de una hectárea al centro para áreas comunes.

“Es un concepto pensado en la familia joven con hijos pequeños. También hay grandes familias interesadas en apartamentos de dos, tres y cuatro dormitorios con áreas comunes. La primera fase la entregaremos este año y son las áreas comunes. A mediados del 2020 viene la fase de torres”.

Empezaron pocos

y ahora son 56

Los que fundaron la sociedad cumplían al inicio múltiples funciones. Desde secretarios hasta telefonistas, vendedores y barrenderos. Ahora la compañía tiene 56 personas. “Comenzamos con un capital operativo de los socios y nos hemos apoyado en la banca. El grupo Forza es la marca madre. Nos manejamos con marcas. Smart Studio es una, tenemos ahora a Holiday y otra llamada Avanza, que ofrece servicios corporativos”.

La compañía tiene un directorio de socios. Fernando Suárez es el gerente de arquitectura, Gustavo Pereyra es el general y la gerencia de construcciones la ocupa Enrique Orozco. “Hay mucho por hacer en desarrollo inmobiliario en Bolivia, porque la mayoría vende commodity y nosotros ofrecemos un sueño de vida. 2019 será un año complejo, pero los desarrollos inmobiliarios son a largo plazo. Hay mucho por hacer también en el segmento medio bajo. Hay que saber equilibrar entre el potencial del mercado y el momento. Exploramos segmentos nuevos, formas de hacer desarrollo, productos nuevos y vamos encontrando las respuestas. Tenemos la mejor metodología de testeo”.

Cuando le preguntan cuál es el sello de su liderazgo en la empresa responde: “Buscamos la participación de todos para que tengan la misma posibilidad de presentar una idea disruptiva. Cada proyecto es un repensar de cero. Contamos con lo que llamamos shared de diseño comercial, de proyecto y producto, en construcción, donde participan arquitectos, vendedores, y eso nos permite que todos aporten y aprendan. El secreto no está solo en la arquitectura, sino también en la experiencia del área comercial”.

Sobre la situación del rubro, opina que en un momento de desaceleración el segmento social alto es el que está menos impactado. “Productos bien realizados en este segmento tienen éxito. El C2, C3 es un segmento muy interesante. Bolivia tiene la población más joven de Latinoamérica. Este grupo consume, cree, apuesta, invierte, gasta sus primeros salarios y crea familia. Ese es el segmento del sector en los próximos 25 años”.

Apasionado

de la natación

Su rutina comienza a las 6:00. Con su esposa, Cecilia Hurtado, despierta temprano a sus dos hijos y él los lleva al colegio. Su pareja, con la que lleva diez años de casados, los recoge al mediodía y almuerzan juntos. Ambos practican natación tres veces a la semana.

Ella estudió Comercio Exterior en una universidad de Miami y trabaja en HP Medical. Los dos también están dedicados a la vida institucional, él como director de la Cainco y su esposa como directora de la Fexpocruz.

Su hija mayor es Samara, de ocho años, y el menor es Adriano, de seis. “Los viajes son la plata mejor invertida. Viajamos a medio año en familia y después en pareja. Este año iremos a Seúl al mundial de natación”. La primera media hora del día en su oficina la dedica a la lectura de algo sobre su ocupación o desarrollo personal. Prefiere la comida saludable. (ver el video en wwweldeber.com.bo)