Entrevista a Reinaldo Díaz Salek presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO)

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14 de julio de 2019, 4:00 AM
14 de julio de 2019, 4:00 AM

Cuando asumió la CAO trazó una gestión con cinco ejes temáticos (tierra, modernización tecnológica, impulso a las exportaciones agropecuarias, cambio de matriz energética -producir etanol y biodiésel- y construcción de una cultura agropecuaria), ¿cuáles son los avances a la fecha?

Se ha avanzado en la producción de etanol que en la actualidad se produce y vende a YPFB, aunque en mínimos volúmenes. En biotecnología, la reglamentación para permitir el uso de nuevos eventos en semilla de soya ya fue emitida y estamos a la espera de que en el menor tiempo posible suceda, lo propio, en algodón, maíz y caña de azúcar. En biodiésel esperamos que nuestra propuesta sea tomada en cuenta y que la misma se implemente lo antes posible ya que será de gran beneficio para todos los bolivianos, generando seguridad al productor y recursos económicos para el país. En exportaciones se logró la liberación del 60% de la producción de soya para la presente campaña; sin embargo, es un tema que se continúa trabajando, ya que se debe buscar la liberación plena de las exportaciones para permitir de que el mercado interno se autorregule. También se ha logrado concluir la gestión para abrir el mercado de China para la carne bovina después de varios años de trabajo entre el sector público y el privado. Mientras nosotros, como país, nos abramos a mayor número de mercados de exportación vamos a tener un abanico de oportunidades. Por ejemplo, para 2020, entre febrero y abril, llegará al país una comitiva de Vietnam para ver el tema de protocolos para la exportación de carnes avícola y porcina.

 Sus antecesores tuvieron mayor llegada y relación con el Gobierno, ¿usted definió una agenda de trabajo?

La agenda de trabajo es institucional y es una característica de la CAO trabajar de esa manera. En la actualidad está orientada en los temas: tierra, modernización tecnológica, impulso a las exportaciones agropecuarias, cambio de matriz energética -producir etanol y biodiésel-, construcción de una cultura agropecuaria moderna, industrialización e infraestructura logística Hub Viru Viru y Puerto Busch, entre otros proyectos. Todos los temas están en agenda con distintos niveles de Gobierno y tienen su respectivo ritmo de avance.

 Asoman temas recurrentes, ¿no es una agenda funcional en una gestión electoral?

Más bien hemos impuesto una agenda interesante de la que muchos sectores de la sociedad se han apoderado porque hemos dicho que es la ‘hora del campo’. En estos días se promulgó un decreto que autoriza desmontar y habilitar mayor número de hectáreas para expandir la producción agropecuaria en Santa Cruz y en Beni. Esa iniciativa va en tono a lo que nosotros hemos dicho que los ingresos por hidrocarburos y minerales han disminuido y es hoy la hora del campo. Hemos expuesto las potencialidades del campo y creemos que, hoy por hoy, en el corto y mediano plazo es el único bien tangible que puede sacarnos del estancamiento económico. En el tema energético somos muy dependiente de la importación de gasolina y diésel. El sector agropecuario tiene un gran potencial para sustituir las importaciones de diésel, evitar la fuga de divisas y generar fuentes de empleo en el país.

 Según el Gobierno, el sector agropecuario alcanza el mejor desempeño en crecimiento económico del país y asegura que es el motor que jala la economía. Los resultados de crecimiento al primer semestre de este año, comparado con igual periodo de 2018, ¿son mejor, igual o peor?

Para hablar de crecimiento tenemos que ver las variables de producción y precio. La superficie cultivada total de granos creció un 4% (soya y arroz aumentaron, mientras que maíz, sorgo y sésamo decrecieron. La producción de granos, en general, se redujo un 5% debido a los bajos rendimientos registrados en soya, maíz y sésamo. El precio de la soya, principal cultivo de exportación se redujo un 23% en el primer semestre de 2019; de arroz, un 20%; de sorgo, un 4%. La carne de pollo, que es la más consumida a escala nacional, registró una reducción del 15% en su precio.

Ningún sector agropecuario está en auge. Hemos tenido factores climáticos negativos, precios bajos e ingreso masivo de productos por importación legal y contrabando durante los últimos años. Todo ello debilita la producción, por lo que no estamos en el mejor momento; al contrario, se siente entre los productores un panorama incierto y preocupante.

 Entonces, ¿ningún sector refleja buen desempeño? 

El sector pecuario registra un desempeño moderado, con proyección de repunte, una vez se concreten las primeras exportaciones a China. Esta operación será la válvula de escape para aliviar la economía sectorial. El mercado y los precios no son atractivos y en algunos sectores, se han registrado pérdidas en periodos anteriores por saturación del mercado interno. Todos los sectores están de regular hacia abajo.

 Con ese panorama adverso, ¿es posible garantizar soberanía y seguridad alimentaria?

A pesar de todas las adversidades que afronta el sector, la seguridad alimentaria está garantizada. Es más, en muchos productos tenemos sobreproducción, tal es el caso de la carne de pollo y cerdo entre otros. Más bien, nuestro problema es que el mercado interno es muy pequeño.

 ¿El sector agropecuario es un negocio rentable?

Es un negocio riesgoso, que tiene sus altas y bajas, y lamentablemente estos años nos encontramos en un ciclo bajo. Tenemos que centrarnos en elevar la productividad para salir de esta crisis, porque el mercado interno difícilmente lo haremos crecer y lamentablemente somos tomadores de precio. Tenemos que mejorar la productividad para que tengamos un ciclo económico, por lo menos, aceptable.

 Tomándole la palabra, ¿está en crisis el sector productivo?

Crisis en el sentido de que en muchos sectores no se está pudiendo llegar a cubrir los costos de producción. Es aquí que esperamos que se den las medidas que se han propuesto en el tema financiero. Solo en el sector soyero son $us 450 millones de pérdidas que se vienen arrastrando en los últimos tres años. Estamos en una etapa delicada, con el sector arrocero y cañero en emergencia. Este último con una sobreproducción de 4 millones de quintales de azúcar, en plena zafra. Estamos lejos de ser competitivos en el mercado global.

 ¿Qué implica para el agro acceder a la biotecnología?

En soya, incrementar la producción mínimo un 20% en la superficie actual. En algodón puede crecer de forma significativa la superficie cultivada y, en maíz, es para evitar posibles importaciones que tengamos que hacer en adelante para el consumo interno porque con las actuales semillas ya no es factible cultivar.

 El Gobierno, por decreto, acaba de autorizar el desmonte para expandir la frontera agrícola y pecuaria en Beni, ¿cuál es su lectura al respecto?

Venimos diciendo que es la hora del campo y nos alegra que estemos en la línea de facilitar la producción agropecuaria, porque todos sabemos que los ingresos de los hidrocarburos y la minería están lejos de retornar a niveles de antes y nuestro sector tiene potencialidades para generar los recursos que necesita el país.

 ¿Cuál es el efecto del contrabando en el sector agropecuario?

El ingreso masivo de productos es muy negativo y nos viene afectando desde 2015 cuando Argentina y Brasil decidieron devaluar sus monedas, eso nos va quitando el mercado interno, por ello, necesitamos tecnología para competir.

El ingreso de productos de países vecinos, cada día nos quita ingresos y empleos a los bolivianos y eso se torna cada vez más riesgoso para nuestra economía.

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