El fondo fue creado con $us 1.200 millones de las reservas internacionales para diversos proyectos de la cadena productiva que generen excedentes. El Gobierno evitó referirse al financiamiento de la aerolínea

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23 de agosto de 2019, 6:00 AM
23 de agosto de 2019, 6:00 AM

El Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro) fue creado con un valor de $us 1.200 millones de las Reservas Internacionales Netas (RIN) en 2012, siendo su objetivo el de financiar proyectos de inversión productivos del Estado y que los mismos generen excedentes.

De acuerdo a la Ley 232, los emprendimientos productivos deben estar orientados a la transformación de la matriz productiva e incorporar la etapa de industrialización de materias primas y alimentos. Sin embargo, el Gobierno destinó recientemente, a través de un paquete de decretos, $us 17,5 millones para cambiar la flota de naves de Boliviana de Aviación (BoA) e incrementar el pago a sus pilotos en un 25%, todo ello con recursos de Finpro y con la finalidad de mejorar el servicio y competitividad de la aerolínea.

Muestra de economía débil

Las reacciones sobre el crédito del Finpro a BoA no se hicieron esperar. El investigador Julio Linares, explicó que al ser BoA una empresa recuperada estratégica, no encaja en la figura que establece el Finpro, además que a la fecha no ha cumplido con su objetivo de generar excedentes para dirigirlo a la inversión social, toda vez que sus utilidades apenas llegan al 1 o 2%. También comentó que esta política de echar mano de las RIN se volvió una costumbre de parte del Gobierno actual.

“Ya se ha gastado un 60% de ese fondo para financiar emprendimientos estatales, algunos han cerrado y otros están en problemas. Esperemos que BoA tenga la capacidad para poder pagar el préstamo y que muestren su flujo de cajas, porque las reservas ya tienen problemas por otros emprendimientos”, dijo Linares.

Desde BoA indicaron que se pronunciarán cuando los decretos estén en la Gaceta Oficial. En tanto, el economista Germán Molina, explicó que la medida de inyectar $us 17,5 millones a BoA, no es sostenible en el tiempo, sino algo coyuntural, debido a que los costos de la aerolínea siguen siendo altos (incremento en sueldos, precio internacional del combustible en suelo extranjero y pasajes al costo), por lo que prevé que la mala situación que está atravesando volverá a mediano plazo.

Puso como ejemplo al sector de la banca, que por disposiciones legales reinvierte hasta el 50% de sus utilidades, lo que ha generado un avance en tecnología y oficinas, empero, en el caso de la empresa estatal sus utilidades apenas superan el 1%, lo que refleja ineficiencia en la cosa pública.

“Estamos resolviendo las cosas a corto plazo y no de forma estructural, por lo que más adelante se tendrán los mismos problemas y esa ha sido la característica de este Gobierno y su gestión”, comentó. Por su parte, Alejandro Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, cuestionó que el monto destinado sea dirigido a una empresa que no está generando excedentes como se esperaba, mientras que se podría direccionar ese monto en el incentivo a la producción y generación de industria.

En ese sentido, considera también que es incierto si la aerolínea devolverá esos recursos, tomando en cuenta sus ínfimas utilidades. “Este crédito no debería darse, pero estamos acostumbrados a que el Gobierno lo haga a pesar de que la ley diga lo contrario.

Invertir no es malo si se lo hace de forma responsable y con un programa, pero la realidad es que muchas compañías estatales son deficitarias”, expresó.

Silencio estatal

Se consultó al Ministerio de Economía y Finanzas, al Ministerio de Obras Públicas y al Banco de Desarrollo Productivo (BDP) que administra el Finpro, para tener su postura sobre el tema, pero en las tres entidades evitaron pronunciarse.

Mientras que desde el Banco Central de Bolivia (BCB), indicaron que los recursos del Finpro se encuentran depositados en una cuenta en moneda nacional de esa entidad, pero aclararon que no manejan ese fondo porque depende del BDP