Las consecuencias de la turbulencia económica del vecino país afloran en el comercio nacional. En las casas de cambio se cotizan 100 pesos argentinos por Bs 12,50

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15 de agosto de 2019, 4:00 AM
15 de agosto de 2019, 4:00 AM

La devaluación del peso argentino de los últimos días ya se percibe y muestra sus efectos en territorio nacional. Por dar un ejemplo, en Bermejo se cotizan 100 pesos argentinos por Bs 12,50. Antes de la subida del dólar, la misma cantidad de la moneda del vecino país se convertía por Bs 14. Este comportamiento también se registra en las ciudades fronterizas de Villazón (Potosí) y Yacuiba (Tarija).

Eso no es todo. Las consecuencias afloran en el sector comercial, sobre todo los negocios que expenden bebidas alcohólicas, colchones, refrigeradores y cocinas. Pobladores y comerciantes prefieren cruzar la frontera porque en Argentina adquieren también otros comestibles.

Por dar un ejemplo, se puede encontrar colchones a Bs 700, cajas de cerveza a Bs 30 o un quintal de harina por Bs 95. EL DEBER constató esta realidad en la frontera con el vecino país, cuya economía atraviesa “una fuerte crisis y sin señales de recuperación”, según especialistas en el tema, pese al apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En este contexto, la presidenta de la Cámara de Comercio de Aguas Blancas (Argentina), Lucila Vela, aclaró que los propietarios de comercios no aumentaron precios de la mercadería, pese a la caída monetaria de los últimos días. El flujo comercial es mínimo en esa localidad fronteriza, a diferencia de la actividad económica de Salvador Mazza y Villazón, por donde da cuenta del ingreso de mercadería a Bolivia en grandes cantidades.

Por su parte, la directora del Senasag en Tarija, Fátima Pacheco, afirmó que se permite el ingreso de productos comestibles en función al acuerdo bilateral por los pasos habilitados, entre ellos Bermejo-Aguas Blancas y Yacuiba-Salvador Mazza, en el caso de Tarija. No obstante, realizan controles anticontrabando.

Impacto en frontera

En Yacuiba, los comerciantes atinan a deshacerse de los pesos argentinos que aún tenían guardados por medio de transacciones con turistas, la misma dinámica que siguen los cambistas y las casas de cambio.

“Ya no tenemos compradores argentinos. El comercio está muriendo en esta frontera”, lamentó por su lado Mario Molina, directivo de los gremiales de Pocitos boliviano. En el comercio de ropa y artículos personales es donde más se percibe el golpe.