La decisión de YPFB de ejecutar la boleta de garantía de $us 140 millones cayó mal en el Gobierno argentino, que estudia resolver el conflicto en la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional. El Gobierno nacional evitó hablar del tema

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28 de noviembre de 2018, 4:00 AM
28 de noviembre de 2018, 4:00 AM

A pesar de que hasta el 7 de noviembre, Luis Alberto Sánchez, ministro de Hidrocarburos, rechazó la posibilidad de ejecutar las boletas de garantía por las deudas que tiene Argentina por las importaciones de gas boliviano, desde el vecino país indicaron que evalúan iniciar un arbitraje internacional, porque YPFB ejecutó dichas boletas de garantía por un valor de $us 140 millones.

Según el portal argentino Eco Journal, la decisión del Gobierno boliviano, de Juan Evo Morales, de ejecutar la boleta de garantía del Banco Nación por $us 140 millones por los presuntos incumplimientos de Argentina en materia de importación de gas, no hizo más que tensionar la relación entre las partes.

Fuentes cercanas a la Secretaría de Energía explicaron que la posibilidad de recurrir a un arbitraje en la Cámara de Comercio Internacional (CIC) para solucionar el diferendo se presenta como una alternativa concreta ante la imposibilidad de encaminar la negociación por un terreno más amigable.

“Bolivia incumplió el contrato, que se firmó en 2006 por el Gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, mucho antes que nosotros. Desde hace tiempo que no cubre los cupos de producción previstos en el contrato, en especial durante el invierno, ni tampoco está entregando el gas con el poder calorífico acordado originalmente porque extraen los líquidos en su territorio. Somos optimistas en poder ganar un arbitraje internacional”, explicaron allegados a esa cartera.

Un especialista en Legales que trabaja en un despacho oficial indicó que Argentina podría fundamentar su posición a base de lo que en derecho se conoce como Teoría de la Imprevisión. Desde esa óptica, se podría argumentar que no se podía prever que el desarrollo de formaciones no convencionales como Vaca Muerta modificaría tan disruptivamente la proyección de la oferta de gas en el país.

A su vez, desde el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cainco indicaron que cuando dos partes suscriben un contrato e incorporan una cláusula arbitral, en cualquier momento de esa relación la parte que sienta sus intereses afectados o tenga una controversia puede activar la cláusula de arbitraje.

Lo mismo se aplica para este caso: si Argentina considera que tiene alguna afectación o controversia, puede demandar a su contraparte en un arbitraje.

La institución precisó que una relación jurídica se debe llevar a cabo de acuerdo a los términos contratados, es decir, el contrato. “Habría que leer el contrato para ver qué especifica, así como la cláusula arbitral.
Generalmente, antes de llegar a un arbitraje las partes tratan de negociar”, señalaron y a la consulta de si eso dañaba la relación comercial con Argentina, la institución remarcó que eso
depende mucho de los términos del contrato, pero indicó que en abstracto, sí, puede afectar.

Para tener un criterio del Gobierno nacional se hizo llegar un cuestionario al Ministerio de Hidrocarburos, pero indicaron que ese era un tema de YPFB; se consultó a la estatal petrolera, pero dijeron que su presidente estaba en el exterior y que a su retorno le iban a informar del tema.

Una decisión fatal

Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, señaló que sería lamentable e irresponsable que Bolivia y Argentina fueran a un arbitraje internacional, pues en su criterio ocasionará mayores fricciones. “Argentina debe reconocer que no ha cancelado sus facturas por exportaciones de gas (ocurrió en el Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner y ahora con el presidente Mauricio Macri) y Bolivia tiene que reconocer que desde 2016 no cumple con los envíos de gas pactados en el Delivery or Pay establecido en el contrato, principalmente en periodos de invierno”, dijo Ríos.

Para Carlos Delius, expresidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía, el cobro de la boleta de garantía es un paso en falso, pues es lo último que se quiere hacer en toda relación comercial.

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