Rodrigo Niño dirige Prodigy Network con un nuevo paradigma económico. Ahora, busca expandir su sistema de negocio a otras industrias e impulsar proyectos con financiamiento colectivo

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1 de mayo de 2018, 8:00 AM
1 de mayo de 2018, 8:00 AM

La fuerza, la pasión y el convencimiento con los que habla el empresario colombiano Rodrigo Niño te golpean en la cara. No es posible creer que hace siete años Niño fuera desahuciado. Le diagnosticaron cáncer fase 3B (cuatro es terminal). “Tuve miedo a morir”, confiesa.

El economista colombiano no quiso resignarse al informe médico. Investigó todo cuanto le fue posible y sus pasos lo llevaron a la selva peruana. “Le dije al chamán: Quíteme el miedo a morir y cúreme del cáncer”. 

Fiel a los números, intenta explicar su supervivencia con porcentajes. Se niega a pensarlo como un milagro. Lo cierto es que el tiempo de convaleciente le sirvió para reflexionar y plantear un nuevo sistema de negocio. “Fíjese que ambos, capitalismo y comunismo, fracasaron”, dice en un marcado acento colombiano.

—¿Cómo fue enfrentar la muerte todas las noches?
Me interné en la selva peruana y tuve una experiencia mística que no se puede demostrar. Llámelo fe si quiere. Lo que yo vi es que la sociedad actual está construida con base en un paradigma en el que nos debatimos en una dicotomía entre un extremo y otro. Por un lado, el beneficio individual a costa del beneficio colectivo que se llama capitalismo, que genera un crecimiento exponencial, pero también la miseria, el hambre. Esto seca el sistema porque es tal la concentración de riqueza que la volatilidad es altísima.  

—Y la respuesta al capitalismo...
La respuesta extrema es el socialismo. Se nos juntó el hambre con las ganas de comer. El socialismo dice que el beneficio colectivo prima sobre el beneficio individual y ese sistema fracasó peor porque entre un Bernie Sanders y un Donald Trump por lo menos sé a qué me atengo con Trump, mientras Sanders genera empatía, pero no un cambio. Entonces, la izquierda demuestra que cuando se sacrifica el bienestar individual se fomenta la corrupción y la pereza. 

— Y, ¿cuál es la alternativa?
Yo vi que nos tocaba diseñar un nuevo paradigma. Saquemos lo bueno del capitalismo y del socialismo, un nuevo paradigma donde se promueve el beneficio individual en función del beneficio colectivo. 


—¿Cómo se logra?
Con dos pilares importantes. Primero, crear proyectos extraordinarios que generen retorno del capital en función del impacto positivo. 

—¿Usted bajó este paradigma a su negocio?
Sí. Vi que estuve muchos años tratando de hacer una carrera en bienes raíces y ganar plata, pero logré un éxito de tres en una escala de diez. Sin embargo, luego de mi experiencia mística dije cómo hago para utilizar lo que sé en beneficio de la comunidad. Me di cuenta de que podía darle la oportunidad a pequeños inversionistas de llegar a los activos que en los momentos de incertidumbre protegen los grandes capitales institucionales en las crisis económicas. Ese era un tremendo impacto positivo para la comunidad.

—¿Qué metodología utilizó?
Con tecnología se da acceso a los pequeños inversionistas. Entonces, mi éxito individual llegó a 10. 

—¿Compartirá la fórmula?
Claro, el objetivo es aplicar la fórmula en ocho industrias específicas con nueve tendencias de tecnologías exponenciales en donde los proponentes tengan acceso a capital descentralizado a través de nuestra plataforma de crowdfunding. El requisito es retorno individual en función del beneficio colectivo. Queremos generar escala global porque cuando uno empieza a pensar en los demás, se beneficia uno.

—¿Por qué Bolivia se convierte en un mercado atractivo?
Toda América Latina no deja de sorprendernos. Comenzamos a tener inversionistas en Bolivia con un apetito muy importante.  El latino va a seguir invirtiendo en EEUU porque es un refugio interesante para sus capitales. Debemos darles a los emprendedores el acceso al capital, en la región hay gente con capacidad de desarrollar productos. 

—¿Planes de expansión?
Somos dueños del 100% de nuestra compañía. Nuestro mérito es que lo hicimos sin inversión institucional y somos independientes. Ahora, luego de probar el piloto durante siete años, entramos al periodo de expansión y vamos a ver un The Assemblage en Buenos Aires, otro en Bogotá, en Los Ángeles, San Francisco, Berlín, Seúl, Londres en los próximos tres a cinco años. El objetivo es diseñar proyectos, operar y para desarrollarlos buscamos grupos locales sólidos. No vamos a comprar activos, diseñamos, operamos y luego entramos con acciones minoritarias. El desembarco en América Latina será con coworking y el costo de la membresía se ajustará a cada región. 

—¿Bolivia puede ser?
Sí, igual que Lima en Perú. Estamos en conversaciones. 

—¿Capitalizarán la compañía?
Sí, estamos saliendo a vender un porcentaje de la compañía Prodigy Network que es dueña de The Assemblage, el 20% para invertir en más tecnología y el crecimiento del modelo para posicionar en las grandes capitales del mundo. Vamos a vender en participaciones retail y la ofreceremos solo a los inversionistas que ya compraron en nuestros proyectos inmobiliarios. Van a ingresar con una participación desde $us 50.000 y prevemos que llegará a valer diez veces más; es decir, $us 2 a 3 billones. Considero que vamos a ser la primera compañía unicornio liderada por un colombiano en llegar a ese valor.

—¿Tiene inversiones en criptomonedas?
Cero. Yo no le jalo al 'wild west'.