Entrevista. El líder de Bata y Manaco certifica el liderazgo de sus marcas en una industria que se ve afectada por los problemas de la informalidad y el contrabando y a la cual le faltan incentivos para su fortalecimiento

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25 de junio de 2019, 4:00 AM
25 de junio de 2019, 4:00 AM

En silencio y con pocas apariciones públicas, no es un hombre de dar muchas entrevistas, pues su labor demanda un trabajo minucioso y de hormiga para cubrir la demanda de calzados existente en Bolivia. Su nombre es Luis Ernesto Rojas (49) y es el gerente general de Bata y Manaco en Bolivia (que cumple 79 años de operación y que es propietaria de 10 marcas de zapatos que comercializan en territorio nacional). Considera que es necesario incentivar al sector para el ingreso de nuevos participantes y así fortalecer a la industria del país.

—Son 79 años que ‘la fórmula’ de Manaco y Bata trabaja en Bolivia, ¿qué diferencias y similitudes hay entre estas marcas?

En 1940, un grupo de jóvenes checoslovacos llegaron a Bolivia para levantar una fábrica. Se instalaron en Cochabamba y empezaron a producir zapatos con el nombre de Manaco (Manufactura Nacional Cochabamba), sigla vigente hasta hoy, pero con el know-how y las reglas de Bata (compañía que fundó el checoslovaco Tomás Bata en Europa en 1894). De esta manera se abrieron tiendas en todo el territorio nacional con el nombre de Manaco, las cuales funcionan hasta el día de hoy.

En los años 80 se trae a la marca Bata, con productos y tendencias actualizadas, similar a la moda europea. Así se diferencian los mercados y trabajan las dos cadenas de tiendas. Desde la fundación fabricamos para todos los segmentos con la característica de alta calidad, durabilidad y con precios convenientes.

—Actualmente, ¿cuál es la posición y escenario de la empresa en el mercado nacional?

El mercado se divide en dos sectores, el formal y el informal. Nuestra empresa se encuentra dentro del mercado formal. Tenemos 115 tiendas a escala nacional en los conceptos de Bata y Manaco, además de tiendas de outlet o liquidación Pic’n Pay. El objetivo es invertir en más tiendas en la medida en que crezca el mercado boliviano. En 2018 incursionamos en una nueva cadena enfocada en el público infantil con la marca Bubblegummers. A la fecha, contamos con 11 tiendas y planeamos cerrar este año con 15 en todo el país.

—¿Con cuántas marcas trabajan actualmente?

Tenemos más de diez marcas, el 50% se produce en nuestra fábrica (en Quillacollo) y el restante es importado. Además, contamos con la representación directa de tres líneas: New Balance, Skechers y Crocs.

—¿Cuál es la envergadura del mercado y alcance de la compañía en el territorio nacional?

Entre los canales de comercialización, incluidas ventas al por mayor y distribuidores, calzamos a Bolivia con más de cinco millones de pares de zapatos en el último año, por eso consideramos que somos líderes en el mercado. La cifra se mantuvo, pese a las dificultades que genera el mercado informal, que impacta a la rentabilidad de la empresa. Seguimos trabajando para mantener nuestro ‘market share’ y calzar a la población.

—Además de la informalidad, ¿qué asuntos preocupan a la industria de calzados?

El tener un arancel del 40% a los productos importados (los que no son de la Comunidad Andina o el Mercosur). Las reglas de importación nos dejan en una desventaja competitiva y, en general, esto le hace mella al sector formal.

—¿Qué representa el ingreso de nuevos competidores al país?

Países vecinos como Brasil y Perú son grandes productores. Por su economía y producción a gran escala tienen ventajas que nosotros no (esto por el tamaño de nuestro mercado). Entonces, vecinos fuertes y con precios bajos obligan a perder márgenes de comercialización necesarios para sostener los negocios.

—Desde otros sectores adolecen y ven ingreso excesivo de mercancías chinas, ¿aplica también a la industria de calzados?

Claramente. Las importaciones legales y el contrabando viene mayormente de China, Brasil y Perú.

—¿Cuáles son los planes de expansión que hay en agenda?

El principal punto es abrir más tiendas en nuevos espacios. Por ejemplo, Santa Cruz (representa entre el 20% y 25% del negocio, según la época del año) crece de manera importante y nosotros vamos a atender esos nuevos mercados. Lo mismo en ciudades como El Alto y Oruro. Hay espacios libres que nuestras cadenas Bata y Manaco cubrirán.

—¿Cómo ven la coyuntura económica regional?¿hay planes de salir al exterior?

Hay un freno en los negocios y eso es por la situación política y económica global. La región no es ajena a esto y claro que afecta a nuestras exportaciones. Atendemos a los mercados de Perú, Colombia y Ecuador. Ahí tenemos clientes que demandan 100.000 pares de calzados por año.

—¿Qué desafíos ve que debe afrontar el sector manufacturero para repuntar sus negocios?

Mejorar la eficiencia y productividad. Para lograrlo hay que invertir en tecnología, del mismo modo hay que mejorar la cadena de abastecimiento ya que hay insumos que se deben importar y tienen costos elevados. Asimismo, es necesario incentivar a la industria para que haya nuevos participantes, es la única manera para verla crecer.

PERFIL

LUIS E. ROJAS

Nació en Colombia hace 49 años. Su profesión como administrador de empresas lo llevó a estar fuera de su país la mayor parte de los últimos 20 años, ya que ocupó cargos ejecutivos para la firma internacional de calzados Bata en mercados como Sudáfrica, India, Chile, México y Nicaragua. Desde 2016, se desempeña como country manager de la marca en Bolivia, donde volvió después de ser parte de la compañía en el año 2004.