Esta práctica hace que los trabajadores se guíen en los límites trazados por ejecutivos, sin que estos mengüen su liderazgo 

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7 de noviembre de 2017, 4:00 AM
7 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Sin caer en términos de motivación, al momento de delegar autoridad a los trabajadores de un equipo, el gerente general de DHL en Bolivia, Daniel Sologuren, argumenta que el punto de partida para conseguirlo se basa en gente comprometida que se adapte a una cultura empresarial clara en valores y atributos. Su empresa utiliza métodos como incentivos por desempeño laboral, además de que los trabajadores reciben información sobre el desempeño de la compañía.

Las nuevas tendencias de liderazgo marcan la necesidad de colaboradores autodirigidos que puedan desarrollar tareas por sí mismos y adaptarse a los cambios del entorno de negocios. La magíster en gestión de personas, Flavia Pino, asegura en una investigación en la universidad Adolfo Ibáñez de Chile que si bien empoderar es deseable en un ambiente empresarial exige un cambio de mentalidad para gerentes y colaboradores.

Falencias en paradigmas
La directora ejecutiva de la agencia de reclutamiento Rockstar, Fernanda Roca, expresa que una cultura empresarial paternalista, donde hay una falta de confianza en las habilidades de una persona influye en el trabajo diario, ya que los líderes se enfocan más en cumplir tareas y no de responsabilidad, generando sistemas de trabajo mecánicos más que de desarrollo y eso juega en contra del empoderamiento. Además, “es una forma de trabajo del siglo XX, se debe dejar de pensar en las funciones y pensar más en los roles”, manifiesta.
Según el coaching empresarial Juan Rivera, se siguen formando empleados, pero no líderes empoderados y esto se da por fallas en habilidades que se enseñan en centros de estudio; son actividades blandas que se aplican a la vida diaria.

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