Una reseña a la película de la directora catalana Carla Simon

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12 de enero de 2018, 20:09 PM
12 de enero de 2018, 20:09 PM

Es verano, las horas se hacen largas, el calor se impregna en los sentimientos, y la mezcla entre lo que se entiende y no, provocan que lo mejor y lo peor de una se manifieste.

Estiu 1993 es la ópera prima de la catalana Carla Simon, directora y guionista, que se basa en su propia vida relatando como fue para ella aquel verano de 1993, en el que su madre había muerto tres años después que su padre y le toca vivir con sus tíos. No solo adoptará a una nueva familia sino un estilo de vida lejos de las calles de Barcelona para insertarse en una casa cerca de un rio, con una huerta y mucho espacio. Aunque la ausencia será la más presente.

Frida, una niña de 6 años interpretado magníficamente por Laia Artigas, no llora, no porque no tenga sentimientos, sino porque no los entiende ¿Cómo se le explica a una niña que es la muerte? Sus padres, ambos, murieron a causa del SIDA que a principios de los 90 todavía era una enfermedad muy desconocida, por eso los otros niños tienen prohibido tocarla o el doctor le pide más exámenes a pesar de que ya se los ha hecho muchas veces. Aunque este solo es el contexto, pues la película no es sobre esta enfermedad, es sobre cómo lo vive una niña que está hecha un desastre.

Más de 15 premios
El filme completamente realizado en catalán ya lleva más de 15 premios en diferentes festivales como el Bafici o Berlinale, los palmarés que la aclaman son las de mejor guion, mejor película, premio del jurado, premio del público, entre otros. Tiene ocho nominaciones a los premios Goya que se llevará a cabo este 3 de febrero.

El mundo de las niñas, lejos de los cuentos de princesas, refleja la normalidad casi tediosa de tener que continuar con la vida. Frida en complicidad con su pequeña prima de tres años, ahora hermana, Cesca, pasarán el rato creciendo, aunque a veces los juegos serán la única forma que Frida tendrá para expresar eso que le pasa, con un aire de maldad inocente, desconociendo las consecuencias que pondrán en jaque a los nuevos padres, los adultos, que también deben aprender cómo lidiar con ella.

Una temática que fácilmente podría caer en el melodrama, evita ese camino para darle un tono de paz tensa, cada acción es una pista que llevará a Frida a cuestionarse cosas que están por encima de su capacidad de comprensión. Tratará de escapar de sí misma con su familia extendida, los abuelos y las tías cuando vayan de visita, pero no le durará mucho porque de a poco se va dando cuenta que su madre no volverá y que no hay camino por el cual escapar.