La décima versión de la Bienal Internacional de Arte estará por un mes en las salas del Centro de la Cultura Plurinacional, bajo la temática Los orígenes de la noche

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26 de enero de 2019, 4:00 AM
26 de enero de 2019, 4:00 AM

La diversidad cultural, los mitos y una profunda reflexión sobre la realidad, vista desde el arte contemporáneo, confluyen en el Centro de la Cultura Plurinacional (CCP), donde desde esta semana se exponen las obras y los proyectos de la X Bienal Internacional de Arte Siart. El trabajo de una treintena de artistas se puede apreciar en la muestra, que visita la ciudad por primera vez y que tiene a Paraguay como país invitado.

En dos salas de la institución se exponen obras en distintas técnicas, desde video, pintura, fotografía y escultura hasta objetos artísticos, laboratorios textiles e instalaciones. La organización corresponde al Museo Nacional de Arte (MNA) y al Centro de la Cultura Plurinacional (CCP), dependientes de la fundación del BCB.

Desde hace 20 años, la Siart se ha constituido en el espacio de mayor aporte a la creación y reflexión del arte contemporáneo en Bolivia. Esta versión tiene como base una exposición internacional a cargo de los curadores Ramón Castillo, de Chile; Keyna Eleison Van de Beuque, de Brasil; María Belén Sáez de Ibarra, de Colombia, y Joaquín Sánchez, de Bolivia/Paraguay, bajo un guion que se basa en el texto curatorial propuesto como Los orígenes de la noche, que se remonta a los mitos de origen de las culturas americanas que, asimismo, indaga sobre los procesos actuales de la cultura.

El texto propone una reflexión sobre el hecho de que el mundo no puede ser entendido desde un solo lugar, “un desplazamiento que implica desandar lo andado y desaprender para volver a nombrar las cosas”. “Se han hecho las gestiones para invitar a artistas en todas sus variedades, desde los más contestatarios, en todos los sistemas, hasta los más reconocidos y con mucha experiencia”, señaló Andrea Hinojosa, curadora del CCP.

Hinojosa destaca el tema de los textiles, el cual se viene abordando desde la perspectiva del arte contemporáneo, especialmente a través de Aruma (Sandra de Berduccy, una de las artistas bolivianas más reconocidas en este campo), cuya obra es homenajeada en esta bienal. “El trabajo de Aruma, como el de los participantes del laboratorio, demuestra que se puede llevar el uso del textil a sus lí- mites, a otros niveles de comprensión, jugar con la materia prima y darle un nuevo valor y significado”, añade la curadora, quien destacó entre las actividades paralelas de la muestra la charla Territorio de ideas, en la que Raquel Schwartz, Florencia Cadailhon y Alfredo Román hablaron sobre arte contemporá- neo con base en la experiencia de esta muestra y de los antecedentes de la Siart.

Laboratorio de creación El espacio de concurso fue proyectado como un intercambio entre los artistas en un lugar que se estructura como laboratorio, en el cual tres equipos con artistas de diversos países seleccionados por convocatoria internacional desarrollaron una propuesta conjunta que se estructura como una exposición. La muestra Entraña obtuvo el Premio Adquisición de la bienal. Creada por el Laboratorio Textil, integrado por artistas bolivianas, peruanas, ecuatorianas y mexicanas. Destaca por haber encarado el textil no sólo como técnica, sino también como metáfora que cuestiona y reivindica este saber ancestral como tecnología actualizada, que va más allá de parámetros estéticos. El resultado fue un trabajo que expresa la vigencia y vitalidad del textil como proceso cultural histórico.

El Laboratorio Textil estuvo conformado por Cristina Flores (Perú), Florencia Cadailhon (Bolivia), Lucía Pittaluga (Uruguay), María Fernanda Sandoval (Bolivia), Mónica Dávalos (Bolivia), Serena Vargas (Bolivia) y el colectivo Huaco, integrado por Adriana Bravo y Georgina Santos (México-Bolivia). “La idea era generar, entre todas, una sola obra, pero al final, después de varios meses e intercambio de ideas, acordamos trabajar sobre el mismo texto curatorial, pero cada una con una obra. Fuimos ocho mujeres trabajando en esta instalación colectiva. Esa unión de ideas nos favoreció mucho; todo nuestro proceso fue presentado en varias etapas. La coordinación se veía cada vez más enriquecida y terminamos con un texto curatorial de 70 páginas”, explica Florencia Cadailhon, la artista cruceña que participó del laboratorio.

 

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