El músico estadounidense, exintegrante del dúo Suicide, habla de los 40 años del disco que marcó la música electrónica, y del álbum que lanzó este año, Demolition 9

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9 de diciembre de 2017, 4:00 AM
9 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Martin Rev recuerda lo mucho que lo odiaban a él y a Alan Vega cuando se subían a los escenarios convertidos en el dúo Suicide y tocaban esa música ‘sucia’ construida con sintetizadores y cajas de ritmos, en tanto que Vega aullaba como un drogadicto sufriendo por una crisis de abstinencia a veces, o como un asesino en serie confesando sus crímenes a un cura en otras. 

El dúo con base en Nueva York sufrió duras críticas en las revistas musicales de su país, que no entendían la propuesta que planteaban en su primer álbum, titulado Suicide, y que este 2017 cumplió 40 años de su lanzamiento. 

Rev recuerda cómo lo destrozaron en la Rolling Stone por ese disco, aunque después la historia los absolvió y en 2005, cuando la misma revista publicó la lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos, Suicide apareció en el puesto N.º 441.

Claro que también tenían seguidores en ese tiempo, muchos de ellos otros músicos, como Elvis Costello, que los invitó a que participen de un concierto que terminó en serios incidentes (a propósito de incidentes, la leyenda cuenta que a los Suicide incluso les lanzaron un hacha en una de sus presentaciones).

40 años después Martin Rev, por teléfono desde su casa, dice que ese primer disco aún se sostiene perfectamente. “Yo creo que soy  el más crítico con mi propio trabajo. Yo no estoy avergonzado de lo que hice en el álbum, quizás  haría unos pequeños cambios, muy pequeños, casi nada, y eso es una buena señal. Para mí eso significa que el álbum  ha alcanzado su gran valor”, reflexiona.

De las críticas de ese tiempo dijo que recuerda cómo se iban familiarizando con ellas en su país, porque Europa los adoraban. “En Francia hasta éramos conocidos antes de que el disco saliera”, cuenta Rev. Las críticas en la revista francesa Libération o en la inglesa Melody Maker fueron reveladoras en las referencias de lo que estaban haciendo, menciona el músico. 

Poco a poco Suicide fue sirviendo de inspiración a otros proyectos musicales en el mundo. Sobre todo -obviamente- en Europa. Bandas como Joy Division y Jesus and Mary Chain los citaban como influencia en los 80; Daft Punk, Air o Radiohead hablaban de ellos en los 90; y los MGMT, LCD Soundsystem  y Sky Ferreira, en este nuevo siglo, también tienen a Suicide como punto de referencia (y el mismo Bruce Springteen se declaró fan del dúo: ‘The Boss’ hizo su propia versión de la canción Dream baby  dream en 2014). 

“Es interesante la evolución del  tiempo. Es algo de lo que no te puedes proteger, así que evoluciona de esa manera. Quiero decir, estoy satisfecho de que siempre haya suficiente material para las ideas de todas las bandas, que sacan algo de alguien que quieren imitar en algún sentido, de alguna manera. Es algo en la naturaleza de lo que hicimos y en la naturaleza de lo que vino después, y la relación entre los dos. Esto es algo que pasa desde 1980 hasta 2017, pero veamos si sigue pasando hasta el 2070”, dice entre risas Rev, cuyo verdadero nombre es Martin Reverby. 

Suicide sacó cinco discos de estudio. El último de ellos, American Supreme, en 2002. Además, tanto Rev como Vega editaron otros trabajos solistas o en colaboración con otros artistas. Vega murió el año pasado, tenía 78 años, pero lo que hicieron en ese primer disco sigue tan vigente hoy, como esa historia oscurísima que se oye en el tema Frankie Teardrop, diez minutos de delirios donde se cuenta la historia de un obrero totalmente alienado que vuelve y mata a su familia.

 “Frankie Teardrop, como el resto del primer disco, fue una canción que fuimos haciendo antes de grabarla, quizás de las últimas que hicimos, porque Sheree, Che, y Ghost Rider las tocábamos hacía años en conciertos. La idea de Frankie Teardrop era ver cómo sonaba. En los ensayos yo tocaba algo que sonaba bien para mí y Alan iba improvisando. Al comienzo Frankie era un viajero del espacio.  Después de hacerlo muchas veces Alan decidió cambiar la letra antes de grabarla porque  leyó  una noticia en un periódico sobre un incidente que no es poco común en Estados Unidos”, explica Rev. 

La vida en solitario
Martin Rev tiene nueve discos como solista, todos ellos mantienen el aura de Suicide. Este año grabó uno más, titulado Demolition 9, una rareza de 34 piezas que van de las  canciones ‘normales’ con bases de sintetizadores, a fragmentos de óperas, con duraciones que de 30 segundos hasta dos minutos. Noise y cantos gregorianos, todo mezclado. 

“No puedo decir específicamente qué significa un disco, excepto que es un espejo donde yo finalizo mis decisiones musicales”, indica Rev, y continúa: “El álbum, básicamente para mí, es un dossier, es en sí una caja de decisiones. Yo diría que este álbum funciona para mí en niveles musicales, así que acepté lo que venía”.

En este punto, Rev explica que al momento de pensar en un disco, se deja guiar por el sentido de lo que funciona y de lo que es suficientemente interesante para él. “Sé que eventualmente el material en que se convertirá un álbum alcanzará ese punto, pero no estoy trabajando desde el inicio con un plan específico. Es una búsqueda, es un viaje a través de lo que no se puede alcanzar inmediatamente”, señala. 

El tema de la duración viene a propósito de lo que parece funcionar en términos de contenido en esa particular pieza o material. “Me vi a mi mismo no queriendo hacerlo de ‘esta’ o de ‘otra’ manera. No quise hacerlo narrativo, o con piezas largas o desarrollarlo a partir de una idea. Para mí fue  relevante que la idea por sí misma era lo que necesitaba.No quería llegar a desarrollar las ideas para no entrar a un territorio que es mucho más familiar para mí y eso no es interesante”.

Por el momento Rev no ha escuchado decir que es un disco que rinde homenaje a Alan Vega, aun- que sí le han dicho que es un trabajo autobiográfico, pero esto parte de una idea del sello discográfico más que suya, comenta. “Yo no lo busqué de esa manera en lo absoluto, pero es una idea interesante”, dice Rev, a quien la banda electrónica Maseratti le dedicó un tema con su nombre.

Desde el primer disco de Suicide hasta hoy, el jazz para Martin Rev ha sido esencial. Esencial en su formación y esencial hoy. “Los grandes trabajos de jazz siempre serán grandes para  mí, como los grandes trabajos de R & B, de rock and roll, los grandes trabajos clásicos europeos de los diferentes periodos siempre serán grandes. La clave es qué podés aprender de ellos todavía. Mientras vos continúas como músico, como es mi caso, qué todavía pueden ofrecerte ellos a vos”. 

Rev aún vive en Nueva York, y de alguna manera echa de menos la época de sus inicios artísticos, cuando en los 70 podía caminar con grandes maestros, con gente como Miles Davis, y aprender de ellos; era como estar en una  universidad. “Era un ambiente muy rico crecer ahí,  especialmente para una persona como yo, que era músico pero que aspiraba a hacer eso como un método de vida”, dice, y agrega: “La sensibilidad y los valores ayudaron en la creatividad porque ellos estaban haciendo un quiebre”

Hacer música para Rev es una combinación de ideas. “Es salir de la música, de las piezas en las que estoy trabajando y ver qué es lo que les está faltando, qué es lo que sugieren. Es la combinación de escuchar, leer y pensar, estudiar y vivir al mismo tiempo, explorar también, aprender constantemente lo que necesito sobre eso, sobre música, sobre lo que está hecho. Es reaprender, reinterpretar lo que he conocido, con lo que he estado familiarizado antes. Es profundizar en mi comprensión de otra música, y conseguir ideas de ambas, y las ideas son el alimento de los artistas, en el sentido de que muchas veces no sabés si las ideas van a dar frutos, si van a funcionar, pero ellas te dieron el incentivo, el interés de intentar algo que te diga a vos mismo: “Bien,  esto es algo nuevo, algo diferente. Dejame intentarlo porque antes no lo había hecho de esta manera’”.