Es una autora capaz de trasmitir con la mayor claridad reflexiones complejas que atraviesan el arte, la esfera pública, la formación de lectores, el oficio y la singular vocación de la escritura

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8 de junio de 2019, 4:00 AM
8 de junio de 2019, 4:00 AM

Una de las invitadas centrales de la XX Feria Internacional del Libro de Santa Cruz dejó una estela fulgurante en cada rincón que visitó. La argentina María Teresa Andruetto es un referente de la escritura de mujeres en su país y nombre indispensable de la literatura destinada a niños y jóvenes. Ha recibido el premio Hans Christian Andersen (considerado El Pequeño Nobel), el Premio Iberoamericano a la Trayectoria en Literatura Infantil que otorga SM y el Premio Novela del Fondo Nacional de las Artes. A Santa Cruz de la Sierra llegó por primera vez y participó del III Encuentro Internacional de Narrativa Hablar en Lenguas y del V Encuentro Internacional de Narrativa Infantil y Juvenil.

Tiene como 50 títulos, más traducciones a otras lenguas y presencia en antologías. ¿Cómo define su producción?
En mi producción hay una parte que tiene que ver con la literatura de niños y jóvenes, una parte ensayística, tengo varios libros de poesía, narrativa adulta, libros de cuentos y novelas, son como zonas distintas que a veces se unen, hay lectores que conocen las distintas zonas y hay lectores míos de una de esas zonas. Muchos de esos libros los leen los jóvenes, pero también circulan entre lectores adultos y al revés. Tiene que ver más con mi trabajo de lectura porque yo antes de ir a los lugares donde me invitan, afuera y dentro del país, conozco mucho la realidad de los espacios de formación de mi país en distintas geografías y condiciones. Hay gente que me leía de chica y que a lo mejor ahora tienen 25 y 30 y leen mis novelas de adultos. Hay un recorrido, muchos lectores han cambiado de libro en la misma persona.

_¿Las letras propician una búsqueda de identidad?
De la misma manera que lo hago en mi situación personal, siempre me ha interesado un camino de conocimiento de quién soy y cómo es la sociedad en que vivo, el contexto, por qué la sociedad en que vivo reacciona de determinada manera en una circunstancia histó- rica. Aparece mucho también la pequeña clase media argentina, que es una franja amplia allá, de la que provengo, y a la vez es una franja que por un lado busca una identidad que a veces es un poco prejuiciosa, machista, racista, a veces actúa contraria a su propio beneficio por rechazo al otro que tiene un poco menos. Es muy compleja y me da mucha materia y es una zona que conozco bien porque es la franja de la que provengo, la de clase media baja de los pueblos de provincia, con todos los prejuicios, clichés y estereotipos.

¿Cuándo se reconoce como escritora?
Demoré mucho para hacerlo. Empecé a escribir muy joven, a publicar hacia mis 30. A los 28, cuando tuve un problema de salud importante, en el que escribí una novela, estuve dos años esperando para encon trar editor por esta falta de relaciones y condiciones, porque yo vivía en Córdoba donde no había casi editoriales, ahora es un polo editorial con 50 editoriales.

Mandaba cada tanto a concursos. Cuando tenía 39 años gané un premio nacional que organiza la municipalidad y recién hacia 2003 o 2004, diez años después, empecé a sentirme verdaderamente escritora en el sentido completo, porque uno se pregunta si es escritor cuando escribe, cuando publica o cuando tiene lectores. Pasado el año 2000, siento que tengo una cantidad de lectores que me avalan cada vez más. Tomo conciencia plena de eso casi en 2004 y después sucede, desde 2009 en adelante, tengo algunos premios grandes, y eso aumentó mi visibilización.

¿Cuándo siente que encuentra su propia voz?
Creo que ya tenía una voz cuando empecé a publicar, porque hacía 15 años que escribía. Sentí que era escritora cuando me empezaron a invitar a distintos espacios por los lectores que tenía, porque al comienzo no tenía presencia en los suplementos culturales nacionales, eso llegó después. Yo construí mi vida en Córdoba, di clases, hice talleres, fui bastante reconocida en eso, pero recién después de 2000 empiezan a buscarme los medios de Buenos Aires para notas y más después de los premios.

El discurso que dio en el cierre del Congreso de la Lengua Española en Córdoba incomodó a muchos...

A veces me sorprende, ha tenido una repercusión enorme, hay un montón de cátedras en distintas universidades en Europa que lo han tomado como material de estudio, muchos espacios donde se discute. La invitación a cerrar el congreso creo que fue por varias cuestiones, yo era de Córdoba y, generalmente, lo cierra un escritor del lugar. Parece que es la tradición, soy mujer en un momento en que el movimiento es muy fuerte en Argentina, tengo cierta militancia en ese punto y pensé que eso pudo haber influido. Luego está mi propia escritura, era muy posible que fuera yo. Sin embargo, a la invitación yo dije que mi opinión sería en disidencia, primero me tomé un tiempo para decidirlo.