La legendaria directora de teatro francesa y actriz, fundadora del Teatro del Sol, monta una tragicomedia musical con veinte actrices, sin hombres a la vista

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20 de abril de 2019, 4:00 AM
20 de abril de 2019, 4:00 AM

La fundadora del Théatre du Soleil (Teatro del Sol), Ariane Mnouchkine, salió por primera vez del Bosque de Vincennes, en las afueras de París, desde donde hace más de cinco dé- cadas revoluciona el arte escé- nico, para dirigir en Brasil Les belles soeurs (Las comadres), una tragicomedia musical con veinte actrices, sin hombres a la vista.

Al igual que en las instalaciones de La Cartoucherie de Vincennes, la directora de 1789 y Molière (llevadas al cine) o, más recientemente Los náufragos de la loca esperanza, está presente en la sala del teatro SESC Ginástico de Río de Janeiro antes de que se apaguen las luces. Tras la función del sábado, se prestó a un diálogo con el público, en el cual se evocó la difícil situación de la cultura en Brasil en los últimos años, por falta de recursos y en un clima enrarecido por la ola de conservadurismo que en enero llevó al poder a Jair Bolsonaro.

Mnouchkine realizó tres estadías en Brasil para preparar esta obra que tuvo dos presentaciones en marzo en el Festival de Curitiba (sur), antes de estrenarse la semana pasada en Río, donde permanecerá en cartelera hasta el 19 de mayo. La idea vino de personas que le son cercanas, contó. “Me dijeron: ‘Ayúdanos, las cosas son tan difíciles en este momento’.

Y eso era antes de que se volvieran peor”, agregó, levantando una hilaridad ácida en la sala. Las comadres se ambienta en una cocina hogareña de los años 60, donde mujeres de todas las edades fueron convocadas para pegar en decenas de álbumes un millón de sellos ganados en un concurso por Germana, la dueña de casa, que podrá canjearlos por sus sue- ños de consumo.

“Son mujeres que a través del canto expresan sus frustraciones, sus desdichas, pero a quienes a lo largo de la obra se las ve soportando, sin salir de cierta servidumbre voluntaria”, dijo Mnouchkine. El dramaturgo canadiense Michel Tremblay, de la provincia francófona de Quebec, escribió en 1965 esta obra, sobre la cual su coterráneo René Richard Cyr creó el musical. Tremblay “es muy duro con la pequeñez, la mojigatería, la mezquindad, el egoísmo” de esas mujeres, apunta.

Hay 15 papeles femeninos, a quienes Mnouchkine agregó un pequeño coro de 5 actrices-cantantes, para permitir una rotación en los papeles principales. La idea de tener más actrices que roles surgió porque no conseguía decidirse por alguna más que por otra para encarnar a varios personajes. “Aunque no sea más que por el hecho de dar visibilidad a 15 actrices, es una obra revolucionaria. En general suele verse a 15 hombres y dos mujeres.

Esa es la fuerza de la obra, mostrar la fuerza colectiva de una paleta de mujeres de todas las edades”, subraya. La tentación de considerar Las comadres como “un llamamiento a la resistencia” en el Brasil actual es grande, pero Mnouchkine prefiere abstenerse de limitar las lecturas de una obra que se mantiene viva desde hace medio siglo.

“Claro que espero que haga reflexionar, que toque a la gente y les haga plantearse preguntas Pero no me corresponde a mí decir lo que la gente debe pensar”, explica. Al ser interrogada sobre la vida artística en el Brasil de Bolsonaro, Mnouchkine, de 80 años, no esconde su preocupación. “No voy a comparar el destino de los artistas con el de los indígenas (que acaban de denunciar en un manifiesto una situación cercana al ‘apocalipsis’), pero “los artistas se hallan en una situación sumamente alarmante, que debería alarmar a los artistas de todo el mundo”, sostiene.

El gobierno suprimió el Ministerio de la Cultura, cortó subsidios y lanzó una guerra contra el “marxismo cultural”, la “ideología de género” y el “globalismo”, que pone bajo sospecha a creadores y enseñantes. “Conozco un poco los ambientes de artistas en Brasil y veo su angustia, su tristeza”, dice Mnouchkine. A la directora le gustaría que esta obra montada de A a Z con actores que no son del Théâtre du Soleil esté tan solo en el inicio de su camino. En junio irá a San Pablo y probablemente después a Porto Alegre.