Desde la cárcel de Palmasola, Matkovic, en una entrevista cedida para el Mercurio de Chile, denuncia irregularidades en el proceso y un "secuestro jurídico"

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16 de marzo de 2018, 18:37 PM
16 de marzo de 2018, 18:37 PM

La semana pasada El Mercurio de Chile ingresó a la cárcel de Palmasola y tuvo acceso a una entrevista con Zvonko Matkovic (39), que dentro de tres días cumplirá ocho años en prisión preventiva por su supuesta participación en el 'Caso Terrorismo' ocurrido en 2009.

El 28 de febrero, la Sala Penal Tercera del Tribunal de Justicia de La Paz ordenó la detención domiciliaria para Zvonko Matkovic; sin embargo, continúa recluido en el penal de Palmasola, debido a formalidades y trámites de arraigo.

Una de las preguntas que le hizo el diario chileno fue sobre la razón para que el Gobierno de Evo Morales mantenga el juicio abierto.

"Gana mucho, porque con esto quebró a Santa Cruz: 10 años después, recién se pudo volver a hacer un paro cívico acá. Han tenido una década de pelea contra nadie, de silencio total. Este caso es lo que marcó el comportamiento de un departamento y de un país entero. Nosotros somos el vivo ejemplo del abuso, de lo que le pasa a los que están en contra", señaló Matkovic desde su celda en el PC4 de Palmasola.

Otra de las consultas fue sobre las movilizaciones que se desataron en el país tras la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional de habilitar la repostulación de Evo y la continuidad del Caso Terrorismo. "Ellos lo mantienen porque se mataron a tres personas, y no a tres bolivianos, porque a los bolivianos son capaces de echarles tierra y se acabó, pero aquí se mataron a tres europeos y Europa hace respetar sus leyes, porque tiene tribunales serios. Las familias de dos de los muertos tienen abiertos procesos internacionales y le han exigido a Bolivia que se esclarezca el tema", acota el también  vicepresidente del Comité Pro Santa Cruz.

De acuerdo con la publicación, Matkovic asegura que sabe lo que podría hacer para salir libre, aunque dice no tener ganas de hacerlo: ir a un juicio abreviado y declararse culpable, como lo han hecho otros seis implicados en el caso.

"Esto es un secuestro judicial. Solo el que está en este lugar sabe lo que significa estar aquí, lo que te cuesta económicamente y en temas de familia. Yo no puedo apuntar a ninguno de ellos y decirle 'fuiste un cobarde', porque sé que había gente que no tenía ni para comer. Es una estrategia sumamente macabra meter a una persona en la cárcel hasta que él decida echarse la culpa", dice.