Más de siete kilómetros separan el destacamento militar que instaló Argentina con la frontera boliviana. El ministro de Defensa, Javier Zabaleta, descarta hacer alguna representación ante el Gobierno de Mauricio Macri

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2 de septiembre de 2018, 5:00 AM
2 de septiembre de 2018, 5:00 AM

En medio de las tierras áridas del altiplano jujeño -a cinco kilómetros de La Quiaca, frontera con Bolivia- Argentina acaba de establecer un puesto militar con 50 efectivos armados, todos del Regimiento 20 de Infantería de Montaña. Su misión: realizar ejercicios de instrucción y maniobras tácticas de disuasión.

EL DEBER llegó el viernes a este inhóspito paraje del norte argentino, luego de viajar 15 minutos en un vehículo desde el paso limítrofe entre La Quiaca y Villazón (sur de Potosí). Son poco más de 7 kilómetros los que separan a este destacamento militar argentino del Puente Internacional en la frontera con Bolivia, según el GPS. La vía de acceso que se conecta con el poblado jujeño de Yavi es asfaltada.

Este es el puesto militar al que el presidente Evo Morales se refería, la semana pasada, cuando dijo que creía que Argentina trata de amedrentar a Bolivia, el mismo que ha hecho que el ministro boliviano de Defensa, Javier Zavaleta, llegue a sugerir que el Gobierno de Mauricio Macri pretende dar cabida a tropas estadounidenses.

Es casi mediodía y al llegar al puesto militar, escupido como bala, sale al paso un soldado de la guardia: lleva a cuestas un arma larga y exige identificarse. No es momento para hacer algún movimiento brusco.

Cumplida la rutina de identificación, las cosas se relajan un poco; es a este centinela al que se le pide permiso para que el equipo de prensa boliviano pueda hablar con el jefe militar del contingente instalado en un hangar del aeropuerto doctor Guillermo Snopek, donde están desde agosto.

A la espera del jefe militar argentino, en su interior se puede ver al menos 10 vehículos de operaciones, entre grandes, medianos y pequeños.

Militares argentinos conversan y toman mate durante su jornada

Entonces viene el capitán Nelson Domínguez, un hombre de unos 30 años, moreno, nacido en Volcán, norte argentino. Por ahora, él está a cargo de los 50 uniformados de este puesto, pero será relevado en las próximas horas. De charla educada, Domínguez dice que esta avanzada militar no representa ninguna amenaza para Bolivia y que ellos cumplen labores de instrucción y apoyo logístico en La Quiaca.

Dicha explicación concuerda con la opinión del asesor de comunicación del Ministerio de Defensa de Argentina, Ignacio Urquiza. En diálogo con EL DEBER, Urquiza reafirmó que se movilizó a las fronteras a 500 militares; eso en una primera etapa. Y que esa medida del gobierno de Mauricio Macri solo busca transmitir una actitud disuasoria contra los delitos transfronterizos y que no implica ninguna interferencia ni amenaza a la soberanía territorial de otros países.

“Nosotros tenemos una Ley de Régimen Interior que no le permite a nuestras Fuerzas Armadas usar armas ni pueden actuar en la seguridad interior, por lo cual solo es una medida disuasoria, sin patrullaje y van a colaborar en zonas bastante alejadas de la cordillera con trabajos sociales”, explicó Urquiza en contacto desde Buenos Aires.

Por separado, Domínguez y Urquiza han negado la presencia o llegada de tropas militares de Estados Unidos a este puesto fronterizo, como insinuaron el presidente Morales y el ministro Zavaleta. Y por lo menos este mediodía del 31 de agosto, aquí no se observa la presencia de uniformados estadounidenses.

Unas horas después, el intendente de La Quiaca, Miguel Ángel Tito, ratificará la versión del jefe militar. Desmentió las insinuaciones del mandatario boliviano porque, según él, los militares argentinos solo dan apoyo logístico y no tienen nada que ver con una labor de inteligencia militar.

“Argentina no tiene que pedir permiso a nadie. Entre los soldados hay ciudadanos jujeños, arapampeños y quebradeños. Son gente nuestra para desmentir a los que tienen pensamientos jurásicos o de dinosaurios”, dice enérgico el intendente.

Tito cree que al presidente Morales, a quien dice apreciar mucho por las gestiones que él hizo en su provincia con un proyecto energético, no le deben estar informando bien sobre el objetivo del puesto militar creado en esta zona limítrofe.

Gobierno boliviano

Al respecto, el ministro boliviano de Defensa, Javier Zabaleta, dijo que el asentamiento del puesto militar argentino no condice con “las buenas relaciones de nuestros pueblos”, porque a su criterio, se puede combatir de otras formas el crimen organizando sin la necesidad de militarizar la frontera.

“Nos preocupa la presencia de militares norteamericanos comandando a las tropas argentinas”, afirmó la autoridad boliviana que se mostró optimista de que el puesto militar que instaló Argentina no perjudique las relaciones con Bolivia y descartó hacer alguna representación ante el Gobierno de Macri por ese hecho ni enviará alguna comitiva boliviana para que verifique o descarte la presencia de militares de Estados Unidos en esa zona fronteriza.