La necropsia que se le practicó la mañana de este sábado a la cruceña, cuyo cuerpo apareció abandonado en un basural de Oruro, confirmó que llevaba cocaína líquida en su organismo. El examen médico forense ya había confirmado que la joven murió por asfixia mecánica

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28 de julio de 2019, 15:09 PM
28 de julio de 2019, 15:09 PM

El 8 de julio el cuerpo de Silvia Machado Lizárraga fue hallado en un basural de la ciudad de Oruro. El caso, que comenzó siendo investigado como presunto feminicidio, ahora da cuenta de que la cruceña de 18 años, cayó en las garras de una organización criminal que no solo se dedica a la trata y tráfico de personas, sino también al trasiego de droga a Chile.

El fiscal de Oruro, Orlando Zapata, informó que este procedimiento ha confirmado la presencia de droga en el estómago de la joven, en total 15 cápsulas con cocaína líquida.

Se había especulado sobre la posibilidad de que una de las cápsulas haya reventado en el interior de su organismo, pero Zapata volvió a reiterar que –tal como determinó el examen médico forense– la causa de la muerte es asfixia mecánica, en otras palabras: el o los asesinos de Silvia le obstruyeron las vías respiratorias al apretarle el cuello y el rostro.

El resultado de la necropsia, continuó explicando el fiscal a EL DEBER, no altera en modo alguno el resultado médico forense. Es más, “no reventó ninguna cápsula”, los 15 ovoides no presentaban ninguna alteración, insistió.

Tragona

La necropsia confirmó otra de las hipótesis a la que habían arribado los investigadores, de que Silvia no solo fue captada por una red de tratantes, sino que también trafican droga boliviana en Chile.

La Policía y la Fiscalía ya han reconstruido en parte qué es lo que pasó con la muchacha, que con su muerte deja a una bebé de dos años en la orfandad. Salió de Santa Cruz junto a su compañera de colegio Jessica Chuvé, en Cochabamba se reunieron con Rocío Huanca.

Silvia y Rocío continúan el viaje a Oruro. No se ha establecido aún si fue en la Llajta o en la ciudad de Oruro que tragaron la droga, tampoco la cantidad de cápsulas que ingirieron. Por la toma de declaraciones a testigos, la Fiscalía de Oruro conoció que ambas llegaron a Pisiga (último pueblo boliviano y en cuyos límites comienza Chile) el 7 de julio en la noche y no alcanzaron a cruzar la frontera. Ya había cerrado. El horario de atención de Aduanas y Migración es de 7:00 a 19:00.

Las jóvenes no iban solas. Eran acompañadas por Daniel Fernández, un miembro de la organización criminal que hacía el papel de ‘chulo’. En la jerga criminal este término es usado para denominar a la persona que cumple las funciones de vigilante para que se cumpla la misión encomendada, en este caso, a las ‘tragonas’.

Hay dos versiones que se manejan sobre lo que pasó luego. La primera, que al no poder cruzar la frontera el grupo se hospedó en un hotel de paso y cuando Daniel fue a identificar el ‘agujero’ (paso ilegal) en la frontera para pasar por allí, las muchachas –que ya sentían malestar por lo ingerido– aprovecharon para tomar un bus y retornar a Oruro.

La segunda versión es que no llegaron a hospedarse, que volvieron en un bus mientras Daniel iba a buscar el paso ilegal y que el chofer del vehículo tenía nexos con la organización delictiva. Sin embargo, ninguna de estas versiones detalla dónde fue asesinada Silvia y exactamente por qué. Su cuerpo apareció el 8 de julio en un basural de la ciudad de Oruro.

Mientras que Rocío llegó a Cochabamba, fue internada en un centro hospitalario donde –tras una intervención quirúrgica– le retiraron los ovoides con la cocaína.

Detenidos

Hasta el momento hay cuatro personas privadas de libertad por este caso. Rocío Huanca está en la cárcel San Sebastián de Cochabamba y Jessica Chuvé, en la cárcel La Merced Oruro.  Freddy Zanabria y Víctor Condori (chofer del minibús) están detenidos en la cárcel San Pedro de Oruro. Y Vania Blanco, alias la Kata, será puesta ante un juez cautelar de Oruro en las próximas horas.

Carnes de cañón del narco

Una investigación realizada por EL DEBER (PUEDES LEERLA AQUÍ) y dos medios aliados en Chile, El Mercurio de Antofagasta y la Estrella de Iquique, analizó más de 300 casos de bolivianas que terminaron presas en cárceles del norte de Chile por su vínculo con el tráfico de sustancias controladas.

Esta investigación encontró que las organizaciones criminales buscan a mujeres de escasos recursos económicos, en estado de vulnerabilidad y con bajo nivel de formación, para convertirlas en correos humano del narco.

De las 325 bolivianas apresadas entre 2017 y el primer trimestre de 2018, el 36% había transportado la droga en sus estómagos y de este porcentaje, una cuarta parte había tragado cerca de un kilo de cocaína.

La mayoría de estas bolivianas, tal como señaló la Policía de Chile, caen por los métodos burdos de transporte de droga y porque se ponen nerviosas. También son utilizadas como ‘falsos positivos’. Así les llaman en Chile a quienes son utilizados como distracción policial mientras los ‘peces gordos’ pasan grandes cantidades de droga.

Las 325 bolivianas -que fueron atrapadas en el vecino país en el periodo antes mencionado- transportaron 714 kilos de droga en tres formas: en el interior de su organismo, adherida a su cuerpo y en sus maletas de viaje. A esto se le llama también 'narcomenudeo'.