El ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo que los dos hechos están conectados. El procesado asegura que no tiene nada que ver con lo ocurrido y su abogado afirma que las pesquisas están mal encaminadas por el Ministerio Público

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12 de agosto de 2018, 4:00 AM
12 de agosto de 2018, 4:00 AM

Mañana se cumplirán seis meses de las explosiones que sacudieron al país desde Oruro, cuando la entrada folclórica más vistosa de Bolivia se tiñó de sangre con la muerte de 12 personas. A medio año de lo ocurrido, aún se siguen realizando pericias para explicar lo que pasó, se tiene a un solo detenido, que asegura ser inocente y quienes vivieron para contarla tratan de rehacer su vida.

Son varias las hipótesis que se han tejido sobre la violencia vivida en el Carnaval de Oruro, pero el principal acusado y su abogado aseguran que nada es cierto y que la única razón para que Juan Carlos Herrera Beltrán, que es padre y esposo de dos de las víctimas de la primera explosión, ocurrida el 10 de febrero, quede detenido preventivamente es la necesidad que tuvieron las autoridades para demostrar eficacia en las pesquisas para aclarar lo que pasó.

Las conjeturas que aún se mantienen sobre las razones de la primera explosión giran en torno a un probable triángulo amoroso entre el detenido, su esposa fallecida y su cuñada, posibilidad que llevó a que el Ministerio Público haga la necropsia del cuerpo de la hija del procesado, que murió en la explosión, ya que se tenía la sospecha de que él podría no ser su padre, pero los estudios de ADN indicaron lo contrario, ya que confirmaron la paternidad de Juan Carlos.

Una segunda hipótesis sobre la explosión del 10 de febrero fue el perfil que hizo la Policía del imputado, comparando sus rasgos con los de un sicópata, basados principalmente en la actitud que revelaron las cámaras de vigilancia que lo mostraron llegando al lugar del hecho minutos después de la explosión y alejándose sin prisa y con las manos en los bolsillos, para luego revelar que se había ido del sitio a hacer otras cosas en el mercado central, mientras en el punto de la explosión su hija y su esposa yacían muertas en el pavimento.

Hace un par de días el mismo ministro de Gobierno, Carlos Romero, que sigue de cerca las investigaciones de este hecho, indicó que se estaba esperando la conclusión de una pericia del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para dar una versión final de las pesquisas y dijo que este informe, del que no aclaró sobre qué elemento se trata, permitirá entender lo que pasó el 10 y 13 de febrero, ya que aseveró que ambas explosiones estaban conectadas.

Frente a esto, el representante del Ministerio Público que está al frente de la comisión de fiscales que indagan lo ocurrido, Juan Villarroel, en una conversión con EL DEBER, dijo que se han venido confirmando y descartando muchas de las hipótesis que se generaron hasta el momento y aclaró que las pericias que aún se están trabajando permitirán, en un tiempo más, tener la claridad sobre las razones y los autores de las dos explosiones.

“El Ministerio Público no puede equivocarse en este caso, que le ha costado la vida a muchas personas y otras tantas que han quedado con heridas leves, graves y gravísimas. 
Cada paso que se ha dado en el proceso investigativo, hasta la fecha, ha sido seguro y orientado en conocer la verdad del hecho. Es por eso que tenemos a una persona en la cárcel, sobre la que hay elementos probatorios necesarios para demostrar que él es responsable del hecho”, apuntó el fiscal.

El abogado de Juan Carlos Herrera, Daniel Óscar Pita Flores, aseveró que todas las hipótesis de la Fiscalía se cayeron con las pericias que se realizaron y aseveró que, “si tuviéramos la posibilidad económica de contar con nuestros propios peritos especializados, otra sería la situación jurídica de mi defendido, tendríamos los argumentos para demostrar que la Fiscalía se equivocó desde un principio”.

Sobreviviendo al dolor

Ella tiene 30 semanas de embarazo y él se salvó de que le amputen una pierna. Llevaban un mes casados cuando fueron víctimas de la primera explosión y ahora luchan para salir adelante.

Son Cinthia Flores Ríos (21) y Franz Pérez Huarachi (25), la pareja a la que le sugirieron que interrumpa su embarazo, porque habría un riesgo alto de que el bebé tenga malformaciones.

El 10 de febrero ambos disfrutaban de la entrada del sábado de Carnaval de Oruro, desde una gradería en la avenida 6 de Agosto. Fueron a comer algo y retornaban a las graderías, por la avenida del Ejército y Bakovic, cuando una explosión de dinamita les cambió la vida.

Ese día cumplían un mes de casados; la mujer, que tenía unas pocas semanas de embarazo, sufrió serias lesiones en el rostro y el cuerpo por las esquirlas, mientras que a su esposo por poco le amputan una pierna.

A seis meses del hecho, la mujer ha sido sometida a varias cirugías y por la aplicación de medicamentos, los mismos galenos les han dicho que su bebé puede sufrir algunas malformaciones, por lo que han sugerido que se debe inducir a un aborto.

De acuerdo con Franz, ambos decidieron que el embarazo continúe hasta tener a su bebé en brazos y ahora luchan para que ella cumpla las 32 semanas de gestación.

Ahora Cinthia está en reposo absoluto y solo le pide a Dios por su bebé.

En medio de la tragedia, la pareja está en recuperación y el único consuelo que tienen es que siguen con vida.

EL PROCESADO AFIRMA QUE ES INOCENTE Y QUE NO QUIERE SER UNA CARGA PARA SU MAMÁ Y FAMILIA
Juan Carlos Herrera Beltrán, el único detenido por este proceso, aceptó hablar con EL DEBER en el penal de San Pedro de Oruro, donde está recluido preventivamente. A nuestro llamado, el acusado no dudo en acercarse a las rejas del portón de ingreso al patio principal del penal. El hombre luce decaído, desconsolado, a ratos tiene la mirada perdida y con lágrimas en los ojos lo primero que dijo fue: “Perdí al amor de mi vida, también a mi razón de ser y existir. Mi esposa y mi hija han fallecido en la explosión, y yo estoy encerrado, muerto en vida, víctima de la injusticia”. El detenido se lamentó porque se convirtió en una carga para su mamá, su familia y sus amigos. “Esta vida no es vida, solo me reconforta pensar que algún día estaré junto a mis amores y otra vez seremos tres”, indicó Juan Carlos y, luego de agradecer el contacto con este medio, agachó la mirada, se dio la vuelta y con paso desgastado retornó al interior del penal

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