El presidenciable por UCS dice que hay que abrir el debate y asegura que su propuesta es producto del cansancio del discurso. Políticos y analistas la tildan de demagógica y aseguran que en lugar de resolver el problema, incrementará la violencia en el país

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12 de marzo de 2019, 4:00 AM
12 de marzo de 2019, 4:00 AM

“Es darle herramientas que sus atacantes pueden usar contra ellas mismas y, sobre todo, quitarle la responsabilidad al Estado de velar por la seguridad de las mujeres”, dijo Arleti Tordoya, abogada de Mujeres Creando, tras escuchar la propuesta de Víctor Hugo Cárdenas, candidato presidencial por Unidad Cívica Solidaridad, de autorizar el porte de armas a las mujeres, como método para bajar los índices de violencia. El candidato, que ya se había sumado antes al movimiento antiaborto, hizo la oferta electoral a través de un video en Twitter y aseguró que era una forma de abrir el debate sobre el tema.

“Las buenas intenciones ayudan, pero no son suficientes. Pensemos en soluciones radicales frente a tanto abuso”, dijo y comenzó a recibir opiniones contrarias.

Para Carlos Romero, ministro de Gobierno, se trata de una propuesta demagógica y recordó que hay tres factores que se deben controlar para no generar violencia: el consumo de alcohol, el consumo de drogas y la circulación de armas.

“Sociedades que promovieron el uso de armas después han tenido problemas muy graves, como el caso de Estados Unidos y Canadá, donde son muy frecuentes las balaceras, desgracias, tragedias que se producen en escenarios públicos. Esta es la propuesta de un político demagogo y no de una persona responsable con la seguridad ciudadana”, disparó Romero.

William Alave, fiscal departamental de La Paz, recordó que en Bolivia está vigente una ley de armas y que toda persona que posea una la debe registrar. Además, si se modifica la norma, tendría que aprobarse el porte de armas tanto para hombres como para mujeres. “No lo veo muy viable, porque hemos visto consecuencias en el exterior, en países como Estados Unidos. El uso de armas trae como consecuencias la afectación a la vida”, señaló el fiscal.

Uno de los contrincantes en las generales de Cárdenas, Óscar Ortiz (Bolivia Dice No), consideró que el problema de la violencia contra las mujeres es mucho más grande y no se soluciona “saliendo todos armados a la calle”. Para él, es más útil reformar la justicia y modernizar la Policía para que los delincuentes no tarden más en entrar a la cárcel que en salir, y en construir nuevos centros penitenciarios, ya que Bolivia tiene los mismos que hace 14 años. También recomendó luchar contra las drogas, contra el tráfico que atrae criminales y contra el consumo que puede convertir a un ciudadano en criminal.

Jaime Paz Zamora, postulante por el Partido Demócrata Cristiano, ironizó en Twitter con la propuesta del exvicepresidente y candidato. “Bueno caramba, al parecer don Víctor Hugo Cárdenas se ha inscrito en la Asociación Nacional del Rifle (NRA) de los Estados Unidos de Norte América. Lo más conservador y retrógrado de ese país... Lamentable”, escribió.

La NRA es una organización poderosa, ligada al partido Republicano, que se opone a una mayor regulación del uso y tenencia de armas en Estados Unidos.

También se pronunció Víctor Borda, presidente de la Cámara de Diputados, que calificó de incoherente, irracional e ilógica la propuesta de Cárdenas. “No se puede aplicar la ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente, esas son ideas ya superadas”, dijo.

Cárdenas se defiende

Las mujeres no escatimaron en críticas. Para Nardy Suxo, exministra de Transparencia, “semejante ‘propuesta’ debe servir para advertir a la sociedad quienes son los promotores de la violencia y el desconocimiento a un Estado de Derecho. Impresentable el candidato”. En las redes también se colgaron mensajes contrarios: “El mayor promotor de la ‘familia natural’ quiere que nos agarremos a tiros”, escribió Susana Bejarano, conductora de Esta casa no es hotel.

“Se requieren cambios de comportamiento, no promover que las mujeres usen armas para defenderse”, escribió la feminista y comunicadora Mónica Novillo. Se vio pocos a favor. Se pudo leer un mensaje de un hombre que prometía que le regalaría a la hija que aún no tiene una pistola para sus 15 años: “Prefiero llevar un abogado a la Felcc que un forense a la Felcv”, dijo, en referencia a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, unidad que se especializa en recibir denuncias de delitos contra la mujer.

En medio del vendaval, Cárdenas mantiene en pie su propuesta. En una entrevista con EL DEBER, aseguró que le parecen muy interesantes las reacciones, que ve “el alto grado de información que tienen amigos que han visto cómo el porte de armas en otros países es uno de los factores disuasivos para evitar tragedias entre las mujeres” y considera como naturales las reacciones negativas.

Él liga la violencia al modelo de Estado o a la línea ideológica del gobernante. Según él, Bolivia y Brasil impulsaron casi al mismo tiempo una política de desarme de la población. El país vecino los hizo durante las presidencias de izquierda de Lula da Silva y de Dilma Rousseff, lo que provocó, según Cárdenas, que se dupliquen los índices de criminalidad. Consultado sobre si esto no naturalizará la violencia, respondió que “la violencia ya está instaurada en la sociedad. La mitad de los pobladores de Bolivia son portadores de la justicia por mano propia, (al practicar) el linchamiento, el ojo por ojo, diente por diente. Lo dice una encuesta del Barómetro de las Américas”.

Desde su oficina, la aboga Tordoya ve una influencia de la ultraderecha del brasileño Jair Bolsonaro en la propuesta de Cárdenas y una vez más lo contradice: más del 90% de los casos de violencia contra la mujer se dan en su entorno, es un familiar, su pareja, o un conocido. “Defenderte tiene que ver con tus afectos. Por la educación de dar la vida que recibe la mujer, hace que no se defienda. Tenemos una dificultad tremenda de defendernos, porque por lo general tenemos una relación afectiva con quien nos daña. La violencia es un tema cultural, es cómo te ves y a la mujer se la educa como el último eslabón. Dar armas, es darle más herramientas a nuestro agresor”, repitió.

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