El escritor presenta esta noche (20:00) su novela Los días de la peste, en la librería Trapezio (Alejandro Ramírez N.º 14). El autor dialogará con el público

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15 de enero de 2018, 10:53 AM
15 de enero de 2018, 10:53 AM

Los días de la peste es la más reciente novela de Paz Soldán, publicada en España con la editorial Malpaso y en Bolivia con Nuevo Milenio. Hoy hablará de este libro y de lo que el público que asista a la librería Trapezio (Alejandro Ramírez N.º 14, zona Equipetrol) le pregunte sobre literatura y otros temas. 

Han pasado algunos meses desde que publicaste Los días de la peste, ¿cómo viste la respuesta que ha tenido en todo este tiempo? 

Por lo pronto la novela solo ha circulado en Bolivia y España; si me guío por las reseñas en ambos países, diría que en general la respuesta ha sido muy positiva. La novela será publicada por la editorial Gallimard en Francia a fines de este año, y eso me alegra mucho. 

 ¿Consideras que esta novela fue tu proyecto más ambicioso? Te lo pregunto por la cantidad de personajes, es una novela coral con más de 20 voces… ¿Desde un comienzo pensaste que sería de esta manera?

En cuanto a manejar tantas voces, sí, ha sido mi proyecto más ambicioso y no creo volver a escribir una novela así (aunque uno nunca sabe…). Cuando se me ocurrió la idea de ambientar una novela en la cárcel, la pensé de inmediato como un proyecto polifónico, nació así. Me entusiasmé en las primeras versiones y se me fue la mano, quería dar cabida a todo tipo de personajes y jerarquías sociales, y me salió algo muy largo, con siete personajes y 150 páginas más que en la versión final. El desafío en la reescritura fue darle coherencia a todo ese desorden, encontrar una trama central que le permita al lector orientarse y le dé más sentido a la historia. 

Desde hace algunos años las editoriales bolivianas publican más títulos de autores extranjeros, autores que además son importantes y actuales en sus países, ¿cómo ves vos esta situación y por qué creés que ahora es más habitual que suceda?

Las editoriales independientes latinoamericanas han descentralizado el panorama y están permitiendo que los escritores lleguen al lector de mejor manera. Hace 10, 15 años, uno firmaba un contrato con una editorial y esta se quedaba con los derechos para todos los países en los que se habla español, y luego distribuía el libro en apenas un par de países. Eso no tenía sentido y por suerte han cambiado las cosas y las editoriales locales han ido llenando el hueco que impedía la circulación de libros a lo largo del continente.

¿Cómo ves el personaje de Evo abordado desde la literatura boliviana? Hay un cuento de Giovanna Rivero (Pasó como un espíritu) que lo tiene como personaje, y la última novela de Maximiliano Barrientos alude a un presidente indígena…

Evo es una figura tan grande que funciona mejor desde perspectivas no realistas. El Evo zombi de Giovanna Rivero es un gran trabajo sobre el personaje: lo usa como punto de partida, pero se fija más en la representación simbólica, que es aquello que le permitirá trascender como literatura.

¿Cómo calificás este momento político que se vive actualmente en Bolivia? ¿Te has puesto a pensar cómo acabará? ¿Con Evo como presidente de nuevo, quizás?

Es un momento que muestra que el MAS y Evo han perdido la hegemonía que les permitió gobernar durante una década con pocos sobresaltos. No creo que esa hegemonía pueda ser reconstruida. El clamor popular ha estado trabajando a través del desplazamiento y condensación: fijándose en dos decretos del Código Penal, o pidiendo la total abrogación de este, cuando lo que en verdad se quiere es que el Gobierno respete los resultados del referendo. Es por eso que fue muy importante lo que dijo el piloto Leonardo Martínez al frente de Evo y García Linera: dijo de manera directa lo que a muchos les estaba costando articular. En cuanto a cómo acabará, no lo tengo claro. Lo concreto para mí es que Evo ya dio todo lo que tenía que dar. Ahora es una figura en bajada, que no supo despedirse a tiempo y que, sin desmerecer su importancia histórica para el país, quedará también como alguien que no supo respetar la democracia que tanto nos ha costado construir.  

Estabas trabajando en una novela breve que tenía como escenario la selva amazónica ¿La presentarás este año? 

La novela la he dejado porque me estaba costando encontrarle la vuelta. Sentía que algo le faltaba, pero no sabía qué. Algún rato espero volver a ella. Ahora estoy muy feliz en un proyecto de un nuevo libro de cuentos. Tienen que ver con el impacto de las nuevas tecnologías en nuestra subjetividad, en la vida cotidiana.

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