Minutos antes de subirse al avión rumbo a La Haya, el presidente Evo Morales habló con EL DEBER en exclusiva. Reveló que Bolivia ya cuenta con un plan y una propuesta para después del juicio contra Chile. PUEDES VER EL VIDEO AQUÍ

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25 de marzo de 2018, 12:00 PM
25 de marzo de 2018, 12:00 PM

 ¿Cómo se siente tras escuchar los alegatos finales tanto de Bolivia como de Chile?
Es una misión muy importante para las bolivianas y bolivianos, acudimos a La Haya buscando justicia y me sorprendí nuevamente por todo el apoyo, la actitud del pueblo boliviano, la unidad, pero también por el respaldo de la comunidad internacional. Los argumentos y tantos elementos que tenemos desde un punto de vista jurídico, económico, geográfico, histórico en especial, son irrebatibles. Por eso estamos con la verdad, con la justicia, ya no como el mensaje del Estado chileno, con la razón y la fuerza, esta es la fuerza de la razón, es la fuerza de la verdad, es la fuerza por la justicia. Ya estamos en el siglo XXI y ahí nuevamente quiero decir que los argumentos del pueblo boliviano, expresados por nuestro hermano agente, como también por nuestros abogados internacionales, son impecables. En Bolivia se siente ese sentimiento que retumba en los corazones para volver al océano Pacífico con soberanía.


 ¿Bolivia se ve fortalecida?
Con sus argumentos, Chile, este viernes, por ejemplo, buscó amedrentar al mundo diciendo que nosotros quisiéramos cambiar el Tratado de 1904. Soy muy sincero, inicialmente yo había planteado que se revise este tratado con el argumento o con la jurisprudencia del Tratado de 1903 entre Panamá y Estados Unidos, sobre el canal de Panamá. Después de tantas gestiones, reuniones y debates, en ese caso, se eliminó ese tratado y EEUU devolvió el canal a los panameños, que ojo, lo había entregado en perpetuidad. Pero, nuestro caso es completamente diferente, por eso los abogados, nuestros juristas, a la cabeza de Héctor Arce, me explicaron muy bien y yo entendí perfectamente. Quiero decirles, nuevamente, para que vean que con el vicepresidente (y otros colaboradores) hay debate de carácter horizontal. No porque el Evo diga debe aplicarse, nuestra demanda no está equivocada, es para que Chile cumpla sus compromisos, sus ofrecimientos después de quitarnos con una invasión nuestra salida al océano Pacífico. Nos acusan de intentar cambiar el Tratado de 1904, cuando después de ese tratado Chile ofrece y acuerda con Bolivia para dar un acceso soberano al océano Pacífico. Está claro, cualquiera demuestra eso, lamentablemente Chile está anclado en sus contradicciones. No saben cómo justificar, y lo peor es que nunca mencionan la invasión de 1879. Claro, no lo harán, porque si no era esa invasión, no hubiera este problema. No habría tema pendiente sobre acceso soberano al océano Pacífico. Yo quiero decir, después de escuchar, primero a nuestro agente y abogados y después las dos madrugadas desde Bolivia, a la defensa chilena, que estoy mucho más convencido. Esa defensa que hicieron el jueves y viernes nos ayuda a nosotros porque reconocen la parte jurídica, la parte histórica, pero nos echan la culpa, que por nosotros no se llegaron a las conclusiones, que no había relaciones diplomáticas, ese no es el tema de fondo, solo es porque ellos no cumplieron.


 Chile repite hasta el cansancio que exigirá el cumplimiento del Tratado de 1904, el viernes el canciller Ampuero lo dijo casi diez veces en la declaración que hizo, cuando en distintos momentos de la historia su país ofreció salida soberana fuera del tratado, ¿no es así?
Si se trata de hacer cumplir tratados, entonces explíqueme por qué ellos no cumplieron el tratado de 1866, que era el de los límites. En 1920 se comprometen a dar una salida soberana al Pacífico, para que Bolivia tenga su puerto propio, eso pasó después de 1904, y se hizo independientemente de ese tratado. Otro es el acuerdo de 1950, donde piden compensación y no territorial, sino agua. Por ello la demanda no es sobre ese tratado, sino sobre el cumplimiento de esos ofrecimientos, de promesas, de acuerdos y de resoluciones de la OEA. Argumentos jurídicos sobran, y en el derecho internacional hay mucha jurisprudencia en todo el mundo sobre cómo la CIJ resuelve esos temas por la vía pacífica. Chile quiere tergiversar nuestra demanda porque no tiene argumentos. Además, sus representantes buscan intimidar, amedrentar al mundo, decir que Bolivia quiere cambiar el Tratado de 1904, cuando este ya fue revisado incluso, y por pedido de ellos. En el fallo de competencia, la corte recalcó que no solucionó temas pendientes. Al margen de nuestra demanda, ese tratado marcaba la paz y la amistad. Y, en los hechos, no se cumplió ni uno ni otro.


 El canciller Ampuero y el agente Grossman repiten que Chile no cederá soberanía, pero como usted dice, sus abogados citan casos de 1950 cuando Chile negoció mar por agua, y en 1975 que Pinochet negoció intercambio territorial, ¿este no será un mensaje para abrir que el tema se solucione por trueque, cómo lo ve usted?
Yo quiero decirles que no quiero comentar nada antes del fallo. Lo pido con mucho respeto. Además, no quiero estimar ni calcular cuáles serán las resoluciones del fallo. Una parte de los chilenos dicen que hay que dar mar con soberanía. Otras voces dicen mar por tierra, es como canje territorial. Son opiniones, y respetamos, no quiero adelantarme, pero lo que sí percibo de manera general es que se sienten derrotados. La corte no puede fallar diciéndonos que demos territorio con soberanía, pero cualquier negociación con Chile debe tener metas y objetivos. ¿De qué serviría cualquier fallo si no hay resultados?


 ¿Una negociación debe beneficiar a ambas partes, a ambos países?
Mi gran deseo es que de la negociación tras la demanda no haya ni perdedores ni ganadores, que todos ganemos.


 ¿Eso implicaría que Bolivia tendría que ceder algo?
En una de las primeras intervenciones de Sebastián Piñera en su primera gestión, creo que era en la Cumbre de Estados latinoamericanos y caribeños con Europa, dijo que Chile no podía dar soberanía, excepto por razones económicas. 
No sé si se refería al gas, entiendo. Yo solo dije que como países vecinos, para siempre, es decir, eternamente, seremos vecinos. Entonces ¿por qué no compartir lo poco que tenemos?, nosotros necesitamos de ellos, quizás ellos nos necesiten, el tema energético va a ser fundamental en poco tiempo, estamos dispuestos a abrir ese diálogo honesto, sincero, responsable no solamente para curar las heridas, sino fundamentalmente para ver más allá, para las futuras generaciones, con una verdadera amistad, con confianza podemos construir y aparecer luego de tantos años de conflicto, como dos países modelo. Después de años de confrontación, sanar heridas y trabajar conjuntamente.


 Hay congresistas chilenos con apertura a solucionar la discusión y dentro de esa tendencia hay una propuesta: un enclave marítimo con soberanía en el Pacífico frente a un espacio territorial en Puerto Busch, con soberanía para Chile, ¿es una posibilidad?
Yo no quiero comentar esas posibilidades, yo también tengo muchas ideas, quiero ser muy sincero, las estamos debatiendo internamente con el vicepresidente y con otros compañeros que conocen mucho nuestra historia, geografía, quiero que sepan que estamos preparados para el escenario pos La Haya.


 Para que quede claro, no es cierto entonces que Bolivia busca quitar soberanía a Chile sin dar nada a cambio, Bolivia tiene propuestas de negociación, ¿no es cierto?
Tenemos propuestas de negociación, pero primero queremos saber el tiempo que tomará esa negociación, qué representantes intervendrán y tiene que haber un garante. Fuimos a La Haya porque Chile tiene una política de dilación, de distracción, y hasta de diversión, frente a esta convicción que tiene Bolivia de resolver el tema de una vez. Sentados con el hermano David Choquehuanca cuando era canciller, me dijo que quería descansar, pero prometió que hasta fin de ese año iba a dejar al país con mar. Casi me río. Habló de paralelos, de las primeras constituciones de Chile, yo no creí, pero le di todo mi apoyo. Pasó el tiempo y no fue así. En la transmisión de mando, almorzamos con Eduardo Rodríguez el 2006. El ahora agente nos insinuó que si se quedaba un poco más en el Gobierno, dejaba al país con mar. Quiero que entienda el pueblo boliviano. Se avanzaron negociaciones, no siempre conocidas, con Chile, pero cuando pasaba el tiempo, todo se diluía. Por eso es que dije, otros 130 años, ya no, se acabó, y recurrimos por eso a La Haya. En las primeras gestiones de Bachelet y de Piñera hubo propuestas de Cancillería a Cancillería, pero después me dijeron que eran tiempos electorales, que el tema se politizaría y al final lo suspendieron, y así perdíamos cuatro años y luego otros cuatro años.


 Perú es un país que está en medio de este problema. Ahora tiene un nuevo presidente, que tiene historia porque se lanzó como político en Moquegua, la región donde está Ilo, tiene una buena relación con usted, ¿todo esto puede ayudar?
Yo hablé con el presidente Alan García, y me dijo que Perú no perjudicaría a Bolivia. Hablé con Ollanta Humala, con él planificamos que Ilo debiera ser un megapuerto, hablamos a solas, de hermano a hermano, él se conoce nuestra historia, nuestra vivencia y los antepasados. Conversé con el presidente Pedro Pablo Kuczynski, “lamento mucho lo que pasó, estamos contigo”, me dijo. Algunos lo hicieron públicamente, otros no. El viernes llamé al nuevo presidente Martín Vizcarra, lo felicité, conversamos brevemente. Claro, él es andino, con seguridad tendremos muchas coincidencias, nos visitó, conversamos bastante y gracias a él se ha acelerado rápidamente lo del tren bioceánico y tenemos muchas propuestas, como terminar el camino carretero por Hito 3, estamos acelerando. Con el expresidente Kuczynski habíamos previsto este año una cumbre bilateral en Cobija (Pando). Debemos retomar. Somos hermanos con la misma historia, las mismas vivencias, los mismos pueblos, de luchas históricas.


 La actitud del gobernador Rubén Costas, que estuvo por su lado y luego se fue a otros países de Europa con el tema del 21-F, ¿le molestó? 
No quiero comentarlo, por lo menos por ahora. Hicimos todo lo posible, incluso para levantar su arraigo y que nos acompañe. Lo llevamos a él como el gobernador que representó a la oposición y otro al oficialismo, el compañero Esteban Urquizu. Yo salvo mi responsabilidad, pero Costas deberá explicarle a su pueblo, el viaje era solamente para el tema del mar. Aquí en mi residencia una vez nos reunimos con el hermano gobernador de Santa Cruz, en su primera gestión. Fue cuando me trataba de excelentísimo asesino, que era el macaco menor. Hablamos claro, lo exhorté a no ofendernos, a que no humille públicamente. Le dije que era su derecho cuestionar mi política e ideología, y viceversa. Desde esa vez nunca más escuché que me ofenda públicamente. Él es conocido por imperialista, por el grupo de los privatizadores, nosotros somos antiimperialistas, anticapitalistas. Pero fue elegido democráticamente y lo respeto por eso. Coordinamos proyectos, voy y le planteo inversiones en proyectos, y hemos hecho cosas. Trabajamos conjuntamente y mejor porque los cargos son prestados y duran por tiempo limitado.