El Ministerio Público imputará provisionalmente al acusado los delitos de feminicidio y asesinato. La audiencia de medidas cautelares se realizará hoy, a las 12:30, en el despacho de la jueza Antequera

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29 de marzo de 2018, 22:49 PM
29 de marzo de 2018, 22:49 PM

Juan Carlos H. B., el único detenido y el principal sospechoso de haber planificado y ejecutado la primera explosión de febrero en Oruro, donde murieron ocho personas (todas familiares del procesado), fue delatado por los mensajes encontrados en su teléfono celular, en el de su esposa (fallecida en la explosión) y en el de su cuñada, donde se evidencia un triángulo de relaciones amorosas y de una infidelidad, que se presume se pagó con la muerte.   

Se suman a estos indicios que la Fiscalía y los investigadores de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Oruro colectaron para imputar provisionalmente a Juan Carlos por los delitos de feminicidio y de asesinato, las contradicciones sobre lo que hizo el hombre después de ver lo que ocurrió el 10 de febrero en la intersección de las calles Bakovic y Ejército, y la actitud ‘fría’ que demuestra en un video que filmó el momento de la primera explosión.

Las pesquisas que llevaron adelante los investigadores de la Felcc de Oruro, en coordinación con la comisión de cinco fiscales, liderada por Juan Villarroel, descubrieron la presencia del ahora detenido en el lugar del incidente y comenzaron a indagar en las relaciones que tenía con el resto de sus familiares.  

Con el pasar de los días se fueron descartando las primeras hipótesis que la Policía se había planteado, como el probable atentado y la posibilidad de que algunos extranjeros hubieran perpetrado el siniestro.

Sin embargo, el hallazgo del teléfono celular de la esposa de Juan Carlos H. B. empezó a despejar algunas dudas sobre las posibles motivaciones que una persona puede tener para urdir un hecho de tanta violencia y que conmocionó a todo un país.

Los investigadores le habían pedido al detenido, en reiteradas oportunidades, que les entregue el aparato, pero él se había negado siempre, bajo la excusa de que no sabía dónde estaba. Tiempo después, y gracias a las pericias en comunicación que llevó adelante un experto policial en telemática, el equipo fue ubicado en la casa de Juan Carlos.

Con el celular en las manos de los informáticos de la Policía, se comenzó a conocer un triángulo amoroso y de traición entre la mujer fallecida, el esposo ahora detenido y la hermana de la víctima del posible feminicidio, que está libre y no resultó afectada en ninguna de las dos explosiones, donde murieron varios miembros de su familia.

Lo que descubrieron primero  en los mensajes del equipo celular de la esposa de Juan Carlos H. B., que murió en la explosión del 10 de febrero, junto a su hija, su mamá, su tío y sus sobrinos, fue la supuesta infidelidad que ella tuvo y de lo que se enteró su pareja, razón por la cual se presume que él escondió el teléfono.

La persona que le advierte a Juan Carlos H. B. sobre el engaño es la hermana de su esposa, la mujer que dijo, luego del entierro de sus familiares en el cementerio de Oruro, que un grupo de extranjeros con pelucas multicolores había ejecutado la explosión y que la tarde del día de la segunda explosión, el 13 de febrero, convocó a los medios de prensa al lugar donde al final de esa jornada un ‘bombazo’ mató a otras cuatro personas.

Finalmente, los investigadores encontraron en el teléfono del detenido y en el de su cuñada textos que delataron una relación amorosa entre ambos, base para que los investigadores encuentren en esto un posible móvil del porqué el procesado tomó la decisión de ejecutar la primera explosión, que acabó con la vida de su pareja. Además, los policías han descubierto que en la familia del procesado hay personas que tienen acceso directo y saben cómo manipular todo tipo de explosivos.

El video y su perfil
Además de este triángulo de amor y de engaño que la Policía y el Ministerio Público descubrieron al final de las pericias de los tres teléfonos celulares, un video donde quedó registrado el antes, el durante y el después de la primera explosión ubicó a Juan Carlos H. B. en este escenario y permitió describir su actitud y su probable perfil sicológico.

En las imágenes, a las que EL DEBER tuvo acceso, se ve al procesado minutos antes de la explosión parado mirando el negocio de comida que manejaba su suegra. Habla con otra persona y sale del lugar justo antes de que las imágenes muestren la detonación de un explosivo.
Cinco a diez minutos después del estallido, se observa a Juan Carlos H. B. nuevamente ingresar en el encuadre de la cámara que grabó lo ocurrido y su actitud, fría y casi sin sentimiento alguno, dejó perplejos a los investigadores y a los fiscales, que escucharon por cinco horas el testimonio del procesado.

El primer cuerpo con el que se chocó el detenido fue el de su suegra, Janeth Vicente Gutiérrez (47), que como consecuencia de la onda expansiva de la explosión murió casi de inmediato en el lugar del hecho. Él se agacha, mira el cadáver y se reincorpora para seguir caminando. 

El otro cuerpo con el que se encuentra en su ingreso al sitio fue con el de su esposa, Gisselle Khaterine Balderrama Gutiérrez (24). Si bien la imagen es un tanto confusa, por el viento que había aquel día, pareciera que la mano de esta persona trata de conseguir auxilio del hombre, situación que no ocurre, ya que Juan Carlos H. B. se agacha nuevamente para mirar de cerca a su esposa, se vuelve a parar y cerca de él observa el cuerpo de un bebé, que se presume puede ser la hija que procreó con Giselle, aunque este elemento aún está por confirmarse, ya que en el lugar también fallecieron sus sobrinos Gabriel Fernández Gutiérrez (7) y Emily Fernández Gutiérrez (2).

Minutos después de esto, y cuando en las imágenes se observa gente tratando de ayudar a las personas que estaban tiradas en el piso tras la explosión, Juan Carlos H. B. gira sobre su propio eje, como haciendo un paneo de lo ocurrido, suspira, pone las manos en los bolsillos de su chompa tipo canguro y se va.

Cuando en el interrogatorio los investigadores le preguntaron a dónde se fue, él primero respondió que a un baño alejado del lugar porque le gustaba más que el que había cerca y después se contradijo, porque señaló que había ido a comprarse una chamarra con dinero de su esposa, que no murió en el lugar de la explosión, ya que fue llevada hasta un centro médico, donde falleció.

Otros detalles

Medidas cautelares
La audiencia de medidas cautelares en contra de Juan Carlos H. B. se llevará adelante hoy, a partir de las 12:30, en el Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal de Oruro, a cargo de la jueza July Dipp Antequera.

Niegan la participación
Los familiares de Juan Carlos H. B., un hombre que trabaja como carpintero, negaron que esta persona esté implicada en la explosión que provocó la muerte de ocho personas el 10 de febrero en Oruro. 

Llegaron en marcha de protesta hasta las puertas del Tribunal de Justicia de Oruro. Aseguran la inocencia del imputado.



Molestia fiscal
El fiscal Juan Villarroel, de Oruro, dijo que le molestaba que la información del caso se divulgue de forma irresponsable, porque puede entorpecer las pesquisas.