La Policía presentó a seis integrantes de un grupo criminal que había secuestrado a una joven en El Alto y por la que había pedido un rescate de 150.000 dólares

El Deber logo
26 de marzo de 2019, 8:45 AM
26 de marzo de 2019, 8:45 AM

Seis miembros de la banda de secuestradores “Los Malditos de El Alto”, fueron enviados a la cárcel, cinco varones a Chonchocoro y una mujer a Obrajes, acusados por el secuestro de una joven arquitecta.

Los detenidos son Nelson Surco, alias El Peruano; Franz Luna, alias El Chaskas; María Luz Medrano; alias La Lucy; Cristian López, alias El Wawas; Igor Monroy, alias El Gordo y Damián Yapuchura, alias El Demon.

El hecho se registró el pasado jueves a las 22.30 en la zona de Villa Adela. La mujer retornaba a su domicilio y fue abordada por uno de los implicados que le consultó si conocía una farmacia, luego el sujeto le colocó un cuchillo a la altura del riñón, la obligó a subir a un vehículo Toyota color blanco 668-YAR, conducida por Nelson Soruco, y junto a sus cómplices se la llevan a la vivienda que habían alquilado, informó ANF.

Los delincuentes se contactaron con la familia de la arquitecta para pedirle el pago de un rescate de 150 mil dólares.

Durante la presentación de los delincuentes se informó que la víctima pudo escapar el domingo luego de deshacerse de las sogas de las que estaba atada y pudo dar parte a la Policía que actió un operativo que dió como resultado la aprehensión de todos los implicados.

Franz Luna Chura, alias el Chaskas. Esta persona alquilaba una
 habitación en el domicilio de la víctima

 

Cristian López, alias “El Wawas”, estaba a cargo dela vigilancia de la joven
Nelson Soruco, alias El Peruano. Fue la persona que conducía
el vehículo en el momento del secuestro
Damián Yapuchura alias “El Demon”. Sería la pesona que se contactó con la familia de la víctima para pedir el rescate. El monto era de 150.000 dólares 

 

Maria Luz Medrano, alias La Lucy

 

Igor Monroy Calle, alias El Gordo. Era el informtante. Hacía vigilancia y daba datos a los secuestradores sobre los movimientos que hacía la familia de la víctima